16 sept 2012

Esperanza

He tenido una gran suerte. La suerte de vivir una experiencia que no vive todo el mundo. La de vivir durante meses en un país como Rumanía, con la diferencia cultural, social y económica que esto supone con respecto a vivir en España. Y me considero muy afortunada.

Al volver aquí, una maraña de preguntas sobre mi futuro me abruma un poco todos los días. La crisis económica, que ya golpeaba el país antes de que me marchase, ahora muestra su peor cara, sobre todo con los jóvenes. Jóvenes que como yo, tienen una titulación superior, expectativas, idiomas, ganas de seguir aprendiendo...Y de trabajar. De ser independientes, de empezar a construir ellos solos sus sueños con la base que han ido adquieriendo durante años de formación. Y sin embargo, no parece que la situación vaya a mejorar pronto.

Haber vivido durante casi un año en Rumanía ha cambiado mi forma de ver las cosas; más bien, de enfrentarme a ellas. Nadie va a negar que la situación económica de España es desastrosa y que eso está afectando a los jóvenes que quieren dedicarse a lo que han estudiado. Efectivamente, se está produciendo una "fuga de cerebros" que no creen tener un futuro (ni siquiera cercano) aquí. No me refiero sólo a las cifras, a la prima de riesgo por las nubes, a los recortes, que son muy reales. Tampoco quiero invitar a la inacción, a hacer como que no pasa nada y a mirar cómo todo se viene abajo, felizmente.

Sin embargo, salir por tu propio pie y vivir una realidad diferente te hace comparar muchas cosas, muchos valores a veces, y muchos miedos también. España no está para tirar cohetes, y Rumanía tampoco. Pero la inestabilidad política que tiene Rumanía (hace apenas unos meses el Presidente estuvo a punto de ser depuesto en un referéndum), no la tenemos aquí. Allí hay más trabajo, con menos sueldo, es verdad. También hay más corrupción en las administraciones, y mucho más visible que aquí, donde se suele concentrar en la clase política o sus allegados.

La experiencia que he vivido me ha aportado ser más positiva, buscar soluciones propias. La gente que he ido conociendo por el camino, y no sólo en Rumanía, también viajando un poco, me ha hecho darme cuenta de que la gente sale. Salen, sí, por muy simple que parezca.


En las vías del tren, entre las piedras y las vigas, en un lugar donde todos los días una máquina que pesa toneladas barre ese terreno... Nace una planta, a penas apreciable a la vista.

Allí conocí a Alexandra, una chica poco mayor que yo, con un hijo de dos años y que debe hacerse cargo de sus padres, ya mayores y que en ocasiones no pueden valerse por sí mismos.
Es periodista y le encanta la edición de vídeos. Llegó a trabajar en una revista de renombre en Bucarest, pero al quedarse embarazada lo dejó para poder cuidar a su hijo, y ahora no ha podido volver. No se rinde: trabaja escribiendo artículos desde casa para algunas webs especializadas, el sueldo no es bueno y hay que escribir mucho, pero así puede cuidar de su hijo. Su pasión por aprender edición le llevó a ser autodidacta, aprendiendo en Internet cómo usar programas informáticos. A falta de una buena cámara, Alexandra ha realizado vídeos para webs en los que entrevista médicos o analiza la realidad de las mujeres de su entorno con una simple cámara de fotos usando el modo vídeo.

No ha sido la única persona admirable que me he encontrado por el camino. A unos pocos kilómetros de Câmpina vive un hombre fascinante que a sus 60 años forma campeones de judo y además de dedica a sus otras dos pasiones: la pintura y la escultura. Y no se trata de alguien que haya llegado hasta ahí gracias a tener dinero; él también tuvo que trabajar mucho en otras cosas para poder primero formarse él y más tarde poder formar a los demás.

Roxana es sin duda una de las personas que más me ha sorprendido. Cuando la conocí el año pasado ella acababa de cumplir los 17. Es una chica alta, morena, de tez blanca, que no aparenta su edad, sino mucho más. Fue ella la primera (y casi única) voluntaria que nos enseñó cómo era nuestra ciudad destino en Rumanía, la que nos acompañaba a poner los pósters de las películas que proyectábamos en el centro en los sitios más visibles, ella quien nos hizo de intérprete con profesores de instituto que no sabían qué era eso de ser voluntario europeo y quien me presentó a los niños del orfanato donde más tarde me animaría a colaborar en enseñando español.
Roxana me explicaba que para ella era muy importante el voluntariado, y a su edad ya ha formado su propia asociación con sus amigos, con quienes hace talleres de globoflexia y actividades infantiles de vez en cuando.  Todo esto lo organiza ella misma hablando con los encargados del Ayuntamiento y con su instituto.


                                                                     Taller de goboflexia el verano pasado

Hay también muchas personas anónimas para mí, muchos que con su ejemplo, en el día a día o en situaciones puntuales me hicieron ver la realidad desde otro punto de vista. Y ese es el mayor logro al que se puede llegar cuando uno realiza un viaje.

Desde aquí quiero rendir homenaje a todos ellos, de quienes tanto he aprendido conviviendo, unas veces más y otras menos, pero que han sido mis verdaderos maestros.


10 ago 2012

El joven ladrón

Hay una historia que anoche llamó, de repente, a las puertas de mi memoria. Es una de tantas que he vivido en el país balcánico, de esas anécdotas a las que no se le da importancia mientras una las vive y se va aclimatando a la vida en situaciones nuevas, pero que al llegar a casa y ver lo cotidiano recobran un sentido especial.

Empezó el pasado diciembre, concretamente el día 17. Esta era la fecha en que yo me dirigía al aeropuerto de Otopeni (el más grande de la capital rumana) para volar hacia España y volver a ver a familia y amigos después de 6 meses. Aunque mi vuelo salía a las 6 de la mañana del día siguiente, preferí hacer noche en el aeropuerto, no quería tener problemas de tiempo y así cogía en transporte público: un autobús que por 7 lei (si no recuerdo mal) va directamente desde Gara de Nord (la Estación del Norte) hasta Otopeni.
Los taxistas, esos grandes enemigos del bolsillo del extranjero en Bucarest (y a veces incluso de su inteligencia), regatean el precio que a ellos les parece, y por hacer el mismo trayecto que el bus piden 70, 60, 50...o 40 leis en el mejor de los casos. No recomiendo este servicio salvo que se trate de una urgencia, pues incluso los que parecen oficiales desconectan la máquina para que la cobaya humana en que se convierte el extranjero hacia el aeropuerto no pueda saber el valor de la estafa.

A sabiendas de todo esto, aquella tarde- noche (sí, porque desde las cinco de la tarde ya era de noche) me dirigí a la parada de dicho autobús, a la salida de la estación. Arrastraba, en el sentido más literal de la palabra, una maleta vieja cargada con toda la ropa de verano; y llevaba a mi espalda otra mochila, cargada a reventar. Tras varios intercambios de palabras con los taxistas (que raudos se aproximaban a la puerta de la estación con las " Tres bes": Bueno, Bonito...¡Y Barato!), pude encontrar la marquesina para esperar el autobús. 

Esperé y esperé. Pasó media hora, pasó otra. Gente venía a la parada, llegaban autobuses que iban a otros destinos, algunos se subían y llegaba gente nueva. Al llevar hora y media en la gélida noche bucarestina, apareció el autobús, cual aparición mariana para mi estado de nervios. Me dirigí a hablar con el conductor para explicarle con mi rumano básico que le pagaba el billete allí mismo ya que con todo el jaleo ni sabía dónde había que comprarlo. <<Muy bien, muy bien>>, me dijo el hombre desde su cabina, dándome a entender que le importaba poco que no le pagase pero que entrase de una vez, que hacía frío.


              <<Gara de Nord>>, la estación de trenes más importante de Bucarest. Foto: Wikipedia.

Así lo hice, cuando de pronto noté cómo alguien me empujó y se pegó a mi mochila, y eso que en ese momento sólo estaba yo sola para entrar. Me giré y vi a un chico, que, ante la mirada de el resto de pasajeros y el descaro de la situación, salió corriendo del autobús.

-¿Te han robado, lo tienes todo, estás bien?- Me preguntaron unos chicos rumanos que se habían subido en el mismo sitio.

-Sí, sí, lo tengo todo.- Dije después de abrir el bolsillo de la mochila.

-¡Qué suerte has tenido! (Noroc!)- Exclamaban y gesticulaban. Y aunque hablaban muy rápido entendí lo que decían: que los ladrones se suelen poner en esa parada para acechar a los que van a aeropuerto, le observan y luego le intentan robar. Por lo general son dos, y mientras uno hace como que te ayuda con la maleta, el otro se pega a tí por detrás mientras te abre los bolsillos de la mochila o el pantalón y te roba la cartera o lo que puedas llevar de valor. A mí me salvó que cuando al surbir no había a penas gente y fue muy evidente el intento de robo. Sin embargo así fue como robaron a mi coordinador en la estación de tren de Cracovia, Polonia.

Había oído hablar de la miseria de Bucarest, de las advertencias sobre tener precaución (más siendo de fuera), la mayoría me parecía que estaban basadas en prejuicios contra los gitanos, y en cualquier caso me consideraba alerta. Pero por eso mismo no pensaba que me fuese a pasar a mí.

Revisé durante el trayecto al aeropuerto que llevaba todo: el billete impreso, el DNI, la cartera, eso era lo más importante. Al bajarme en Otopeni y entrar directamente en el aeropuerto sentí un gran alivio, sobre todo al ver algunos policías vigilando la zona, personal de limpieza hasta por la noche, pantallas de plasma anunciando vuelos y destinos, restaurantes con zona wi-fi...¿Qué mundo era éste, tan distinto del que acababa de dejar atrás?


Pero esta historia no acaba aquí. Esto es sólo una introducción, o, al igual que el título de una canción de Extremoduro, una "Dulce introducción al caos".

Pasaron varios meses hasta que, en abril, volví a hacer el mismo trayecto hasta Otopeni.
Esta vez sí era plenamente de día, era una tarde con mucho viento, pero bonita. Después de un invierno crudísimo, Rumanía empezaba a florecer, y su capital, afamada por sus zonas verdes, empezaba a tener una atmósfera especial en la que el aire y los colores de sus árboles y jardines se vivían intensamente.

Volví (esta vez con billete), a la parada del autobús. Esta vez sólo iba a buscar a una amiga, por lo que llevaba conmigo únicamente una mochila. Bajo el sol de la primavera la espera se llevaba mucho mejor.

Fue entonces cuando vi a un muchacho. Era moreno, tanto de pelo como de piel, e iba vestido con ropa que le venía grande: me llamó la atención la chaqueta enorme que llevaba. No sabría decir cuántos años tenía, pero rondaría los 13 años, tal vez 14, quizá 12, puede que incluso menos. Creo que pasa mucho con los chicos en esas condiciones: pueden aparentar ser más mayores por lo avispados que les ha puesto la vida en la calle, pero esta misma, por la mala alimentación y los malos hábitos les hace que parezcan más infantiles.
Estaba rondando la parada, y en seguida me acordé de mi aventura de hacía unos meses. Mi cara debió delatarme, porque nada más verme se sentó a mi lado.

Me abracé a mi mochila, como diciendo: <<Esta vez nadie va a intentar hurgar aquí>>, y seguí esperando el autobús. Él estaba sentado en el mismo banco, a mi derecha, y aunque no sé exactamente qué decía en rumano, sé que le hacía gracia la situación, ver la reacción que era capaz de causarme con sólo sentarse al lado. No dije una palabra, no le contesté (ante todo porque no quería delatarme como extranjera), y al poco tiempo me levanté y me fui a esperar a otro asiento, resguardado por más gente que también estaba esperando, y donde me sentía más a salvo. 
Una parte de mí se sintió mal, como: <<Te estás dejando llevar por los prejuicios>>, pero la otra sólo se acordada de ese intento de robo la noche antes de despegar.

Como de costumbre, el autobús del aeropuerto se hizo esperar. Llegó uno que iba a otro sitio, y la gente empezó a ir hacia él, en masa. Entonces vi cómo el chico se levantó y se acercó a la multitud, poco a poco. Me iba mirado mientras se colocaba detrás de una mujer que llevaba un gran bolso, bastante a la vista. Su sonrisa era desafiante. <<Ellos no me ven, tú sí, tú sabes lo que voy a hacer. - Parecía estar diciéndome mientras me sonreía - No vas a ser tú hoy, pero mira, va a ser otra, yo voy a hacer lo que voy que voy a hacer de todas formas.>>

Las puertas del autobús se cerraron y la figura del chico se perdió entre la gente. Yo no perdí por un segundo el control sobre mi mochila, aun sabiendo que, por el momento, el peligro había pasado. Seguí esperando medio alerta, pensativa. Recordaba los andares del chico hacia toda esa gente...Y sobre todo, ese gesto, dirigido a mí únicamente, esa sonrisa que me pareció desafiante y bobalicona al mismo tiempo, propia de un niño que quiere atención por la fechoría que está a punto de cometer. Como quien, sabiendo cuál es su suerte y su desagracia, se resigna, la acepta, e incluso juega con ella, se ríe de ella y la maneja su antojo.

De repente me pareció que había una profunda tristeza detrás de todo ello.


20 jul 2012



La cita era de Rosa Luxemburgo...Perfecta, a mi parecer, para definir la importancia de viajar

23 may 2012

Punto y seguido

Hace ya unas semanas que terminé mi EVS. Hace unos días que he dejado Rumanía atrás, sobrevolándola. Hace ya unas semanas, después de diez meses en ese hermoso país del este de Europa rodeado y sumido en la Historia.

Han sido muchas experiencias las de estos últimos meses, las de esta "aventura" que empecé en julio. Muchas expectativas cumplidas, muchas sin cumplir, otras, cumplidas inesperadamente y sin saber si quiera que podían existir.
Es difícil describir el recorrido. Este mismo blog, que dio sus primeros pasos con intención de informar sobre el voluntariado en Rumanía tampoco ha acabado cumpliendo esa función (por diversas circunstancias) y poco a poco empezó a evolucionar hacia otra cosa, convirtiéndose en un espacio personal en el que escribo y cuelgo lo que me da gana y me parece interesante.

Han sido muchas las personas que han pasado por mi vida en este último año. Y ha sido un aprendizaje sorprendente en todos los sentidos. Mis dos compañeras de piso a las que recordaré siempre, una francesa y otra de Jordania, de las cuales aprendí y ellas me enseñaron lo que sólo una convivencia tan estrecha puede enseñar: desde mejorar el inglés como idioma básico hasta la amistad más allá de las barreras culturales o religiosas...Comidas árabes, tardes en la terraza bajo el sofocante sol rumano (recordemos que Câmpina es la ciudad más soleada del país), encuentros y desencuentros, problemas de convivencia y soluciones (no siempre puestas en común), dibujos, viajes, horas y días de tren, charlas sobre historia, estudios, sueños, expectativas...


                       Mi querida Rula...cuánto te voy a echar de menos.


El resto de compañeros, de Italia, Albania y España con los cuales compartí varios meses en Câmpina...Otros voluntarios, de diferentes países: Turquía, Estonia, Polonia, Hungría, Moldavia...a quienes a veces tuve ocasión de visitar y me acogieron hospitalariamente (otra de las cosas que se aprende en el EVS).

Uno de los objetivos del Servicio Voluntario Europeo es promover la educación no formal. Esa que no se aprende en los libros ni en las academias, no que sea mejor no peor, pero que forma una parte importantísima de la vida al fin y al cabo: cómo convivir, adquirir y compartir valores, ganar independencia...
Puedo decir que esa la he adquirido con creces. Todo es mejorable, y aún hay mucho que aprender en todo.

No siempre las cosas funcionan como prometían, no siempre todo va bien...y en mi proyecto la verdad es que hemos tenido problemas: de comunicación en la organización, con los jóvenes, con los institutos y otras instituciones que no siempre se prestan a ayudar, en la coordinación...Los propios voluntarios nos hemos desmotivado muchas veces y no hemos visto muchas posibilidades que esta oportunidad ofrecía.

Pero lo importante es que todo eso me ha servido a tener mi propia iniciativa cuando lo oficial no funcionaba, a tratar nosotros mismos con la gente (aprendiendo así el idioma), a proponer y llevar a cabo las propias ideas, a echarle imaginación, ganas, a viajar...


                                                                El "Bosforo Express", de Bucarest a Estambul


De los siete voluntarios que hemos pasado por el proyecto, cuatro lo abandonaron (tres de ellos por decisión propia y el otro fue expulsado), y yo he sido la que más tiempo ha pasado en Rumanía...10 meses al final....¡Quién me lo iba a decir aquella primera semana de julio, nada más llegar, cuando pensaba que no duraría ni quince días! Llamaba a España todos los días y miraba, curiosa, los enormes jardines de las casas rumanas que en verano florecían bajo un sol de justicia.
Sabía que toda una aventura estaba por delante, pero no podía ni imagina cómo sería, quiénes serían los protagonistas ni qué vueltas daría la historia....
No, no ha sido todo tal como ponía en el contrato de "Servicio Voluntario Europeo", y al margen de que tantos compañeros voluntarios lo hayan dejado, yo me pregunto: ¿Ha sido mejor? ¿Ha sido peor?

Ha sido diferente, y para mí, bueno sin ninguna duda. He aprendido todo lo que he escrito antes y más, y en cuanto a la comunidad que iba a beneficiar he aprendido también a cómo tratar más directamente con ellos.
Y aunque no estuviese escrito en ningún sitio empecé a dar clases de español en un orfanato local, lo que a la vez que me permitió conocer más gente dedicada a los niños y me ha abierto puertas y la mente...También he realizado debates con jóvenes en el centro, estuve dando clases de baile y realizamos algunos reportajes con la población.

He conocido mucha gente, mucha, mucha gente. Y eso es sin duda lo mejor de todo, con lo que yo me quedo. Porque sin los demás no somos nadie. Ese es el gran aprendizaje.

Y hablando grandes aprendizajes de se me vienen a la cabeza los recuerdos de cuando aprendí a escribir... Y he aquí el porqué del título de esta entrada...Un tanto friki pero con mucho sentido para mí.
Recuerdo a la profesora haciéndonos dictados, y diciendo cómo había que estructurar el texto. Párrafos, comas, puntuación....No era fácil al principio, pero se hizo sencillo. Esto es muy importante, porque dependiendo de cómo se ponga puede cambiar totalmente el sentido de lo que se cuenta.
Siempre me acordaré de cuando nos explicó que <<punto y seguido>> significaba que había que poner un punto, pero que seguías escribiendo detrás. Y que <<punto y aparte>> significaba que cambiabas de párrafo: ponías un punto y empezabas a escribir en otra línea ideas diferentes de las del párrafo anterior.
La <<coma>>, sin embargo, es una pausa muy pequeña que se hace dentro de una misma frase.




En algún lugar de un gran país...

Por eso mi despedida del SVE está bautizada como <<Punto y seguido>>. Porque sí, han sido 10 meses (que no son moco de pavo) en los que he aprendido muchísimo, y por eso no puede ser una simple <<coma>> en mi vida: tiene un contenido propio. Pero no lo voy la relegar a la categoría de <<Punto y aparte>>, porque ya no se puede. No puedo pasar de párrafo ni cambiar de contenido así como así. Esta experiencia me ha tocado y transformado de alguna manera, y por eso no hay un salto de línea: el texto va a seguir guiado por las mismas ideas y no pierde su esencia.

Acabo mi despedida al SVE con las palabras de Phil Bosmans de un extracto de su libro <<Las flores del bien>>.


"Sin los demás, la vida, el amor y la felicidad, son una utopía.
Estamos enlazados unos con otros mediante infinidad de hilos.
Una vida depende de otra vida y ninguna se desarrolla sin las demás."







16 ene 2012

Ola de protestas en Rumanía

La ola de protestas que se está produciendo en Rumanía tuvo su punto álgido ayer por la noche en Bucarest, donde la policía usó gases lacrimógenos y bengalas contra los manifestantes. Más de treinta personas acabaron heridas en los disturbios y las imágenes de un hombre alcanzado por las llamas ya han dado la vuelta a todo el país. Son ya cuatro los días seguidos que miles de ciudadanos salen a la calle pidiendo la dimisión de su presidente.


                                                                         Imagen de Bucarest anoche

El gobierno rumano se ha reunido hoy para tratar la grave crisis de impopularidad que atraviesa y que está en el origen de las protestas. El presidente Trian Basescu es el centro de la rabia que muchos ciudadanos llevan acumulando durante los últimos años, en los cuales ha adoptado medidas económicas fuertemente rechazadas por la población: bajada del sueldo de los funcionarios un 25%, subida de los impuestos o la congelación de las jubilaciones. Todo ello para poder recibir 20.000 millones de euros de ayuda por parte del Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea.

La última medida de ahorro que el gobierno de Basescu pretendía aplicar y que ha provocado la indignación ha sido el intento de reformar el sistema sanitario privatizando ciertas áreas mediante subcontratos. 
Hace unos días el vicesecretario de Estado de Sanidad, el médico de origen palestino Raed Arafat, mostró en público su rechazo a la reforma dimitiendo de su cargo, lo que le ha suscitado numerosos apoyos entre la población, el enfrentamiento directo con Basescu y ha desencadenado las manifestaciones contra dicha ley. "La misión de salvar vidas será sustituida por una competición comercial", afirmó Arafat en televisión.
Desde el jueves miles de manifestantes salen a las calles de las principales ciudades del país: Bucarest, Iasi, Craiova, Cluj Napoca y Timisoara. Y aunque el mismo viernes Basescu afirmó en público que no llevará a cabo la reforma sanitaria argumentando que nadie en el sistema quiere este cambio, los rumanos siguen pidiendo su dimisión en las calles.

Anoche en Bucarest se reunieron unas mil personas de forma pacífica hasta que al parecer unos jóvenes empezaron a tirar petardos contra la policía. Para demostrar que quienes usaron la violencia fueron unos pocos hoy se han vuelto a repetir las manifestaciones en distintos puntos del país.


                                                                        Disturbios del domingo

15 ene 2012

El Principito y el Periodismo


Un Príncipe de otro planeta, una flor, un zorro. Un viaje. Cómo un libro tan infantil, tan simple, puede recoger tantas verdades adultas.


Hace un tiempo releí "El Principito", el pequeño libro del autor francés Antoine de Saint- Exúpery y lo vi claro. Pero no ha sido hasta hace poco cuando una persona me recordó esta historia, y entonces me decidí a escribir sobre ella y sobre lo que toca a mi profesión, sobre lo que veo.

Mucha gente pone "El Principito" como una obra de referencia, una lectura obligada. Lo interesante es saber porqué. ¿Qué cuenta?

El Principito es un niño al que nunca se le resiste ninguna pregunta, un aventurero que decide salir de su planeta, dejando atrás los volcanes, los árboles y la flor que cuida día a día. Pronto empieza a visitar otros planetas, hasta que finalmente llega a la Tierra...

Al visitar el sexto encuentra en él a un geógrafo. Este es el capítulo en que esto sucede:

El sexto planeta era un planeta diez veces más extenso. Estaba habitado por un Señor anciano que escribía libros enormes.
- ¡Vaya! ¡He aquí un explorador ! – exclamó cuando divisó al principito.
El principito se sentó sobre la mesa y resopló un poco. ¡Había viajado tanto !
- ¿De dónde vienes ? – le dijo el Señor anciano.
- ¿Qué es ese libro gordo ? – dijo el principito. – ¿Qué hace usted acá ?
- Soy geógrafo – dijo el Señor anciano.
- ¿Qué es un geógrafo ?
- Es un sabio que sabe dónde se encuentran los mares, los ríos, las ciudades, las montañas y los desiertos.
- Eso es muy interesante – dijo el principito. – ¡Éste es, por fin, un verdadero oficio!

Y echó un vistazo a su alrededor sobre el planeta del geógrafo. Nunca había visto un planeta tan majestuoso. 
- Su planeta es hermoso¿Tiene océanos ?
- No puedo saberlo – dijo el geógrafo.
- ¡Ah! – (El principito estaba decepcionado). – ¿Y montañas?
- No puedo saberlo – dijo el geógrafo.
- ¿Y ciudades y ríos y desiertos?
- Tampoco puedo saberlo – dijo el geógrafo.
-¡ Pero usted es geógrafo !

- Exactamente – dijo el geógrafo – pero no soy explorador. Carezco totalmente de exploradores. No es el geógrafo quien va a contar las ciudades, los ríos, las montañas, los mares, los océanos y los desiertos. El geógrafo es demasiado importante para andar paseando. No abandona su escritorio. Pero en él recibe a los exploradores. Los interroga y toma nota de sus recuerdos. Y si los recuerdos de alguno de ellos le parecen interesantes, el geógrafo hace hacer una encuesta sobre la integridad moral del explorador.


El geógrafo era un hombre serio, que recibía a los "exploradores" en su despacho. Como hombre serio, se encarga de tomar nota a los demás: él es geógrafo pero no explora. Él lee montones de libros, conoce autores, exige pruebas.Sabe dónde hay montañas, ríos, desiertos, pero...¿sabe si los hay en su país? ¿Cómo son? ¿Es frío o caluroso caminar por ellos? ¿Y qué siente si haciéndolo le da el sol de frente?

El Periodismo se me parece mucho a lo que hace el geógrafo. En los grandes medios los periodistas apenas abandonan su escritorio. O si lo hacen, es para ir a citas programadas. No se explora, no se descubre.
Poco a poco, el cuerpo se va adaptando a estar sentado. Basta recibir toda la información por ordenador, mediante agencias o mediante Internet. Y sino, por teléfono. Las piernas se van adaptando a la silla, la espalda y la cabeza, al monitor del ordenador. Las manos al teclado y al teléfono.


¿Cómo se hace hoy Periodismo en la mayoría de los medios?

A lo largo de su vida los periodistas pueden tratar gran variedad de temas, dependiendo de en qué sección y en qué medios trabajen. Si lo hacen en Internacional seguramente hablen de las revueltas árabes, sitúen Faluya en el mapa o sepan pronunciar correctamente Hu Jintao. Si redactan en Nacional tal vez alguna vez intenten sacar alguna declaración de algún diputado, o asistan a una rueda de prensa previamente preparada por quien quiere hablar. Para Cultura hay que saber cuáles son los principales museos de la ciudad, y evidentemente cuantos más autores se conozcan, mejor.

Pero rara vez el periodista de Internacional (excepciones contadas aparte) siente el clima húmedo del trópico al hablar de la Amazonia o el miedo de la guerra que está narrando. Periodistas se agolpan en la puerta del Congreso, en Ferraz o en Génova, para sonsacar la última hora al político de turno. Pero no sale en los medios qué le preocupa exactamente a la gente de la calle. No se explica con qué derecho se cambian las condiciones sociales a peor o se gasta publicidad en un aeropuerto que no opera.
En Economía hablarán de las medidas del Banco Central Europeo para combatir la crisis y explicarán qué es exactamente el euríbor, pero a día de hoy ningún medio de los considerados "serios" ha sido capaz de hacer una investigación sobre cómo se ha provocado esa crisis que copa sus portadas.

Tampoco parece que importe lo que sucede a la gente corriente, común, efímera al fin y al cabo. Sólo caben en la <<agenda setting>> esos temas que parecen inquebrantables, aburridos y previsibles, que todos los medios tratan más o menos por igual (en cuanto a la repetición que hacen de ellos) y dan por hecho que son importantes para la población, como que en invierno hace frío y en verano hace calor.





Siguiendo con este mismo capítulo de "El Principito", el geógrafo habla sobre las cosas que son importantes y las que no:

Y el geógrafo, habiendo abierto su registro, le sacó punta a su lápiz. Los relatos de los exploradores se anotan primero con lápiz. Para anotarlos con tinta se espera a que el explorador haya suministrado pruebas.
- ¿Entonces? – interrogó el geógrafo.
- ¡Oh! Donde vivo – dijo el principito – no es muy interesante, es bien pequeño. Tengo tres volcanes. Dos volcanes en actividad y un volcán apagado. Pero nunca se sabe.
- Nunca se sabe – dijo el geógrafo.
- También tengo una flor.
- No registramos las flores – dijo el geógrafo.
- ¿Y eso por qué? ¡Es lo más lindo !
- Porque las flores son efímeras.
- ¿Qué significa: "efímero" ?
- Las geografías – dijo el geógrafo – son los libros más valiosos de todos los libros. Nunca pasan de moda. Es muy raro que una montaña cambie de lugar. Es muy raro que un océano se quede sin agua. Nosotros escribimos cosas eternas.

También aquí me gustaría hacer un inciso. Hay muchas vidas que son efímeras, demasiado efímeras, y que por lo tanto no merecen un tratamiento en las páginas de los grandes medios. Menos aún investigar el porqué ese tiempo tan corto. A lo ojos del lector occidental (cuya esperanza de vida supera los 80 años) no existe la realidad de los más efímeros. Nada  sale sobre quienes mueren en la guerra, pero siempre se habla la guerra o de los mandatarios que la planean. ¿Qué lleva a los más jóvenes a alistarse en Irak o a entrar en una guerrilla siendo niños?
54 años. Esos son los años de vida que le esperan a alguien que con mucha suerte sobreviva a la primera infancia en el Cuerno de África, por ejemplo. ¿Qué mas da? Para morir a los 54 años hay que hacer muchas cosas antes para sobrevivir, hay que estar demasiado ocupado, así que...¿qué peso pueden tener estas personas en el mundo, porqué prestarle atención a esta realidad? Serán sustituidos muy pronto por otros, otros igual de ocupados en sobrevivir.


ANTOINE DE SAINT-EXÚPERY

El autor de "El Principito" no era la imágen del típico escritor que se suele tener en la cabeza. Era piloto de aviones y murió durante la II Guerra Mundial cuando intentaba recoger información sobre las tropas alemanas. 

                                                                Antoine de Saint-Exúpery


En 1935 sufrió un accidente de avión en el Sáhara junto con su compañero Andre Prevot y ambos estuvieron a punto de morir. Esta experiencia fue la que le motivó a escribir "El Principito". Otro libro suyo que refleja experiencia (y en mi opinión bastante bueno) es "Tierra de hombres".
En 1998 un pescador encontró en Riou (Francia) la pulsera que pertenecía a Saint-Exúpery en el momento de su muerte, y finalmente en 2000 se confirmó que su avión había caído al mar.
Lo que aún no se ha aclarado es el verdadero motivo de su muerte, si bien se creía que había sido un accidente, hace unos años un ex piloto nazi confesó haber sido él quien derribó el avión de Saint-Exúpery (ver enlace)

Lo que sí está claro es que la visión de Exúpery sobre el mundo y sus verdades no ha caducado en el tiempo y sigue más viva que nunca...Todos tenemos rosas.




16 dic 2011

¿Qué es el Servicio Voluntario Europeo?

Pero realmente...¿qué es eso del "Servicio Voluntario Europeo"? ¿En qué consiste? ¿Es un trabajo? ¿De qué sirve?

La primera vez que se escucha hablar del Voluntariado Europeo uno se hace estas preguntas: normalmente un amigo, un conocido o el amigo de un amigo te ha dicho que ha estado haciendo esto, que lo mires, que parece que está bien. Lo cierto es que no se explica ni se difunde demasiado desde las instituciones donde hay más jóvenes, como las Universidades o los institutos.



                                     Vídeo explicativo sobre el "Servicio Voluntario Europeo"


¿Qué es?
El Servicio Voluntario Europeo es un programa de la Unión Europea por el que jóvenes de toda Europa pueden irse a cualquier país del mundo a trabajar en proyectos que vayan en beneficio de la población local. Es una especie de "beca" que te permite vivir una experiencia de voluntariado en otro país.

¿Quién puede hacerlo?
Todos los jóvenes residentes en la Unión Europea entre 18 y 30 años.

¿Pagan algo?
Al ser en otro país se cubre el dinero por desplazamiento (como el avión que tengas que coger para ir al país de acogida), y cada mes el voluntario recibe dinero para comida y un poco para sus gastos personales. El salario depende mucho del país al que se viaje (evidentemente las cosas no cuestan los mismo en Irlanda que en Rumanía, por ejemplo). Lo que sí está pagado es la residencia, lo cual es de agradecer teniendo en cuenta que quienes optan a hacer el SVE son jóvenes. Si en la ciudad donde vas a hacer tu voluntariado tienes que desplazarte para ir al trabajo, este gasto de transporte también está cubierto.

¿Cuánto dura?
La duración máxima es de un año. El mínimo son dos semanas.

¿Con quién tengo que contactar para realizarlo?
Primero tienes que buscar una organización de envío en tu país. Esta organización se encargará de informarte detalladamente, anotará tus preferencias sobre dónde quieres ir y te irá diciendo los proyectos que van saliendo, en los que hay plazas...Básicamente su función es orientarte y una vez hayas decidido tu proyecto y te hayan seleccionado para él, hacer todos los trámites para que te vayas.

¿Dónde ver los diferentes proyectos que hay?
Para elegir un proyecto tienes dos opciones:

-Que tu organización de envío te informe sobre los que ya están aprobados o necesitan voluntarios con más urgencia.

-Buscarlos por tu cuenta. Si decides hacer esto debes buscar en la base de datos de la web de la Unión Europea http://ec.europa.eu/youth/evs/aod/
¡Ojo! Si decides buscar un proyecto por tu cuenta tendrás que esperar a que dicho proyecto sea aprobado por la UE, lo que te puede llevar varios meses...o incluso puede que muchos de los proyectos que te interesan en ese momento no necesiten voluntarios. Sin embargo buscar así tu proyecto es recomendable cuando no te convencen los que te proponen desde tu organización de envío.

¿Hay plazos para inscribirse?
Como ya he explicado la organización de envío te propondrá proyectos que ya están aprobados y a punto de empezar, así que si te decides por uno de ellos no tendrás que esperar mucho (será la fecha que empiece).
Si por lo contrario has decidido buscar tu propio proyecto entre todos los que hay, debes enviar la solicitud como mínimo 3 meses antes de que empiece la actividad.

Más información...

Aquí dejo un folleto explicativo http://estaticojuventud.carm.es/wmj/home/DOC24553781010_105_web%20MURCIA%20-%20ACCION%202%20-%20Voluntariado.pdf

Para entender bien qué es una "organización de envío", de acogida, los plazos...recomiendo visitar este blog http://guiadelsve.blogspot.com/

28 nov 2011

De actores a voluntarios

Teatro para cambiar el mundo. Para cambiar la mentalidad de las personas, para concienciar. Para darse cuenta de que eso del voluntariado no es una chorrada de cuatro locos idealistas que viven de la utopía. Para saber que somos tú y yo, que somos todos nosotros los que cada día tejemos nuestra vida y en qué dirección queremos hilar nuestra sociedad. 

Estas ideas tan sencillas, tan sensatas, fueron la base central del intercambio cultural que tuvo lugar en Polonia la semana pasada (del 19 al 26 de noviembre) entre jóvenes de cinco países diferentes (Portugal, Italia, Rumanía, Polonia y Lituania),con un objetivo común: utilizar el teatro como medio para cambiar la sociedad. La Fundación Zamolxes, para la que trabajo, participó representando a Rumanía en este intercambio.

Bajo el título <<De Espect- actores a Voluntarios>> , el evento reunió a más de 30 jóvenes y se celebró localidad de Piwczanka, cerca de la frontera con Eslovaquia. Estos intercambios culturales forman parte del programa <<Juventud en Acción>> (al igual que el Voluntariado Europeo) de la Unión Europea, y se espera de ellos que sus participantes trabajen sobre un mismo tema durante varios días, intercambiando opiniones y conociendo distintos puntos de vista.

En esta ocasión fue la asociación polaca Young Men´s Christian Association (YMCA) quien lo organizó, mientras que las invitadas fueron Together Italy, Gabinete de Juventude, Lithuania Liberal Association Zamolxes.

Durante casi una semana estuvimos realizando talleres sobre expresión artística y ejercicios relacionados con el teatro. El objetivo final era hacer una representación ante la juventud local para promocionar el voluntariado, y así lo hicimos, con el eslogan "Cheering Volunteering".

En todo este tiempo también hubo lugar para degustar las comidas típicas de cada país, como la pasta italiana, el bacalao portugués o los dulces lituanos.




También tuvimos tiempo de visitar Krynica, ciudad famosa por sus aguas curativas y que atrae por esa razón a miles de turistas al año, además de las espectaculares vistas de la montaña en invierno.






                                                                   Krynica (Polonia)

Y sin duda otra de las visitas más impactantes fue la que nos permitió conocer el trabajo de "Nasz Dom", un centro de Piwinicznca que trabaja con personas con discapacidad. Entre sus muchas actividades también está el teatro, junto con artes plásticas o bordados muy bonitos.


                                                                   Con "Nasz Dom"

Sin duda fue toda una experiencia que culminó con la representación de tres piezas de teatro en inglés ante los jóvenes de un instituto y ante la población local de Piwniczanca.

5 nov 2011

La risa sobrevuela Rumanía con "The Flying Seagulls"

Les conocí hace dos meses cuando iban a realizar varias funciones en el centro infantil donde colaboro.

Llegaron en varias caravanas, con sus trajes de colores. Se pusieron a hacer magia y embobaron a los niños, y yo me pregunté quién era ese grupo de gente y porqué estaban allí, en un pueblo de Rumanía hablando un perfecto inglés.


Eran "The Flying Seagulls" (las "Águilas Voladoras", en español), un grupo de artistas (actores, acróbatas, músicos, magos...) que recorre el país visitando a las personas más desfavorecidas: orfanatos, centros de menores, personas con discapacidad...Un proyecto que lleva 4 años en Rumanía y que este mes de noviembre ha tocado a su fin. Su finalidad es hacer llegar la risa y el encantamiento del juego, la magia y el espectáculo a todos, y eso implica a los que tienes menos oportunidades.

Dejo aquí el enlace de su página web, que contiene información muy detallada y completa de su trabajo: http://www.flyingseagull.co.uk/

Tuve ocasión de hacerle una entrevista al creador de "The Flying Seagulls", Ash Perrin. Nos recibió en su caravana a mis compañeras de proyecto y a mí y respondió a todas las preguntas que le planteamos sobre su grupo y su trabajo.

-¿Cómo nació esta idea?
-Empecé haciendo algunas cosas hace unos años, en el Amazonas. Yo soy actor y todos los que trabajan conmigo también hacen espectáculos, aunque no necesariamente tienen que tener una formación en esto. Esto surgió por casualidad, por ejemplo también hemos estado este invierno en Camboya...

-¿Porqué elegiste Rumanía para trabajar?
-Porque es un país en el que hay mucha tradición de viajar con caravanas, que el la forma de viajar que a mí me gusta.

-¿Cuánta gente forma "The Flying Seagulls"?
-La gente va cambiando, hay quien viene por unos meses. Normalmente solemos ser 6 o 7.

-¿Y vivís siempre en caravana?
-Sí.

-¿Cómo os financiáis?
-Nos autofinanciamos, realizando performances o cosas así. Pero es duro porque a veces hay gastos muy elevados, como nos ha pasado hace poco al tener que arreglar la caravana.

- En tu opinión, ¿cuál crees que es el mayor beneficio que se lleva la gente de tu trabajo? ¿Alguna anécdota que te haya impresionado especialmente?
-Bueno, hay muchas...El beneficio es que muchos puedan disfrutar y reír o emocionarse, olvidarse de toso lo malo que les pueda está pasando en ese momento...Y para muchos, es la primera vez que tienen ocasión de ver un espectáculo así.
Anécdotas tengo varias, una por ejemplo, ocurrió aquí en un pueblo, cuando una mujer mayor nos dijo que nunca en su vida había pensado que pudiera llegar a ver el circo y que por fin lo había visto.
Otra muy bonita me pasó en un centro de personas con discapacidad. Empezamos a hacer un juego en el que los chicos que estaban allí participaban, tenían que hablar. Uno de ellos, con mucha dificultad, lo hizo. Al terminar el espectáculo los responsables del centro nos dijeron que era la primera vez en 7 años que este chico había sido capaz de hablar.



                            
                                 Vídeo sobre el proyecto de "The Flying Seagulls" en Rumanía


-¿Y aquí habéis tenido malas experiencias?
-Alguna porque a veces, cuando vas a pueblos muy cerrados, no entienden lo que haces. Una vez por ejemplo tuvimos que irnos corriendo porque venían a por nosotros, aunque por lo general intentas calmarlos y después de ver el espectáculo lo hacen.

-Y las personas que trabajan contigo, ¿necesitan tener una formación previa en cuidar niños, personas con discapacidad....?
-No, no hace falta, lo pueden aprender con nosotros, muchas veces es más el interactuar, hacer juegos...Aunque también hay semanas en las que las gente nueva puede venir a probar, como haremos dentro de poco en Bacau.

-De cara al futuro...¿qué planes tienes con este proyecto?
-De momento voy a dejar Rumanía, que ya son varios años aquí, y descansar un tiempo en Londres. De cara al futuro estoy pensando quizá en India, o Thailandia.


Esta entrevista fue realizada a finales del mes de agosto, cuando "The Flying Seagulls" estaba realizando espectáculos para un centro de menores en Câmpina. Se quedaron 5 días y el último hicieron una gala de circo con los niños, con números de equilibrio, acrobacia, música y baile.

Todos los componentes del grupo fueron muy amables con mis compañeras y conmigo (a pesar de mi inaudible inglés).

Su trabajo pretende llevar la esperanza a quienes las circunstancias no se lo ponen fácil, y demuestra lo importante que es para el desarrollo de cualquier persona poder sonreír y sorprenderse, como demuestran sus anécdotas.

Desde aquí les deseo que sigan con este proyecto genial, vayan donde vayan.


14 sept 2011

La educación en Rumanía

Durante mi estancia en este país voy a trabajar con niños y adolescentes, sobre todo en institutos y colegios. Por ello me he interesado en saber exactamente cómo funciona el sistema escolar en este país.

De momento sólo puedo referirme a lo que conozco: los institutos de Campina, pero aun así hay algunos rasgos generales que comparte todo el país.

Lo que más me ha impresionado es que al terminar la enseñanza primaria se hace una selección en función de las notas que los alumnos hayan sacado en los últimos tres años, de forma que los alumnos con mejores notas medias irán al mejor instituto, aquellos que no tengan tan buenas notas, a uno peor. A los que estamos acostumbrados al sistema español (que tiene un excesivo proteccionismo hacia el alumnado, no nos engañemos), esta selección a la edad de 13 años más o menos nos parece una aberración, ya que de alguna forma se está "condenando" al niño a un futuro con menos oportunidades, ya que la diferencia entre los centros escolares es notoria.
También sorprende que la mayoría de los jóvenes hablan y entienden bastante bien el inglés, lengua que se imparte en sus institutos. El francés está muy presente también, pero este llega a formar parte de la propia lengua rumana (palabras como <<Merci>> son usadas con total normalidad). La influencia gala en Rumanía vivió su mayor apogeo en los años 20 del siglo pasado, especialmente en Bucarest (ciudad a la que le llegaron a apodar <<El pequeño París>>).

En cuanto a las universidades, las más prestigiosas del país son las de Bucarest y la de Cluj Napoca.

28 ago 2011

Los hijos de la inmigración en Rumanía

Aterricé en Bucarest la noche del 5 de julio. La humedad abofeteó mi cara nada más bajar del avión.

Durante el vuelo ya había tenido mi primer contacto con un pedazo de la realidad de este país: que recuerde, era la única española entre todos los rumanos que viajaban a visitar a sus familias.

Mi compañera de asiento era una mujer de unos 40 años, que antes de despegar el avión ya empezó a hacerme preguntas, sorprendida por el hecho de que una chica española quisiera ir a Rumanía como <<voluntaria>>. Me contó que iba a pasar un mes con sus hijas (que tenían mi edad, unos 20 años), a las cuales no veía a menudo ya que las había dejado en Rumanía cuando ellas eran niñas para ir a trabajar a España. Me contó además cómo fueron sus primeros meses en España sin conocer el idioma y lo difícil que es encontrar así un trabajo. <<Seguro que el idioma se te hace fácil, es muy parecido al español>>, me dijo.

Primer contacto, primeras diferencias. Yo viajaba porque me iba de <<voluntaria>>, con una ilusión, para algo nuevo en mi vida. Y eso contrastaba con la mayoría de las historias que podrían contarse en ese avión, en el que la gente viajaba para sólo para poder ver a sus familiares más cercanos durante un mes al año.

                      

Una vez en Rumanía, y tras llevar casi dos meses viviendo aquí, empiezo a entender la importancia de estas pequeñas historias como la de la mujer del avión, y cómo explican en muchos casos la mentalidad y la vida de la gente. Por supuesto que conocía de primera mano el fenómeno de la inmigración de rumanos en España, puesto que he vivido en España toda mi vida. Lo que no conocía hasta llegar aquí era cómo se vive este fenómeno en el país que envía inmigrantes.

¿Cómo se crían muchos de estos niños cuyos padres tienen que irse a trabajar fuera? Los más afortunados, quizá con el tiempo, viajen junto a sus padres. Otros (como en el caso de la mujer del avión), se crían con sus abuelos o tíos. Otros, con menos suerte y recursos, en orfanatos.

Y todo esto tiene una repercusión importantísima en cómo funciona todo el país. Para empezar, los servicios sociales se ven desbordados por situaciones como éstas, y no pueden atender todas las necesidades de estos niños y jóvenes. Muchos centros no tienen los recursos necesarios.
Rumanía es un país <<en reconstrucción>>, por lo que mucho dinero del Estado va para esto (no hay más que ver las calles de Bucarest), a lo que hay que sumar dosis de corrupción de la manera más impune...Como resultado se desprende que financiar centros para niños y jóvenes no es fácil en estas condiciones.

No quiero hablar sólo de la parte negativa, ya que en los meses que llevo aquí he visto luchadores natos...Niños, jóvenes, adolescentes...que dejaron de ver a sus padres hace tiempo y sin embargo han seguido su camino, estudiando, buscando apoyos, trabajando...

Sin duda, viajar a un lugar que crees tan similar puede ser tan diferente...

21 ago 2011

MOTIVACIONES


Periodista. 24 años.

Con todo por hacer y todo por aprender. Decidí embarcarme en esta aventura llamada "Servicio Voluntario Europeo" para vivir, para conocer, para aprender y para dar también mis conocimientos.



                                                                  Vista de Câmpina

...Y he acabado en Câmpina, ciudad de Rumanía a dos horas de Bucarest, donde trabajo en un Centro Cultural para jóvenes, en el que intentamos dar vida a este lugar, a su gente, en donde proyectamos películas, realizaremos distintos talleres, organizamos conciertos y festivales...y sobre todo, donde ha empezado la aventura de conocer mucha gente de distintos países, distintas culturas, distintas personalidades...El resto de voluntarios con los que trabajo y población de aquí son una novedad para mí, y es con ellos con los que voy a crecer y convivir los próximos siete meses.

¿Porqué Rumanía? Es la primera pregunta que me hacían tanto antes de llegar como una vez aquí. Supongo que mitad casualidad, mitad elección propia, ya que en un principio tenía Turquía en la cabeza....¿Y porqué voluntaria? Eso se respondería con más preguntas, del tipo: ¿Y porqué viajar? ¿Y porqué vivir? ¿Y porqué conocer? ...¿Y porqué no? Realmente creo que no siempre se puede tener una oportunidad tan especial para hacer todo esto a la vez.