10 sept 2015

LA BURBUJA DE LOS TULIPANES Y LOS PISOS VACÍOS

¿Qué tienen en común los tulipanes holandeses de 1630 con los pisos vacíos de los bancos españoles?
Pues que ambos fueron el objetivo de la especulación desmedida que acabó arrastrando al sistema a una grave crisis económica.

El documental "La burbuja del tulipán" explica cómo nació, creció y pinchó la primera burbuja económica, o al menos una de ellas, de la que se tiene constancia.

Todo empezó cuando en el siglo XVII los tulipanes - que no son originarios de Holanda, si no de Asia- , empezaron a cobrar valor en el marcado de los Países Bajos. La flor comenzó a comercializarse en las tabernas, en las cuales se negociaban los precios al igual que hoy se hace en la Bolsa. El valor se incrementó también porque empezaron a nacer tulipanes de colores diversos por culpa de un virus, algo que hizo más atractiva su compraventa.


                                                                      Documental

El mecanismo de actuación era el siguiente: se compraban los bulbos del tulipán, algo muy fácil ya que físicamente eran fáciles de transportar, y se plantaban. Mientras el comprador comerciaba con el bulbo que había comprado, podía volver a venderlo, y como el precio ascendía cada vez más, siempre sacaría beneficio. Una historia que nos suena por aquello de la burbuja inmobiliaria.

Además era muy fácil entrar en este mercado: cualquiera, aunque no tuviese conocimiento sobre economía o jardinería, podía ir a la taberna a comprar, vender o revender. Al igual que ha ocurrido en la crisis española, incluso los que menos tenían se endeudaron pensando que sería fácil recuperar con creces la inversión.

Se materializó entonces una idea que nos ha acompañado hasta hoy: el mercado de futuros, a lo que ayudó que se empezasen a vender bulbos aún no recolectados.
Los bulbos comprados y revendidos, de los que saldría el tulipán, no daban ninguna pista sobre cuál sería el aspecto de la flor. De esta forma, se estaba comerciando con algo que se desconocía, y cuyo valor dependía de una forma y colores imposibles de predecir. En otras palabras, empezó la especulación y todo el sistema comenzó a girar en torno a ella. A todo ello hay que sumarle que el tulipán sólo florece unas semanas en primavera, lo que nos da una idea de la estructura de la burbuja. Todo un negocio en torno a una artículo muy perecedero y sin ninguna garantía de estuviese sano o fuera llamativo.

También apareció la publicidad (aunque en una forma muy temprana), pues para hacer negocios con los bulbos los comerciantes mostraban libros de  preciosos tulipanes dibujados, para animar a sus compradores y convencerles de que no podían rechazar la oferta.


                                                                Fuente de la fotografía: Wikipedia

El culmen de la locura de los tulipanes fue el dibujo del famoso "Semper Augustus". Representaba el tulipán más bello, aparentemente iba a ser la flor más codiciada y de más valor; aunque no hay constancia ni siquiera de que llegase a existir. Llegaron a pagarse 6000 florines por un supuesto bulbo de esta especie.
Una historia muy parecida a la de las familias hipotecadas de la crisis actual, que nunca llegaron a vivir en ese paraje residencial que les prometía el banco, a pesar de lo bonitas que quedaban las casas como reclamo en televisión.

La burbuja siguió hinchándose y el precio de los bulbos ascendiendo sin parar; sólo hacía falta que siempre hubiese alguien que comprase más caro y la rueda seguiría girando.

La primavera de 1637 deshinchó el hasta entonces ilusorio mercado del tulipán. Al parecer las cosechas de ese año no fueron buenas y por primera vez en una subasta de bulbos no se vendió ninguno. La rumorología y el miedo a perder dinero hicieron el resto: la gran masa que había comprado estaba deseosa por vender, y como consecuencia el precio del tulipán fue cayendo en picado.
Las consecuencias fueron tan graves y arrastraron a tanta gente que los tribunales se vieron desbordados. En algunos casos se declararon inválidos los contratos.

El rencor hacia la flor tras el colapso ha quedado reflejado en los cuadros de algunos pintores de la época. Aquí muestro "El carro de los necios" de Hendrik Gerritsz Pot, 


                                         Flora´s Wagon of Fools, título original de la pintura

En él se aprecia a la diosa romana Flora con tulipanes, acompañada de tres bufones que representan la gula, la mentira y la avaricia, mientras que la gente lo sigue, a pesar de que lleva camino de hundirse.

Al igual que ha ocurrido en España, los que más se endeudaron, más han perdieron. Muchos habían apostado casi todo. Y de la noche a la mañana, el castillo de naipes se vino abajo, cambiando lo ficticio por la realidad.

Tal vez conocer esta curiosa historia ayude a analizar las causas y consecuencias que aún hoy siguen vigentes en la actual crisis.

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