1 oct 2014

DE PUTAS Y SANTAS

Esta es mi primera colaboración para la revista online "Proyecto Khalo", una publicación mensual que sigo desde hace meses y que desde el principio me enganchó. Se autodefine como una alternativa  a las revistas femeninas y todos sus artículos ponen el punto de mira en la mujer y su relación con el entorno, siempre con unas dosis de realidad, colaboración, análisis y sarcarsmo que no existen en las revistas femeninas actuales. Os invito a que la conozcáis y por supuesto a que leáis mi primer artículo.

El título puede ser chocante, malsonante o simplemente llamativo. Pero nada más lejos de la realidad; lo que trato de describir en este artículo son los dos extremos represivos del imaginario social entorno a la mujer, con la mayor objetividad posible. Si queréis leer el artículo en la web de "Proyecto Khalo", pinchad aquí: "De putas y santas"


                                      "Reine Paon" Imagen del ilustrador Benjamin Lacombe


-Mira Fulanita, vaya pintas que lleva, con esa falda, ayer estaba con uno y hoy con otro… ¡Menuda puta!
-Pues mira Menganita, con lo fea que es la pobre, siempre estudiando…No tiene “nivel” para venir con nosotras, ¡es muy santa!
¿Os suenan estas conversaciones? Seguro que más de una vez todas hemos oído (cuando no participado) en una de ellas. Ser puta o ser santa. La eterna dualidad para las mujeres. Y la lástima es que casi siempre somos las propias mujeres las que juzgamos así a las otras, sin darnos cuenta de que al hacerlo nos hacemos daño a nosotras mismas. Voy a escribir este artículo sobre las mujeres por el hecho de serlo, pero creo que en este juego del etiquetado somos todos, hombres y mujeres, quienes salimos perdiendo.
Parece como si en nuestra sociedad las mujeres sólo pudiésemos aspirar a estar en alguno de estos extremos, tan temidos, tan fáciles de determinar, tan catalogables. Putas o santas, malas o buenas, brujas o princesitas, vividoras sin conciencia o amargadas olvidadas de sí mismas… Todo o nada.
Voy a analizar exactamente a qué nos referimos -y en esto hay mucho de cultural- cuando decimos que una mujer es una puta o una santa.
Puta es aquella que ofrece sexo a cambio de dinero. Sin embargo, creo que cuando a una mujer se le llama “puta”, esta palabra denota mucho más, por el contexto cultural. Ser puta es ser vil, no tener escrúpulos ni conciencia. Es mucho más que vender el cuerpo, es haber vendido el alma, haberse salido del camino marcado y poder ser señalada con la letra escarlata. Es el tabú social, es ser indigna. Es un ser despersonalizado, sin amor ni disfrute propio. Por mucho que lo he pensado, no consigo encontrar una palabra negativa que describa a quien se beneficia del servicio de la puta: cliente, chulo (esta incluso denota superioridad), la  Madamme (“señora” en francés, a modo de respeto)… En el mismo lenguaje la puta se queda sola, porque aunque se dé que todos se aprovechen de ella, al final es ella sola la que ha de llevar la carga de ser lo que es en la sociedad en la que vivimos.Lo curioso de todo esto es que la puta está hecha para el placer de los demás, sin los demás, ser “puta” no tiene sentido.

Vamos a hora al otro extremo, el de la “santa”. Habrá quien piense que este no es tan dañino como el anterior, ya que culturalmente es más aceptado. A pesar de que muchos de los santos que aparecen en el calendario lo fueron por haber sido castigados por sus ideas religiosas (lo que implicaba valentía), ser “santa” es otra palabra cuyo significado se ha desvirtuado y tiene un significado social.
El diccionario la define como: “De especial virtud y ejemplo de persona sin culpa, venerable”.
Es aquella que no puede tener culpa porque nunca hace nada, y si hace es lo que está marcado. Por tanto, la cautela y la inactividad son su camino. Es todo lo opuesto a la puta: no contesta, es sumisa, debe sacrificarse por los demás ante todo. En nuestra sociedad esto se consigue por los medios más diversos: la imagen, la ropa, conseguir una posición social “bien vista”, una casa… Ser una mujer que no llame demasiado la atención para no deslumbrar, pero que la llame lo justo como para que los demás vean que sigue el buen camino. Es la niña buena transformada en chica aplicada, la mujer esperable. Su misión es velar por el resto, una santa no goza de su vida en pos de los demás, que pueden aprovecharse de esto.


                                                   
                                                      "Ella baila bembé", Canción de Amparanoia




Los demás… ¿Os suena esto de algo? ¿Será que la santa y la puta son dos barrotes de una misma cárcel?
Ambas están al servicio de la sociedad, son fácilmente identificables y etiquetables… Ni la santa ni la puta cubren sus propias necesidades, sino las de los demás. Ambas están totalmente desconectadas de cualquier deseo personal.
Ambas son figuras incómodas para las mujeres de nuestra sociedad. Las generaciones anteriores valoraban más el extremo de la santa por la influencia de la religión (la Virgen María es la santa por excelencia), y creo que hoy, por la influencia de los medios de comunicación, se nos quiere transmitir la imagen de que una mujer libre elegirá más el modelo de la puta. Lo peor es que muchas veces somos las propias mujeres quienes no nos paramos a pensar si realmente tenemos que movernos entre estos dos extremos que de por sí son falsos; ya que nos cortan los instintos más primarios y nos hacen creer que algunos de nuestros sentimientos y deseos son incompatibles con los demás. Se puede ser dulce a la vez luchar como una animal por lo que se quiere, ser sexual y tener aspiraciones espirituales, contestar con descaro cuando es necesario y querer cuidar o tener hijos. No sólo se puede hacer, si no que en realidad, se es realmente.
El propio ciclo menstrual (que por supuesto no es igual para todas) hace que el cuerpo de la mujer pase por distintas fases hormonales, físicas, emocionales: complementarias. De la menstruación a la ovulación hay cambios enormes en cuanto al deseo, a la sensibilidad al dolor, en cuanto a los fluidos físicos… Y todo este cambio dentro de una sola mujer una vez al mes… ¿Por qué no aceptar entonces estos cambios a nivel de sociedad al referirse a la mujer?

En su libro Las diosas en cada mujer,  la doctora Jean Shinoda muestra los arquetipos femeninos basados en las diosas griegas. Aunque nunca me ha parecido muy realista poner etiquetas, sí creo que es interesante ya que la cultura greco-latina es nuestro origen. Me llamó mucho la atención la referencia que hace a las diosas Afrodita y Hestia, que representaban el amor y la sexualidad la una y el mundo espiritual e interior la otra. Lo que en nuestra sociedad equivaldría a la puta y la santa, aunque en oposición a nuestra realidad social, aquí ambas deidades lucen por hacer muestra de su voluntad. Shinoda dice que tienen mucho más en común de lo que se podría pensar. Ambas son independientes, no dan explicaciones a nadie, han elegido libremente el lugar en el que están. “…(Afrodita) es capaz de centrarse en lo que para ella tiene personalmente sentido; los demás no pueden apartarla de su meta. Y en cuanto que lo que ella valora, es puramente subjetivo y no puede medirse en términos de éxito o de reconocimiento. Afrodita es  (paradójicamente) muy similar a la anónima e introvertida Hestia, que, aparentemente, es la diosa menos parecida a Afrodita.

Tener que elegir entre ser puta o ser santa es tener que estrangularse, dejar de respirar, amputarse una de las partes que van a ser vistas y juzgadas desde fuera. Y lo que es peor: es tener que separar la vida de la propia vida, dividir los instintos y las emociones, enloquecer por no poder juntar todo ello en una misma persona. Es ahogarnos en nosotras mismas y ponérnoslo muy difícil para salir a flote.

8 mar 2012

8 Martie, homenaje a las mujeres

Por fin. Después de 9 meses en Câmpina con Zamolxes ¡hemos realizado y editado un vídeo propio!

El motivo no es otro que celebrar de esta manera el <<Día de la Mujer>>, que es hoy y mañana, fue ayer y este año creo que 366 días se dedican a él...

Fechas concretas aparte, este 8 de marzo ha sido la excusa perfecta para conocer un poco más un pedacito de las tradiciones de este país, y preguntar y preguntarse qué es eso de ser mujer, porqué se celebra...

El vídeo fue grabado íntegramente en Câmpina, la ciudad más soleada de Rumanía. Mi compañera Noemie, de Francia, realizó fotografías, la periodista Alexandra Irimea realizó las entrevitas y una servidora se dedicó a grabar. Ayer mismo las tres estuvimos editándolo...Así que está recién salido del horno. Tal vez no sea un gran vídeo, la calidad de las imágenes no sea perfecta ni el sonido...Pero es nuestro vídeo y es una ilusión que nos ha permitido conocer algo mejor el lugar en el que estamos, su gente y sus costumbres. Y además, enseñárselo a otros. 


                             

                                                              Vídeo sobre la celebración del 8 de marzo

 Si en España se suele decir que este es el <<Día de la mujer trabajadora>>, en Rumanía es, simplemente, el <<Día de la mujer>>. Es típico que muchas reciban flores o regalos; y otras, aunque no lo celebren de una forma especial, sí tienen conciencia de que éste es Su día.

Algo que me ha llamado mucho la atención es que aquí es común que los jefes dejen tiempo libre a sus trabajadoras y les den un dinero extra para irse a comer todas juntas a celebrarlo...Ni que decir tiene que los comercios intentan hacer también su agosto con regalos especiales y precios rebajados para ir a spa, restaurantes, piscinas...

En Câmpina, esta ciudad de 40.000 habitantes, la plaza central sigue poblada por pequeños puestos de artesanía (supervivientes del día 1 de marzo). Venden sobre todo flores: en pulsera, en pendientes, en anillos, en velas, en Martisoare...Es increíble cómo el buen tiempo ha cambiado la rutina de este lugar: desde hace una semana muchas personas cruza la calle con ramos en sus manos, el mercado tiene más vida (pues es aquí donde se pueden comprar las flores/ plantas más baratas), los puestos callejeros más humildes han vuelto a aparecer tras el crudo invierno, y la gente...¡cuánta gente me parece ver últimamente!

Y es que, como dice una mujer que aparece en el vídeo:<<Esto es renacer>>.

La primera vez que se celebró el <<Día de la Mujer>> fue en 1911 en Austria, Alemania, Dinamarca y Suecia, después de que Clara Zetkin (líder de las socialistas alemanas) reivindicase con ello el derecho al voto de las mujeres. Y es que, recordemos que hasta no hace mucho las mujeres no podían hacer esto: en España lo hicieron por primera vez en las elecciones de 1933, y en Rumanía se aprobó en 1938.


MARCELA EN <<EL QUIJOTE>>

Al escribir sobre este día, no puedo olvidarme de este texto.

El discurso de la pastora Marcela en <<El Quijote>> es uno de los más impactantes que he leído nunca. Más si se tiene en cuenta que fue escrito a principios del siglo XVII...

Resumiendo, digamos que Sancho y don Quijote presencian el entierro de un joven, Crisóstomo, y todos los amigos de éste dicen que el chico ha muerto por amor, porque la odiosa Marcela, esa víbora hermosa que pastorea en el campo no le quería...

                                                          Ilustración de Benjamin Lacombe

Y he aquí que aparece Marcela repondiendo a quienes le acusan...


<<Yo nací libre, y para poder vivir libre escogí la soledad de los campos: los árboles destas montañas son mi compañía; las claras aguas destos arroyos, mis espejos; con los árboles y con las aguas comunico mis pensamientos y hermosura. Fuego soy apartado y espada puesta lejos. A los que he enamorado con la vista he desengañado con las palabras; y si los deseos se sustentan con esperanzas, no habiendo yo dado alguna a Crisóstomo, ni a otro alguno el fin de ninguno dellos, bien se puede decir que antes le mató su porfía que mi crueldad. 
Y si se me hace cargo que eran honestos sus pensamientos y que por esto estaba obligada a corresponder a ellos, digo que cuando en ese mismo lugar donde ahora se cava su sepultura me descubrió la bondad de su intención, le dije yo que la mía era vivir en perpetua soledad y de que sola la tierra gozase el fruto de mi recogimiento y los despojos de mi hermosura; y si él, con todo este desengaño, quiso porfiar contra la esperanza y navegar contra el viento, ¿qué mucho que se anegase en la mitad del golfo de su desatino?

Si yo le entretuviera, fuera falsa; si le contentara, hiciera contra mi mejor intención y prosupuesto. Porfió desengañado, desesperó sin ser aborrecido: ¡mirad ahora si será razón que de su pena se me dé a mí la culpa! Quéjese el engañado, desespérese aquel a quien le faltaron las prometidas esperanzas, confíese el que yo llamare, ufánese el que yo admitiere; pero no me llame cruel ni homicida aquel a quien yo no prometo, engaño, llamo ni admito>>




1 mar 2012

Martisor o la fiesta de la primavera

Me sorprendió al llegar a Rumanía la insistencia de mi profesora de rumano (en el EVS aprendes el idioma durante los tres primeros meses) con que las estaciones del año empezaban el día uno. Me explico. Por ejemplo, cuando decía:

-Los meses de invierno son diciembre, enero y febrero. " Primavara" tiene los meses de "martie", "aprilie" y "mai" (marzo, abril y mayo).

No me explicaba que para ella las estaciones no empezaban el día 21 de diciembre, marzo, junio y septiembre.

-Poftim...Lunile de primavara. -(Por favor, dime cuáles son los meses de primavera), decía.

-Aprilie, mai, iunie.- Contestaba.

-Nu! Lunile de primavara sunt: martie, aprilie si mai!

No. En Rumanía se considera que empiezan el día uno. Me pareció una tontería en ese momento (aunque sigo defendiendo que la primavera empieza a finales de marzo), pero no sabía entonces hasta qué punto es importante para los rumanos un detalle como este.

Hoy es una de estas fechas, es 1 de marzo. Y es, precisamente, para ellos, el principio de la primavera. Y no es un día cualquiera. Mientras en España nos enteramos del cambio de estación porque el hombre del tiempo lo dice en las noticias, aquí sigue existiendo una tradición muy arraigada para celebrar este cambio: el paso del invierno frío a la estación más fecunda del año.


Ramos de flores para regalar: también son un símbolo de la primavera.

Es costumbre que las mujeres reciban pulseras hechas con un hilo blanco y otro rojo, y también amuletos que lleven flores. Todos estos objetos de regalo se llaman <<Martisoare>>. Se supone que en las pulseras, estos colores representan el invierno (color blanco) y la primavera (color rojo), pero también se puede interpretar como los opuestos de la vida: lo femenino y lo masculino, la guerra y la paz...Se dice que las mujeres las llevarán atadas durante dos semanas, y que les traerá suerte. Esta costumbre no es sólo exclusiva de Rumanía. En otros países como Bulgaria, Moldavia o Macedonia también se practica.

Lo más sorprendente de esta tradición es su antigüedad...¡ni más ni menos que desde hace 8.000 años! 
Al parecer el nombre proviene de <<martie>> (marzo en rumano), que a su vez viene dado por Marte, el dios romano de la guerra y la agricultura. No hay que olvidar que el imperio romano estuvo presente en Rumanía y precisamente ese origen latino es el que ha ido dando al país la identidad tan particular que tiene en los Balcanes. Sin embargo, a los romanos sólo se les debe el nombre, pues antes de que llegasen a Rumanía otros pueblos como los dacios o los tracios ya tenían esta tradición. 


Pulsera con hilos rojo y blanco.

Sobre todo esto, evidentemente, hay mucho escrito y muchas leyendas.Un documento interesante y bastante completo de los muchos que hay en la web es el que se puede consultar aquí http://fedrom.org/statics/uploads/martisor.pdf , y que analiza esta festividad tan bonita a lo largo de la historia.

Según la Astronomía, será el día 20 de este mes, a las 05:14 de la mañana cuando se produzca el equinoccio primaveral, vamos, que justo ese día y a esa hora habrá las mismas horas de sol que de noche.Será cuando oficialmente podamos decir que ha llegado la primavera al hemisferio norte.
  


En Câmpina, la ciudad más soleada de Rumanía, hace un día brillante. El reloj central de la plaza marca los 5ºC (después de lo que he vivido en las últimas semanas podría decir que hasta hace calor), y en la calle hay más gente de lo normal. Desde hace varios días la Piata (Plaza) se ha llenado de puestecillos vendiendo sus abalorios para este día. Los venden a precios muy baratos, 1 lei o 2 por uno pequeño, 5 por algunos más grande un con flores, 8 el más caro. Algunos hombres llevan ramos de flores en sus manos, tal vez para regalarlos a sus madres o sus novias, y algunas mujeres ya llevan los suyos.


En la plaza central de Câmpina los vendedores exponen sus <<Martisoares>> mientras algunos paseantes hacen sus compras de última hora.

Sé que es invierno, el hielo se está derritiendo y la gente sigue llevando sus abrigos en la calle.  Pero me parece bonito celebrar este cambio, aunque realmente vaya a producirse en unos días. Me parece importante y bonito darnos cuenta de que el paisaje cambiará, vendrán las flores, vendrá la vida y hará mejor tiempo. No importa de qué manera, cuál sea el ritual o si hemos entrado científicamente en otra estación.




En Câmpina, la ciudad más soleada de Rumanía, hace un día brillante.


Hoy para mí también ha empezado la primavera.



                                                                         <<Rubí>>, de Alphonse Mucha