24 may 2016

VIVIR EN LIBERTAD


Pequeño extracto de la obra de este touareg, en la que reflexiona sobre sus experiencias en la ciudad:

¡Es tan extraño que las necesidades que tan urgentes nos parecen sean vitales!


Un día me llamó una amiga mía llorando porque no le funcionaba el televisor y carecía de dinero para comprarse otro. Le pregunté si el problema era verdaderamente esencial. No supo qué contestarme. Hay una enorme cantidad de conflictos inútiles que nos ocupan demasiado sitio. Debemos siempre intentar ahorrar en acciones y en preocupaciones. Por pocas cosas en la vida merece la pena sentirse desgraciado.

Para los nómadas, cada gesto es esencial. No tenemos derecho a estar distraídos. Una torpeza puede hacer que se derrame el agua de un cántaro, y eso, en pleno desierto, es grave. Los días de mucho calor o de tormenta, cada gesto que hacemos puede costarnos muy caro. Ésa es la razón por la que hemos aprendido enseguida a limitarnos justo a los indispensable. Una falta de atención puede conllevar resultados fatales. Todo cuenta. Lo inútil no tiene ascendiente sobre nosotros.

 Kashba de Äit Ben Hadou

Esta forma de enfocar el mundo que nos rodea se refleja en nuestra relación con la vida en general: no nos cargamos demasiado. Por ello mismo, me sorprendí mucho al descubrir que en los países occidentales, que tan ocupados parecen, se sobrecargan hasta tal punto de cosas inútiles.




<<En el desierto no hay atascos>> , de Moussa Ag Assarid

12 mar 2016

SEMILLA

<<TRATARON DE ENTERRARNOS...




  NO SABÍAN 

                           QUE ÉRAMOS SEMILLAS.>>


1 mar 2016

VIDA

Cuando se va aproximando la fecha del cumpleaños, me invade una sensación rara. Alegría, nostalgia y una leve tristeza en forma de rabia por aquello que no cumplimos, por lo que soñamos, por esos sueños que siguen llamando con fuerza a la puerta del corazón... ¿He dicho eso? No, no, la puerta misma de la realidad, del día a día.

Pero casi siempre, por no decir siempre, me aproximo a esta fecha con una gran sonrisa dibujada en la cara. Por eso mismo. 

Porque los sueños siguen llamando a la puerta, y eso es que no he dejado de soñar. ¡Y vaya sueños! La realidad es que nunca hay que pensar que son imposibles. Porque algunos sí los he cumplido, y eso es que he sido valiente. Porque si escuece y lloras, y te duele que no se haya cumplido... es que estás viva y nunca has dejado de quererlo. Porque todo eso te pone los pies en la tierra para seguir adelante, para soñar más, para aprender. Porque nunca has perdido la conexión con esa niña o niño. Después de todo, los niños y a pesar de ser más inocentes, saben mejor lo que quieren.

Pero sobre todo, porque cuando miro atrás, veo que he sido muy afortunada. 

Porque sí, porque hay que celebrar los cumpleaños. Porque miro atrás y echo de menos a quienes  no están... pero agradezco mil veces más haberles tenido. Porque nunca se deja de ser una niña con ilusión por comer una tarta de chocolate, con un día mágico por delante, porque las canciones son personalizadas ese día. Y porque, por suerte, me enseñaron y pude compartir tantos, los necesarios, con quienes tenía al lado y me pintaron esa sonrisa...Porque celebramos el tiempo, tiempo de vida.

Porque a pesar de todo, se celebra la vida.


18 oct 2015

PERIODISTAS

A veces recuerdo este texto que entró en uno de los exámenes finales de la carrera, aunque siempre he pensado que la única intención de la profesora era hacernos despertar.

La escritora Elvira Lindo lo publicaba en el diario "El País" en mayo de 2010. Una reflexión sobre lo que Gabriel García Márquez denominaba el oficio más bonito del mundo.

Supongo que es necesario inspirarse algunos días, tomar aliento y alimentarse con cosas como ésta.

<<Ojalá que los futuros periodistas se rebelen. Ojalá que a pesar de enfrentarse a un escenario complicado intuyan que hoy el periodismo es más necesario que nunca y sean conscientes de que los medios, engolfados con el politiqueo, están ignorando esas historias anónimas que definirían el extraño momento que estamos atravesando.
                         
                                                 Imagen de la escritora que aparece en Wikipedia 
Ojalá que no sean cínicos, que ejerzan una crítica implacable contra esos personajillos que desde hace tiempo inundaron las pantallas y no han servido más que para sembrar la creencia de que es legítimo ganar dinero sin hacer el mínimo esfuerzo. Ojalá que no sean mansos y no se dejen arrastrar por esa corriente venenosa que consiste en acudir a las ruedas de prensa para tomar nota sin rechistar. Ojalá que sean tan honrados como para desconfiar del político que les paga un viaje convirtiéndoles en parte de su corte.

Ojalá que entiendan que el mejor periodista, en contra de la práctica tan habitual en España, es el que se mantiene lejos del poder, no el que alardea de estar en la pomada. Ojalá que defiendan la dignidad de su oficio y que aspiren a ser profesionales y no eternos amateurs. Ojalá que tengan el amor propio necesario como para dar más de lo que se les pide, y que no lo hagan por el medio sino por ellos mismos. Ojalá que entiendan que en esta situación económica que va a cambiar la vida de varias generaciones es necesario darle voz a los olvidados y sólo un buen periodista puede hacerlo. Dada la precariedad del empleo, la docilidad es tentadora, pero ojalá que no sean dóciles, porque al margen de la invasión de los opinadores, que de manera gratuita exaltan (exaltamos) los ánimos de los ciudadanos, nos hace falta información.

Ojalá que haya una nueva generación batalladora que demuestre que el periodismo sigue vivo, que a lo mejor los que estamos un poco muertos somos nosotros.>>

11 oct 2015

ENTREVISTA A CARMEN JIMÉNEZ, CREADORA DE "LA CALMA"

En el último programa de Inconformistas FM he tenido el privilegio de poder contar con la voz de Carmen Jiménez, periodista que ha puesto en marcha su propio programa a través de Whatsapp, "La Calma".

Carmen habló en Radio Vilallba sobre este espacio tan personal para ella, en el que cada miércoles por la noche difunde un podcast sobre textos, poemas o pequeños y relatos que hacen pensar al oyente y cuya finalidad es relajar. Lo que hace un años empezó como una afición que compartir con amigos, hoy se ha convertido en una cita ineludible a la que se han ido sumando más seguidores.


También aportó su visión sobre el periodismo actual y cómo la crisis ha devaluado el mercado de trabajo en los medios de comunicación. Pero ante todo Carmen insufló esperanza desde las ondas, al describir su nueva faceta como autónoma y los nuevos retos que esto le supone dejó claro que cuando uno tiene ganas, se puede hacer lo que se desea.

Le agradezco mucho a Carmen que me concediese la entrevista y que nos transmitiese tantas emociones, conocimientos y esperanzas en sólo una hora.






                                         Podéis escuchar el programa completo en el vídeo


1 sept 2015

PALABRAS DE UTOPÍA, DE TOMÁS MORO

Utopía es el libro que Tomás Moro escribió en 1516 . En él el autor inglés describía una sociedad ideal en la que la población se relaciona en armonía, los recursos se aprovechan y el bien común es el objetivo principal en la República de Utopía. Se exponen en él ideas tan revolucionarias para la época como que bastaría con trabajar 6 horas bien aprovechadas al día para sacar adelante el trabajo, cuando actualmente nos parece un avance eso de trabajar 8 horas. Aquí expongo un extracto, mi favorito de la obra; un texto brillante que describe la falta de racionicio de los seres humanos ante la riqueza, o lo que es más preciso, su apariencia.


                                                           Dibujo del ilustrador polaco Pawel Kuczynski

<<Los de Utopía se maravillaban de que un hombre cuerdo pudiera arrobarse ante el vano resplandor de, una piedrecilla, pudiendo mirar la hermosura y belleza de los Astros, y aún del mismo Sol. O de que hubiera hombres tan vanos que se figuren que son más nobles porque vistan telas más finas y lujosas, cuando la verdad es que la más fina lana tuvo su principio y se crió en la oveja.

También se maravillaban de que en todas partes se tenga tanta estimación por una cosa que es tan inútil por su naturaleza, como el oro, de tal manera que hombres sin sentido, y malvados, y necios, que porque les cupo en suerte poseer mucho oro son honrados y respetados de todos, y aún tienen a hombres sabios y honrados como a servidores suyos. Y si se presenta un revés de fortuna, resulta que aquel hombre respetado y temido queda como un esclavo; y así el valor de los hombres se mide por el oro que poseen.

Además de esto, abominan mucho más la locura, de aquéllos que a los que saben son ricos (aunque no, les deban nada ni tengan obligación ninguna con ellos) les honran tanto que falta poco para que los reverencien como a dioses. Y esto ocurre aún sabiendo que son tan egoístas y avaros que de su gran tesoro jamás se verán socorridos en lo más mínimo, aunque se hallen en la mayor necesidad.

Estos criterios los han adquirido con la educación que recibieron por haberse criado en la República de Utopía, cuyas ordenanzas son tan diferentes de las de otros países que se basan en la ignorancia y en el error.>>



Y sigue pareciendo tan reciente...

14 dic 2014

NÓMADAS

El nombre de este blog no es algo casual. A mí me suena bien, pero sé que no era el mejor nombre para especificar de qué iba a hablar. Sólo sabía que la palabra "Nómada" tenía que estar incluida en el nombre.

Siempre me he interesado, sin saber muy bien por qué, por las culturas nómadas. Y es que al margen de estar al margen de las normas aceptadas para la mayoría, tienen algo más. Y cuanto más voy conociendo sobre ellas y sobre todo, cuando más he "nomadeado" yo misma, más entiendo esta atracción, más forma le voy dando a este interés que en forma de intuición me ha hecho descubrirlas.

 Los nómadas son gente sin miedo, parece mentira que nosotros, que nos hemos adueñado de un espacio artificial y somos sedentarios (con las reducidas opciones que eso nos deja), tengamos tanto miedo. Miedo a perderlo todo, o al menos esa ilusión que llamamos "todo". Porque lo único que tenemos es nuestra vida.

Tenía na profesora de danza decía que el movimiento es la vida. Y tenía razón,. Porque la mayor falta de movimiento se produce al morir, es entonces cuando el cuerpo se queda absolutamente rígido; mientras que la vida es siempre fluir, cambiar de posturas, ir arriba y abajo y volver a saltar.


                                                 En el desierto del Sáhara sigue habiendo nóamdas

Es curioso ver como todas las culturas nómadas se mueven, son libres y se relacionan con el territorio y las personas que se van encontrando, pero a la vez tienen unas tradiciones muy arraigadas en su cultura, a veces injustas. Para mí esto es una metáfora preciosa de la vida: todos tenemos que movernos, tenemos ese derecho y obligación, y para ello necesitamos mantenernos en nuestro eje, defender y creer en nuestras propias convicciones.
Un exceso de auto- normas y creencia en nuestras verdades haría que no nos relacionásemos, y un exceso de fusión con los demás. que perdiésemos nuestra personalidad.

Además, el nómada tiene que ir ligero de equipaje. Sólo lleva encima lo que necesita. Y es que el peso es enemigo del movimiento. Agarrota y estropea la espalda por un lado, y por otro, el miedo a que se rompan las cosas , paraliza. El nómada va ligero y sabe que si aquí no encuentra algo lo encontrará allá, confía en sus instintos y en lo que puede encontrar, en el futuro.

Moverse es sinónimo de aprender. Lo saben muy bien los bebés cuando empiezan a andar de forma instintiva, se caen, gatean, pero vuelven a probar y a caerse hasta que sus pasos empiezan a ser firmes: en todo este proceso nada ha sido en vano, los músculos se han ido fortaleciendo mientras intentaban moverse una y otra vez, mientras aprendían a controlar su peso y a relacionarse con el entorno.

Quiero compartir aquí las impresiones de otra bloguera, Bárbara, quien desde su blog "Bárbara on the road" cuenta su vida nómada en pleno siglo XXI. En esta entrada concretamente narra lo que le ha enseñado llevar este tipo de vida http://unviajedemilesdekmempiezaconunpequenopaso.wordpress.com/2014/04/27/que-me-ha-ensenado-el-nomadismo/ . En sul blog rescata una frase del libro "El Imperio" del  periodista Ryszard Kapuscinski: “Para el nómada, el pasar a la vida sedentaria siempre fue el ultimo recurso, una derrota vital, una degradación. No conoce el precio a la hora de pagar la libertad“.


"Latcho Drom", documental del director Toni Gatlif, que narra la travesía del pueblo gitano a través del arte, la música a y el baile

Creo que en fondo los instintos que guían a los nómadas son los mismos que seguimos llevando todos en nuestros día a día. Aunque creamos que no dependemos de las estaciones, ni de si hay comida en esta zona o en esta otra, o de si debemos migrar en función de adónde vuelen los pájaros. Son instintos muy básicos que sólo salen a la luz en los momentos clave. Son los instintos que van al mismo sitio, a hacernos lo que somos. Es el instinto del aprendizaje continuo.

22 oct 2014

MARRUECOS: EL SUEÑO EUROPEO

Soñar es gratis pero llevar a cabo esos sueños siempre tiene un precio.

Se puede soñar con realizarse, con viajar, con tener una vida feliz, o simplemente una vida mejor en la que uno tenga seguro que va a comer todos los días y que sus necesidades más básicas van a ser cubiertas con total seguridad. En Europa hemos aspirado durante 50 años a realizar el "sueño americano"; ése estilo de vida de que desde medianos del siglo pasado empezó a copar todos los medios de comunicación. 
La publicidad y en especial la televisión hicieron que una Europa en reconstrucción soñase con parecerse a ese modelo de familia feliz estadounidense, a una sociedad en la que el coche empezaba a ser un símbolo de status social y las mujeres disfrutaban de tener mil electrodomésticos para las tareas del hogar. Papá, mamá, los niños felices que consumen productos último modelo también, una casa en propiedad y un coche. Una vida cómoda y sin apenas preocupaciones, una vida de disfrutes infinitos, de consumo infinito, de seguridad infinita. Ése era el "sueño americano" al que emular en Europa y en cualquier parte del mundo a la que llegase la televisión.

Pero no sólo EEUU es un referente para soñar: en África, por proximidad, muchos sueñan con alcanzar el "sueño europeo". Miles de inmigrantes africanos que llegan a nuestras costas y puntos fronterizos cada mes, desde hace años,a pesar de la crisis, del frío del mar y a costa de poder perder la vida en el viaje. Aunque la mayoría proceden de países subsaharianos, en Marruecos tuve la sensación de que allí también sueñan con fuerza, sueñan a lo grande, sueñan con recorrer 14 kilómetros de mar para poner los pies en su sueño: Europa.

Sí, la decadente Europa, la de la crisis, la de los rescates y los PIGs... Esa Europa sigue calando en la imagen que los marroquíes tienen de lo que es la felicidad, una vida digna y completa. Cruzar a Europa es sinónimo de esperanza, de riqueza, de trabajo, y sobre todo de seguridad. Porque nada malo puede pasarte en Europa, ¿verdad?


                                                     Inmigrantes hacia las costas de Europa

Las historias de primos, amigos o amigos de amigos que consiguieron cruzar el charco y ahora se dan la buena vida abundan en las casas marroquíes. Muchos han ido a Francia, país ex colonizador, ya que allí no tienen barrera lingüística (en Marruecos el árabe y el francés son lenguas oficiales).
Pero por proximidad muchos llegaron a España también. Especialmente en la época del "pelotazo" español, ya se sabe: cuando se construía bueno, bonito y barato. Quería decir que bonito y barato. Más bien sólo barato. El número de inmigrantes creció como la espuma. Ávidos por cobrar nueve veces más de lo que ganaban en su país y aún sabiéndose en muchos casos absolutamente desprotegidos en lo laboral. Con ese dinero algunos han vuelto y se han construido su propia casa en Marruecos. Otros visitan a sus familiares cuando pueden y les llevan regalos desde España, les hablan de su nueva vida, de las ciudades españolas que les han acogido y de sus amistades.
Y también hay otros que han oído hablar de Europa de lejos, sobre todo por la televisión y en especial por el fútbol. Y es que la pasión por este deporte en Marruecos (en África en general) es impresionante. Algunas ciudades celebran una victoria del Barça o del Madrid como estuviesen en Barcelona o en Madrid.

Así que no es de extrañar que hoy muchos tengan la sensación de que España (y Europa por extensión) es una especie de paraíso, un lugar en el que los sueños se hacen realidad.
Es cierto que pese a la crisis las diferencias entre Marruecos y España (o Europa, que suele ser el "gran referente") son evidentes:las infraestructuras, tasa de alfabetización, igualdad de género,el peso de la religión, salarios más altos y más derechos laborales... y muchas otras que se aprecian a simple vista. Sin embargo, al otro lado del estrecho suele ensalzarse a Europa con una imagen de bienestar y riqueza que a veces roza la fantasía. Pero no es oro todo lo que reluce y en el cambio de continente se pierden muchas cosas, algunas irreemplazables. Aquí enumero algunas cosas que no responden a estos sueños "Disney" que idealizan la entrada en Europa. Conceptos que, a mi parecer, distan mucho de la idea de "El Dorado" que muchos marroquíes tienen de Europa:

-La familia: es el gran lazo que une a los africanos (y en Marruecos no es menos), la red que ayuda a sus miembros, por lo que estos nunca se sienten solos. Da igual si uno tiene trabajo y otro (u otros) no: todo se comparte y la solidaridad entre unos y otros es algo que nadie se plantea, se da por hecho.

-Otro concepto de lo que es la pobreza: muy unido con el anterior, ya que los lazos entre personas son importantísimos. Por supuesto que en Marruecos hay pobreza, gente que pide y situaciones extremas (por ejemplo la de las viudas) pero guiándome por lo que vi allí, hay también una protección social muy fuerte y se le intenta ayudar en la medida de lo posible. Si alguien viene, por ejemplo, pidiendo a un restaurante, lo más normal será que el camarero le dé algo que ha sobrado o que le trate con buenas formas; el hecho de ser pobre no impide este trato.

-Calidad y cantidad no son lo mismo: la necesidad de dinero en un país donde la mayoría de las familias tienen cinco u ocho hijos hace que los salarios se queden en nada para alimentar tantas bocas. Al cruzar a Europa el salario puede multiplicarse por diez pero los precios también lo harán. Por eso una vez alcanzada una cantidad de dinero en Europa muchos deciden volver a su país con lo que han ahorrado. De hecho mayoría de la gente con estudios superiores que conocí, conscientes de este hecho, han preferido quedarse en su país para tener mayor calidad de vida y no sólo ganar mas.

-Quimeras que son un negocio: puede sonar a película, pero lo cierto es que muchos ya han caído en sus redes. La desinformación y la falta de acceso a fuentes oficiales hace que miles de personas sean víctimas de las mafias. La prostitución, la esclavitud laboral o la miseria más absoluta son las realidades con las que casi siempre acaban chocando las víctimas con la promesa de cruzar a Europa. ¿Quieres ir  Europa con trabajo seguro y ganar muchísimo dinero? Familias humildes se dejan todos sus ahorros por que uno de sus miembros viaje al viejo continente para realizar sus sueños, que en realidad irán a parar a mafiosos y mercaderes de personas.
Precisamente de este tema trata la película "Diamanates negros" , sobre el negocio oscuro del fútbol en África y de cómo muchos son engañados con la promesa de hacerse ricos y famosos deportistas.


                                                      Trailer de "Diamantes negros"

Por otro lado está la presión social que tienen estos inmigrantes que han utilizado los ahorros de toda su familia y vecinos para lograrlo. Volver con las manos vacías sería el mayor de los fracasos. En el documental "Bienvenido Mr. Kaita" se analiza muy bien esta situación, cuando un hombre regresa a su pueblo natal en Gambia después de haber hecho "fortuna" en Europa.

No pretendo decir desde aquí que vivan mejor en sus países (eso es algo que cada uno ha de valorar), pero sí que tras ese espejismo de oro y fortuna rápida muchas veces se esconcen lágrimas y engaños en una sociedad muy distinta. Y sí, claro que hay algunos que lo han conseguido, claro que les hay que han conseguido ganarse la vida en Europa, aunque no sea siendo Cristiano Ronaldo ni conduciendo un Ferrari. Les hay que viven entre la indigencia y la precariedad más absoluta, les hay que han tenido más suerte, más contactos y se han estabilizado con trabajos mejores.
El sueño Europeo no deja de ser un sueño del que tarde o temprano hay que despertar, y se despierta en la realidad. Una realidad dura y que no se corresponde con la imagen idealizada que se tiene desde África.


1 oct 2014

DE PUTAS Y SANTAS

Esta es mi primera colaboración para la revista online "Proyecto Khalo", una publicación mensual que sigo desde hace meses y que desde el principio me enganchó. Se autodefine como una alternativa  a las revistas femeninas y todos sus artículos ponen el punto de mira en la mujer y su relación con el entorno, siempre con unas dosis de realidad, colaboración, análisis y sarcarsmo que no existen en las revistas femeninas actuales. Os invito a que la conozcáis y por supuesto a que leáis mi primer artículo.

El título puede ser chocante, malsonante o simplemente llamativo. Pero nada más lejos de la realidad; lo que trato de describir en este artículo son los dos extremos represivos del imaginario social entorno a la mujer, con la mayor objetividad posible. Si queréis leer el artículo en la web de "Proyecto Khalo", pinchad aquí: "De putas y santas"


                                      "Reine Paon" Imagen del ilustrador Benjamin Lacombe


-Mira Fulanita, vaya pintas que lleva, con esa falda, ayer estaba con uno y hoy con otro… ¡Menuda puta!
-Pues mira Menganita, con lo fea que es la pobre, siempre estudiando…No tiene “nivel” para venir con nosotras, ¡es muy santa!
¿Os suenan estas conversaciones? Seguro que más de una vez todas hemos oído (cuando no participado) en una de ellas. Ser puta o ser santa. La eterna dualidad para las mujeres. Y la lástima es que casi siempre somos las propias mujeres las que juzgamos así a las otras, sin darnos cuenta de que al hacerlo nos hacemos daño a nosotras mismas. Voy a escribir este artículo sobre las mujeres por el hecho de serlo, pero creo que en este juego del etiquetado somos todos, hombres y mujeres, quienes salimos perdiendo.
Parece como si en nuestra sociedad las mujeres sólo pudiésemos aspirar a estar en alguno de estos extremos, tan temidos, tan fáciles de determinar, tan catalogables. Putas o santas, malas o buenas, brujas o princesitas, vividoras sin conciencia o amargadas olvidadas de sí mismas… Todo o nada.
Voy a analizar exactamente a qué nos referimos -y en esto hay mucho de cultural- cuando decimos que una mujer es una puta o una santa.
Puta es aquella que ofrece sexo a cambio de dinero. Sin embargo, creo que cuando a una mujer se le llama “puta”, esta palabra denota mucho más, por el contexto cultural. Ser puta es ser vil, no tener escrúpulos ni conciencia. Es mucho más que vender el cuerpo, es haber vendido el alma, haberse salido del camino marcado y poder ser señalada con la letra escarlata. Es el tabú social, es ser indigna. Es un ser despersonalizado, sin amor ni disfrute propio. Por mucho que lo he pensado, no consigo encontrar una palabra negativa que describa a quien se beneficia del servicio de la puta: cliente, chulo (esta incluso denota superioridad), la  Madamme (“señora” en francés, a modo de respeto)… En el mismo lenguaje la puta se queda sola, porque aunque se dé que todos se aprovechen de ella, al final es ella sola la que ha de llevar la carga de ser lo que es en la sociedad en la que vivimos.Lo curioso de todo esto es que la puta está hecha para el placer de los demás, sin los demás, ser “puta” no tiene sentido.

Vamos a hora al otro extremo, el de la “santa”. Habrá quien piense que este no es tan dañino como el anterior, ya que culturalmente es más aceptado. A pesar de que muchos de los santos que aparecen en el calendario lo fueron por haber sido castigados por sus ideas religiosas (lo que implicaba valentía), ser “santa” es otra palabra cuyo significado se ha desvirtuado y tiene un significado social.
El diccionario la define como: “De especial virtud y ejemplo de persona sin culpa, venerable”.
Es aquella que no puede tener culpa porque nunca hace nada, y si hace es lo que está marcado. Por tanto, la cautela y la inactividad son su camino. Es todo lo opuesto a la puta: no contesta, es sumisa, debe sacrificarse por los demás ante todo. En nuestra sociedad esto se consigue por los medios más diversos: la imagen, la ropa, conseguir una posición social “bien vista”, una casa… Ser una mujer que no llame demasiado la atención para no deslumbrar, pero que la llame lo justo como para que los demás vean que sigue el buen camino. Es la niña buena transformada en chica aplicada, la mujer esperable. Su misión es velar por el resto, una santa no goza de su vida en pos de los demás, que pueden aprovecharse de esto.


                                                   
                                                      "Ella baila bembé", Canción de Amparanoia




Los demás… ¿Os suena esto de algo? ¿Será que la santa y la puta son dos barrotes de una misma cárcel?
Ambas están al servicio de la sociedad, son fácilmente identificables y etiquetables… Ni la santa ni la puta cubren sus propias necesidades, sino las de los demás. Ambas están totalmente desconectadas de cualquier deseo personal.
Ambas son figuras incómodas para las mujeres de nuestra sociedad. Las generaciones anteriores valoraban más el extremo de la santa por la influencia de la religión (la Virgen María es la santa por excelencia), y creo que hoy, por la influencia de los medios de comunicación, se nos quiere transmitir la imagen de que una mujer libre elegirá más el modelo de la puta. Lo peor es que muchas veces somos las propias mujeres quienes no nos paramos a pensar si realmente tenemos que movernos entre estos dos extremos que de por sí son falsos; ya que nos cortan los instintos más primarios y nos hacen creer que algunos de nuestros sentimientos y deseos son incompatibles con los demás. Se puede ser dulce a la vez luchar como una animal por lo que se quiere, ser sexual y tener aspiraciones espirituales, contestar con descaro cuando es necesario y querer cuidar o tener hijos. No sólo se puede hacer, si no que en realidad, se es realmente.
El propio ciclo menstrual (que por supuesto no es igual para todas) hace que el cuerpo de la mujer pase por distintas fases hormonales, físicas, emocionales: complementarias. De la menstruación a la ovulación hay cambios enormes en cuanto al deseo, a la sensibilidad al dolor, en cuanto a los fluidos físicos… Y todo este cambio dentro de una sola mujer una vez al mes… ¿Por qué no aceptar entonces estos cambios a nivel de sociedad al referirse a la mujer?

En su libro Las diosas en cada mujer,  la doctora Jean Shinoda muestra los arquetipos femeninos basados en las diosas griegas. Aunque nunca me ha parecido muy realista poner etiquetas, sí creo que es interesante ya que la cultura greco-latina es nuestro origen. Me llamó mucho la atención la referencia que hace a las diosas Afrodita y Hestia, que representaban el amor y la sexualidad la una y el mundo espiritual e interior la otra. Lo que en nuestra sociedad equivaldría a la puta y la santa, aunque en oposición a nuestra realidad social, aquí ambas deidades lucen por hacer muestra de su voluntad. Shinoda dice que tienen mucho más en común de lo que se podría pensar. Ambas son independientes, no dan explicaciones a nadie, han elegido libremente el lugar en el que están. “…(Afrodita) es capaz de centrarse en lo que para ella tiene personalmente sentido; los demás no pueden apartarla de su meta. Y en cuanto que lo que ella valora, es puramente subjetivo y no puede medirse en términos de éxito o de reconocimiento. Afrodita es  (paradójicamente) muy similar a la anónima e introvertida Hestia, que, aparentemente, es la diosa menos parecida a Afrodita.

Tener que elegir entre ser puta o ser santa es tener que estrangularse, dejar de respirar, amputarse una de las partes que van a ser vistas y juzgadas desde fuera. Y lo que es peor: es tener que separar la vida de la propia vida, dividir los instintos y las emociones, enloquecer por no poder juntar todo ello en una misma persona. Es ahogarnos en nosotras mismas y ponérnoslo muy difícil para salir a flote.

18 ago 2014

EL PELIGRO DE LA HISTORIA ÚNICA

Chimamanda Ngozi dio este discurso en una charla de TEDx a cerca del peligro de que nos quedemos con una sólo verdad, con una sola historia, con una sola cara de la realidad. Esta nigeriana alude al papel de los medios y sobre todo al que tenemos todos de forma personal a la hora de juzgar a los demás y su realidad.

Una amiga me recomendó su monólogo y aquí está, muy interesante, traducido al francés y al español.

<<Cuando rechazamos la historia única, cuando nos damos cuenta de que nunca hay una sola historia sobre ningún lugar; recuperamos una parte del paraíso.>>




15 ago 2014

COSAS QUE HE APRENDIDO GRACIAS Y A PESAR DE SER PERIODISTA

Hace sólo unos pocos años que me licencié, que puedo decir que "oficialmente" soy periodista. "Oficialmente": palabra que sirve para describir la realidad a la manera más políticamente correcta. Y es que creo que en estos años de crisis, de cambio por todos lados, de convulsión política y económica, de titulares que se centran en cómo estamos los jóvenes; me planteo qué he aprendido, si es que he aprendido algo por haber decidido dedicarme un día a esta profesión. Y no sólo eso. Voy más allá, porque ese es mi propósito a la hora de escribir esto. Me pregunto si he aprendido algo más desde que terminé esos "estudios reglados", cuál ha sido mi trayectoria, si es válida o no (faltaría más, el lastre de la comparación para medirnos en el mundo en que vivimos), si mis miedos tienen cabida o son inventados. Me pregunto qué sigo aprendiendo y en qué punto estamos (estoy yo también) quienes pertenecemos aunque sea falsamente a esa generación bautizada con la letra escarlata de "generación perdida".

No son consejos ni críticas hacia nadie en particular y hacia todo lo que me parece. Es una autocrítica y una palmadita en la espalda. No es nada personal, pero es muy personal para mí. Más que un diálogo es un monólogo a mí misma y mis circunstancias.

-Que el Periodismo es algo práctico y que por muchos estudios que se tengan vale más el hacer, hacer y hacer.

-Que ante todo se trata de saber comunicar, y que por mucho que se haya ido a una facultad hay gente que no tiene nada que ver con esta profesión y se explica mucho mejor en ciertos temas.

-Que hay mucho cara dura que quiere tener gente trabajando gratis o de becarios perpetuos. Que sólo depende de nosotros dignificar nuestro trabajo, y amigo; esto tampoco es gratis porque requiere mucho esfuerzo en seguir formándose, moverse, equivocarse y seguir adelante.

-Que la mayoría de los estudios relacionados con la comunicación (másters, cursos de especialización) son en realidad lecturas de libros y clases sin saber real ni conexión con la realidad. Eso sí, por el módico precio de un ojo de la cara.

-Que vivimos en un mundo de cambios brutales en todos los sentidos, y no sólo por la crisis. Hay que conocer el mundo digital. Hasta hace unos años muchos medios nacionales ni siquiera tenían página web y el "Communiy Manager" era alguien inexistente.Que hace años ser periodista implicaba tener acceso a unos medios de comunicación muy restringidos a la profesión, mientras que hoy cualquier persona con conexión a Internet puede informar de un suceso a tiempo real, tanto si lo hace bien como si lo hace mal. Que ya no existe ese monopolio para comunicar.

-Que nos guste o no, como periodistas o ciudadanos tenemos que mirar más allá de nuestras fronteras. Que no sólo cuestión de saber inglés, árabe o chino mandarían. El mundo está globalizado y lo que pase al otro lado del planeta te puede afectar a ti en unas horas. Y el periodismo es una herramienta preciosa para conocer esto.

-Que aunque nos cueste mucho aceptarlo en el fondo tenemos el periodismo y los medios de comunicación que nos merecemos. Si sólo salen los programas rosas en hora punta o los deportes (y no tengo nada en contra de ellos) es por que dan dinero.  Y si como ciudadanos y espectadores nos parece más cómodo mirar el gallinero de los programas rosas que saber cuáles son nuestros derechos, es nuestro problema. Ni más ni menos.Que a veces pienso que tanta crisis es sólo una excusa y que sólo llorar y quejarse no sirve de nada. Que no es cuestión sólo de corrupción o de crisis, de medios manipuladores sin escrúpulos... Porque sin una sociedad que mantenga todo esto, todos ellos se habrían caído hace ya mucho tiempo. 

-Que afortunadamente sí hay gente concienciada con pagar dignamente por un trabajo bien hecho. Al final la gente tiene que pagar por tu trabajo. Y aunque en esta sociedad hedonista creamos que tenemos derecho a tenerlo todo y tenerlo todo... ¡ya! y casi gratis, es mentira. Todo cuesta: a veces es dinero, otras es tiempo, otras es formación.Que el ser humano ante todo es creativo y se están inventando nuevas formas de financiar buenos proyectos interesantes.

-Que cuando veo el panorama pienso si no me hubiera rentado más hacer otra cosa más de provecho. Luego rememoro las razones por las que quise de verdad estudiar esto y sé que volvería a hacerlo de nuevo.

- Que cuando uno viaja por ahí se da cuenta de lo afortunado que es y la de oportunidades e ideas que se le ocurren. Que la gente que menos tiene es la que más agudiza el ingenio y suele ser la que menos necesita.  Que ahogarse en un vaso de agua es absurdo y vivir con miedo el peor de los males.

-Que dedicarse a esto, aunque a veces sea sólo de refilón te da la oportunidad de seguir aprendiendo constantemente y no parar, por lo tanto no hay lugar para el aburrimiento.

                                   "Aún aprendo", dibujo que Franciso de Goya realizó al final de su vida.

-Que la vida manda más que todo lo demás y que la educación no formal es la más importante.

                    Salvados : "Cuando luchas puedes ganar, pero si no luchas seguro que pierdes"

12 jun 2014

CÓMO ANULAR A UNA PERSONA

Comparto la siguiente reflexión que encontré buceando en el blog de Carlota Miranda (lo recomendé en la entrada anterior para informarse sobre Marruecos).

El texto es de Ana Cristina Aristizábal, una periodista colombiana, a quien podéis leer aquí.

CÓMO ANULAR A UNA PERSONA

El peor daño que se le hace a una persona es darle todo. Quien quiera anular a otro solo tiene que evitarle el esfuerzo, impedirle que trabaje, que proponga, que se enfrente a los problemas (o posibilidades) de cada día, que tenga que resolver dificultades.

Regálele todo: la comida, la diversión y todo lo que pida. Así le evita usar todas las potencialidades que tiene, sacar recursos que desconocía y desplegar su creatividad. Quien vive de lo regalado se anula como persona, se vuelve perezosa, anquilosada y como un estanque de agua que por inactividad pudre el contenido.

Aquellos sistemas que por “amor” o demagogia sistemáticamente le regalan todo a la gente, la vuelven la más pobre entre las pobres. Es una de las caras de la miseria humana: carecer de iniciativa, desaprovechar los talentos, potencialidades y capacidades con que están dotados casi todos los seres humanos.



Quien ha recibido todo regalado se transforma en un indigente, porque asume la posición de la víctima que sólo se queja. Cree que los demás tienen obligación de ponerle todo en las manos, y considera una desgracia desarrollarse en un trabajo digno.


Es muy difícil que quien ha recibido todo regalado, algún día quiera convertirse en alguien útil para sí mismo. Le parece que todos a su alrededor son responsables de hacerle vivir bien, y cuando esa “ayuda” no llega, culpa a los demás de su “desgracia” (no por anularlo como persona, sino por no volverle a dar). Solo los sistemas más despóticos impiden que los seres humanos desarrollen toda su potencialidad para vivir. Creen estar haciendo bonito, pero en definitiva están empleando un arma para anular a las personas. (No quiere decir que la caridad de una ayuda temporal no sea necesaria en momentos especiales).

9 jun 2014

LA CULTURA DEL MIEDO

Llevaba tiempo pensándolo, pero no suele ser hasta que una inicia un viaje, cambia de ambiente y de perspectivas y sobre todo se ve realmente válida para salir adelante, cuando lo puede confirmar.

La vida es una. Y en países más "pobres" lo saben muy bien. Que sin los demás no somos nadie y que no controlamos absolutamente nada.

Que vivimos con demasiado miedo en nuestras casas de cristal sin rozarnos con el mundo real, que es mucho más libre. Y que no es bueno estar así, porque en realidad nos perdemos la vida de verdad.

                                             <<Abre la ventana y que la brisa te acaricie la cara>>

Pero al viajar, cambiar de gentes, ver otras costumbres y otras formas de tomarse la vida me he dado cuenta de que cada día debía confiar en algo, en desconocidos la mayoría, y sobre todo, no estar parada. Porque el miedo, paraliza.

El miedo se ha instalado en nuestra cultura, en nuestra forma de vida, en la de pensar también.  A pesar de creer que somos más libres que nunca por tener todos los medios a nuestra disposición, tener más formación que la que tenían nuestros abuelos o poder desplazarnos más fácilmente, tenemos miedo. 
Nuestra cultura respira miedo por los cuatro costados, y eso es algo que choca mucho al viajar a lugares que, desde aquí, siempre hemos considerado subdesarrollados, pobres, peligrosos... Todo esto, por supuesto, se traduce también en el pánico a los que son diferentes, o lo que es peor, el cerrarse directamente a tan siquiera conocer lo que es distinto, en vivir cómodamente a través de una pantalla, de la tele o de la radio, escuchando de forma pasiva cómo nos cuentas que es el  ese mundo en el que ahora nos podemos mover con más facilidad.

Durante el mes que he estado en Marruecos (vuelvo a repetir que es un tiempo absolutamente insuficiente para conocer algo a fondo) no he visto que la gente viva con el mismo miedo con el que vivimos aquí, en general. Tienen otros miedos, es cierto. Y otras condiciones de vida, muy duras algunas. Pero parece mentira que para todas las comodidades y oportunidades que tenemos, seamos incapaces de vivir realmente en paz y de forma coherente con lo que pensamos. De apreciar y valorar. Me sorprende ver que la tasa de depresiones se dispara en los países ricos. 

En "El miedo a la libertad" Erich Fromm exponía varios mecanismos de evasión que ha creado nuestra sociedad para seguir siendo esclava, porque ser libre implica tener una responsabilidad.

Por otro lado no es de extrañar. El sistema económico y social en el que vivimos, que tiene por objetivo comprar y comprar sin pensar en nada (¡sin pensar en nada!), necesita realmente al miedo como motor de sí mismo. También es una forma de que la gente se quede en casa pensando que más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer.
Porque si no tienes miedo a ser menos que tu vecino, entonces  no te endeudarías hasta las cejas para comprar ese todoterreno último modelo. Porque si las mujeres occidentales no tuviesen miedo a ser rechazadas por no parecerse Angelia Jolie, tampoco gastarían en antiarrugas, ni en pastillas adelgazantes, ni en montañas de ropa cada año. Porque si esa familia que tiene pocos ingresos no tiene miedo a ser etiquetada por los demás, no tiraría el dinero para aparentar. Quién sabe, tal vez sin miedo nos daría por pensar.Y puede que sin tantas cosas, nos quedase hueco para sentir.




31 may 2014

EL TRIUNFO DE LE PEN

Hace una semana el Frente Nacional de Francia, FN, conseguía triunfar en las elecciones al Parlamento Europeo, llevándose uno de cada cuatro votos.  Los medios de comunicación recogían esta victoria, que refleja el avance de los euroescépticos.

No es de extrañar que en la Unión Europea cada vez crea menos en la Unión. Después de años de dura crisis (para unos más que para otros) el bipartidismo se hunde y surgen los movimientos más extremistas y nacionalistas, con un discurso que cala muy bien en una población esquilmada, cansada, más empobrecida y desesperanzada. No ha sido el único partido extremista que ha ganado muchos votos en estas últimas elecciones, pues también en Alemania o en Bélgica.



En Francia vive ya la tercera generación de descendientes de sus antiguas colonias que migraron

La lideresa del FN, Marine Le Pen, ya se ve como ganadora en las elecciones nacionales, y no es para menos: uno de cada cuatro franceses dio su voto a su partido el pasado 25 de mayo. A pesar de que ha intentado desmarcarse de otros partidos de ultra derecha como Amanener Dorado, de Grecia, o como Jobbik, de Hungría, a nadie se le pasa por alto que la cabeza de lista ha tomado el legado de su padre, Jean Maie Le Pen, quien hace tan sólo unos días hacía declaraciones como éstas: "El ébola puede solucionar el problema de la inmigración en tres meses"

Aunque intenta suavizar su mensaje alegando que Francia no quiere ser dirigida desde fuera, a nadie se le escapa que otra victoria del FN en Francia podría poner en jaque al euro, ya que en sus propuestas está el romper con él, y que endurecería las políticas de inmigración . Propone volver al proteccionismo económico, acabar con las facilidades para que los extranjeros obtengan la residencia, y acabar con la Política Agraria Común (PAC).

La asignatura de Historia, que unos pocos de mi generación pudimos estudiar más o menos decentemente (en la ESO la repasabas por encima y los de Ciencias sólo estudiaban Historia de España en 2 de Bachillerato) nos enseña que estamos repitiendo un patrón... Y desafortunadamente estamos repitiendo lo mismo que pasó tras la crisis del 29, cuando el nacionalismo, llevado al extremo con el nazismo y el fascismo, alcanzó su auge gracias a un discurso que llegaba bien a la población. Sé que puede ser exagerado hacer esta comparación , pero casualidad o no, la tendencia es muy parecida.

Cuatro años después del crack de 1929 en Estados Unidos, Hitler ganaba las elecciones en Alemania, utilizando así un sistema democrático para imponer la dictadura.Por supuesto que las circunstancias eran muy distintas: Alemania había sido humillada en el Tratado de Versalles tras la I Guerra Mundial y quería su revancha. Además, otro movimiento como el fascismo italiano, ya había formado antes: lo que ocurrió es que el caos social y económico de la época hizo que ambos creciesen de manera estrepitosa. A eso hay que añadir una política de información brutal a la población, creando instituciones específicas; en Alemania, Joseph Goebbels era el Ministro de Propaganda. ¿A dónde quiero llegar? A que no sólo es el caos, la pérdida del poder económico, de valores de una sociedad... Es también, e importa mucho el mensaje, el qué se dice y el qué no se dice. Y en época de crisis la sociedad desea oír palabras de aliento, de autoestima,  desea claridad, saber quienes son los culpables y quién tiene la razón. Creo que es injusto decir que los únicos culpables de las barbaries de aquella época (y de la nuestra) fueron los líderes: miles de ciudadanos les siguieron por que querían creer.

Por supuesto, no son las mismas circunstancias históricas. Pero a nadie se le escapa que la clase media está desapareciendo en Europa de forma general, y en época de vacas flacas las masas enloquecemos por buscar culpables. No pretendo escribir un artículo catastrofista ni mucho menos, pero sí creo que hay que reflexionar sobre estas situaciones tan parecidas. No digo que sea el mismo caso caso del FN, pero llama la atención que un partido euroescéptico llegue a "vivir" de las instituciones europeas cuando su objetivo real es perderlas de vista. Aquí podéis ver parte de la entrevista que le hizo Ana Pastor a su líder en el programa "El objetivo"



Sin embargo creo que hay algo que diferencia claramente esas dos etapas... Y es que hoy la gente está más conectada que nunca. Tenemos la posibilidad de viajar rápidamente, de estar informados de lo que pasa en cualquier parte del mundo a tiempo real.
Podemos más que nunca ser nosotros mismos quienes sepamos de verdad lo que pasa, si nos queremos implicar.

Ya ha habido crisis y las seguirá habiendo, de todo tipo. Pero lo importante es analizar por nosotros mismos, y por difícil que sea. abstraerse de la situación para ver si realmente es tan "fácil" eso que nos están vendiendo.


29 may 2014

Y TÚ, ¿POR QUÉ VIAJAS?

Ya lo tenía claro cuando me lo preguntó el vendedor de alfombras en Aït Benhaddou. Sabía la respuesta porque había estado pensando sobre ello mientras viajaba en el tren o en el autobús, durante varios días.

Hablando sobre la prisa de los europeos, él me había preguntado que porqué viajaba. Y es de hecho una muy buena pregunta.

Viajo para conocer más y porque creo que mi educación aún no ha acabado. Porque creo que es muy importante vivir en la realidad, y para eso hay que conocerla. Porque, como todo en esta vida, si no eres tú el que se preocupa por conocer y por hacer, siempre acabará habiendo alguien o algo (puede ser la tele, un amigo de un amigo, una película) por medio del cual acabes "viviendo" esa realidad. Habrá alguien que te lo cuente y te diga cómo es, para bien o para mal. Pero así nunca podrás sentir lo que es caminar por aquellas calles estrechas, ni oler ni degustar la comida, ni maravillarte por que el autobús te ofrece un paisaje de cuento por su ventanilla y sentir que tienes suerte por poder disfrutarlo.

Creo que pocas cosas enseñan tanto como viajar, a pesar de que la mayoría de la gente que conozco se ha lanzado a hacer segundas carreras, másters (hay quien acumula tres) u otros estudios superiores, pensando que van a estar más preparados para manejarse en este mundo.
En primer lugar, y de modo práctico, por los idiomas que aprendes, porque no te queda más remedio.
También es fascinante darse cuenta de lo pequeño que es tu mundo. No hablemos ya de la gente que conoces y de las historias que hay detrás. 


Y porque detrás de estas bonitas y profundas palabras se esconde (y ahora lo muestro) mucha dificultad e inadaptación. Viajar no es fácil. Y eso es parte de la clave, porque sin ello no habría aprendizaje. Vivir situaciones que te chocan y causan repulsa al principio, conocer gente hacia la que antes, no nos engañemos, tenías ciertos prejuicios. Vivir en lugares que no son cómodos, donde puedes echar en falta una simple ducha durante días mientras sudas lo inimaginable. Conciliar el sueño en trenes y autobuses o estar alerta ante desconocidos.

Rendirse a que no te queda más remedio que adaptarte a algo que no conoces y que sin embargo, consigues conciliar con tu vida. Y que no pasa nada, todo sigue adelante.

Viajo porque salgo más fuerte y desarrollo mis capacidades al máximo. Viajo para enfrentarme, aunque sólo sea a mi manera, a lo que hay, a pesar de que no siempre es posible ni bonito. Viajo para que no me lo cuentes tú, ni aquél, para no conocer la vida a través de una pantalla, para evaporar todo lo que pienso y volverlo a construir. Viajo para vivir la realidad.

Viajo en realidad para no tener miedo.

                                                  La Koutubia, mezquita de Marrakech (Marruecos)

24 jul 2013

Quince días en agosto

Imbuidos en el tráfico de nuestros pensamientos, de un asueto consensuado y en masa...Qunce días por contrato.

Hace tiempo que vi por primera vez "15 días en agosto", cortometraje que se presentó al Jameson Festival. Desde el punto de vista de un niño, se reflexiona sobre las vacaciones de verano.

<<Quince días en los que te vas muy lejos para olvidar el resto de los días del año que pasas trabajando>>.




                                                                     <<15 días en agosto>>, de Eduardo González





17 jun 2013

Zygmunt Bauman y las relaciones sociales

No me resisto a pegar la entrevista al sociólogo Zygmunt Bauman que fue publicada hace unos días en "El País", realizada por Pilar Álvarez.

El sociólogo polaco es el autor del concepto "modernidad líquida", que describe a una sociedad en contante cambio; y en esta ocasión se refiere a las relaciones sociales. Reacciona contra las redes sociales como medio para relacionarse entre seres humanos, puesto que suplantan lo que realmente son las personas. Aquí dejo el texto íntegro:


Hemos perdido el arte de las relaciones sociales

“Hay que replantearse el concepto de felicidad, se lo digo totalmente en serio”. El hombre que bautizó este tiempo de incertidumbre como modernidad líquida repara durante gran parte de la conversación en el deseo más universal de la humanidad. El filósofo y pensador Zygmunt Bauman (Poznan, Polonia, 1925), cree que se nos ha olvidado cómo alcanzarla: “Generamos una especie de sentido de la culpabilidad que nos lo impide”.

Bauman recaló recientemente en la capital para ofrecer una conferencia en la Universidad Europea de Madrid a propósito de su último libro Sobre la educación en un mundo líquido, publicado en 2013. La conversación transcurre en una mesa de reuniones, frente a una botella de agua que apenas toca y un gran ventanal. Y ahí, con un gesto grave como su voz, profundiza sobre la felicidad, la crisis económica, las redes sociales o la juventud. “La búsqueda de una vida mejor es lo que nos ha sacado de las cuevas, un instinto natural y perfectamente comprensible, pero en el último medio siglo se ha llegado a pensar que es equivalente al aumento de consumo y eso es muy peligroso”, señala el Premio Prícipe de Asturias 2010. Con mirada enérgica, anima a cambiar los referentes: “Hemos olvidado el amor, la amistad, los sentimientos, el trabajo bien hecho”. Lo que se consume, lo que se compra “son solo sedantes morales que tranquilizan tus escrúpulos éticos”, despacha el filósofo que, a sus 88 años, arranca y despide el encuentro matutino fumándose una pipa de tabaco y un cigarro.

Zygmunt Bauman no tiene teléfono móvil ni perfil en las redes sociales, pero “desgraciadamente” se ve obligado a observarlos de cerca: “No tengo más remedio que interesarme por estos fenómenos por motivos profesionales”. Abomina de ellos porque considera que invaden todos los espacios y diluyen las relaciones humanas. “El viejo límite sagrado entre el horario laboral y el tiempo personal ha desaparecido. Estamos permanentemente disponibles, siempre en el puesto de trabajo”, dice.Describe un círculo vicioso familiar a propósito de la asociación de felicidad y consumo. El padre o la madre que dedican parte del sueldo a comprar la consola al hijo, porque se sienten culpables al no dedicarles tiempo. Le hacen el regalo, pero el modelo queda obsoleto pronto y se comprometen a facilitarle el siguiente. “Para pagarlo necesitarán más éxito profesional, estar más disponibles para el jefe, usar un tiempo que quitarás a tu familia...”.

No le gusta el papel que juegan en la vida laboral y tampoco el que suplantan, en su opinión, en las relaciones personales. Se acuerda de Mark Zuckerberg, que ideó la red Facebook para ser un chico popular. “Claramente ha encontrado una mina de oro, pero el oro que él buscaba era otro: quería tener amigos”.

“Todo es más fácil en la vida virtual, pero hemos perdido el arte de las relaciones sociales y la amistad”, se detiene. Las pandillas de amigos o las comunidades de vecinos “no te aceptan porque sí, pero ser miembro de un grupo de en Facebook es facilísimo. Puedes tener más de 500 contactos sin moverte de casa, le das a un botón y ya”.

17 feb 2013

Hacia la belleza uniforme

Cuerpos en serie. Rostros calcados. Uniformes que bajo el nombre de "moda" visten a toda una población.

Antiguamente la producción de objetos no era tan perfecta como ahora. Los moldes para hacerlos y los materiales no eran tan buenos para ello, y por así el resultado era más artesanal. Imagino al escultor griego o romano haciendo bustos, a los albañiles de la Edad Media apilando las piedras, o al hombre de la Prehistoria construyendo lanzas. No eran perfectas seguramente, pero perseguían un fin: ser útiles para algo; para la caza, para la construcción, para adornar. Poco a poco la técnica, cada vez más avanzada, fue agudizándose, y ahora tenemos miles de objetos, algunos bastante complejos, fabricados en serie, la mayoría funcionando sin problemas. Ordenadores, neveras, barcos, coches, lápices. La lista es tan larga como hacer un simple repaso a un día cotidiano en ésta sociedad. Algo que ha sido muy útil para facilitarnos la vida.

Por supuesto, estoy hablando de cosas, de objetos. A veces parece como si las personas hubiésemos caído en una trampa profunda y creyésemos que los próximos en producirnos en serie vamos a ser nosotros mismos.

El ser humano necesita las cosas, porque de ellas nos valemos para vivir (cobijo, comida, vestimenta para no pasar frío...). Y también belleza. La belleza es una de las necesidades humanas más acuciantes, en todos los sentidos. Sin ella, sin su percepción, nos marchitaríamos; sin a penas vislumbrala nada tendría sentido. La belleza es la percepción de algo que gusta instintivamente.

Hoy parece como si la sociedad en que vivimos (bautizada como "Occidental", según los ojos de quien la mire) hubiese perdido los sentidos para percibir la belleza. Digamos que esta es una sociedad poco sensual, en la que los verdaderos sentidos: tacto, vista, olfato, oído, gusto; rara vez se entremezclan para admirar algo bello, o, mejor expresado, para sentirlo como tal (y a veces ni pensarlo). A veces da la sensación de que no ve belleza más allá de sus narices, y nunca mejor dicho, porque parace como si la belleza hoy en día entrase en las casas por la televisión o Internet, o en los miles de anuncios pegados en las calles. Y hay un mal considerado "objeto" que parece ser considerado el centro de la belleza en éstos días y lo único importante: el propio cuerpo. La obsesión del "Hombre de Vitruvio" elevada al máximo exponente, aquel dibujo de Da Vinci en el que aparece la figura de un hombre y cuyo centro es su propio ombligo.

                                                                                            El dibujo de Leonardo

Pechos operados, narices, alargamiento de pene, medidas 90-60-90. Mientras que casi la mitad de la población mundial tiene problemas de nutrición, la parte rica y con más recursos se debate entre la obesidad y los trastornos como la anorexia o la bulimia. No parece que el culto al cuerpo, por mucho que esta misma sociedad así lo crea, forme parte de su ideario central. Ni siquiera que forme parte de ella.

Porque realmente, ¿qué es la belleza? Y más allá de eso, ¿en qué consiste la belleza física?

Lo bello puede producir un revoloteo interior en la persona que lo siente así, puede ser un poema que conecta perfectamente con las emociones, una cara bonita cuyos rasgos tienen una simetría maravillosa, un paisaje con tonos casi imposibles, o el recuerdo almacenado en la memoria en el que unas notas que tocadas de esta forma evocan por sí solas belleza. Hoy a penas se aprecia belleza de este tipo en esta sociedad, o al menos, que se fomente su apreciación. Las canciones parecen hechas en una fábrica de sonidos acordes para la venta, los paisajes se sustituyen por publicidad o por las tiendas, y de los poemas a penas se tiene consciencia de los que se obliga a estudiar en la ESO.

Que el ser humano ha necesitado históricamente la belleza física es algo innegable. Ésta designaba qué especímenes estaban sanos y listos para reproducirse (hay experimentos que incluso concluyen en que las mujeres son más atractivas durante la ovulación precisamente por esta razón biológica), en una época en que la vida era mucho más efímera y falta de comodidades, distinguir la belleza física era de vital importancia. Científicamente se sabe que para que un cuerpo sea considerado bello debe tener unos cánones de proporción  y una simetría. La llamada "belleza áurea" predica la medida del cuerpo debe ser la de siete veces la cabeza. Se supone que cuanto más simétrico sea el rostro, más bello le parece al cerebro humano.

Lo interesante es que demás de su biología, el ser humano parte de una construcción cultural en su base, es, por lo tanto, también cultura, y según las normas que marque dicha cultura así será considerado lo feo o lo bello. Han sido muchas la modas a lo largo de la historia, un cuerpo más voluminoso o menos, piel blanca o morena, ropas de un estilo u otro para parecer más atractivos. El ser humano es social y por ello tiene en sí el deseo de agradar a sus semejantes, con lo cual no es en absoluto condenable que quiera alcanzar la belleza y que no desee ser rechazado. Cada persona nace con unos genes que determinan su aspecto. Rubios, morenos, pelirrojos. De ojos verdes, marrones, azules. Más altos o bajos, delgados o gruesos, dependiendo por supuesto también de la raza a la que el sujeto pertenezca. Si bien eran ciertas las afirmaciones sobre la búsqueda y necesidad biológica de lo bello, la pregunta pertinente es entonces ¿Hasta qué punto la cultura determina lo que es bello o no?
                                                                 
          La "Venus de Willendorf" sugiere que el cuerpo de la mujer era admirado así en la Prehistoria.

Hoy la interpretación belleza física parece estar tomando un camino no sólo bastante antinatural, si no enfermizo. El bombardeo constante de propaganda (casi más que publicidad) para conseguir un físico determinado toma todo tipo de formas: cremas antiarrugas, dietas milagro, clínicas de estética, gimnasios y en cada producto nuevo, casi siempre una mujer (aunque los hombre también son tocados, y cada vez más, por este circo mediático) anunciándolo. Todo lo que te hace bello es bueno. Siempre y cuando siga en concepto de belleza marcado hoy en día. En la mujer, un cuerpo delgado, joven, sin impurezas, con medidas tendentes a las ya mencionadas. En el hombre, se busca que marque su masculinidad, pero sin rudeza,  no sin dejar de seguir la moda y prepararse tanto como la mujer para salir a la sociedad. Nada nuevo hasta ahora. Lo verdaderamente trágico es esa tendencia a la uniformidad de la belleza, a calificar como bonito ese cuerpo, ese rostro que sólo sigue unos patrones estéticos determinados por la llamada cultura occidental. La cultura del bisturí para transformar el propio cuerpo ha creado una oleada de fábricas de personas- maniquís, que cada vez se parecen más unas a otras; y cuando no se usan intervenciones médicas para ello se busca esa uniformidad por otros medios, como los trastornos alimentarios o las compras compulsivas. No hay nada de malo en que una persona quiera aspirar a la belleza, sí lo hay y es muy triste que crea encontrarla en la fabricación de seres humanos en serie, carentes de cualquier particularidad (que sería antiestética), o que no se plantee su propio concepto de lo bello más allá de su definición cultural. No estoy tratando por supuesto los casos extremos de disconformidad con el cuerpo (cambios de sexo, problemas físicos o grandes complejos). La globalización, que tanto ha podido beneficiar en otras cosas, ha acabado globalizando todo un estilo de belleza, y con ello, trastocando las mentes de quienes aspiran a él.
               Maniquíes biónicos.

Cada cara, cada cuerpo, describe una historia. Es la historia de sus antepasados, de los cuerpos que precedieron y albergaron antes ése cuerpo, y de las circunstancias que vivieron. La sociedad de hoy ni siquiera se ha parado a reflexionar sobre este hecho. 

Sin llenar de belleza esa identidad, más importante para el desarrollo humano que la belleza física, éste última no sirve de nada. Belleza para reconocer lo que es verdad, para pensarla y para actuar con libertad, otra de las características fundamentales de los seres humanos. El siglo XX ha marcado el camino que hoy se sigue recorriendo en este sentido; figuras célebres como Marilyn Monroe (la máxima representante) han sido iconos de caras bonitas sin expresión propia, de un tratar de mostrar belleza al exterior sin hacer uso de los propios sentidos para sentir la propia, y poco a poco se ha ido generalizando la idea de que hay que llegar a unos cánones que rara vez nos hemos cuestionado, quedando todos iguales y aspirando a lo mismo. ¿Tan poco somos, realmente, que estaríamos mejor siendo como fabricaciones en serie que sirven sólo para adornar? Y recalco "sirven", porque las cosas sirven, las personas no.


                              La belleza se puede encontrar en la música. "Claro de Luna", de Beethoven

Digamos que más allá de la cultura estética, de alcanzar o no los objetivos de belleza, el cuerpo, el rostro, dan una identidad. Somos nuestros pensamientos, nuestras ideas, nuestra cultura, y nuestro cuerpo también. Y la belleza que percibimos.