21 dic 2014

SOLSTICIO DE INVIERNO, FELIZ CICLO NUEVO

Otro año más, renacemos. La tierra gira y se renueva su naturaleza. El Sol y ella se encuentran ( de manera que en la eclíptica el astro rey alcanza su posición más austral) de manera que se vuelve a iniciar el nuevo ciclo.

Ya sabemos que la Navidad es la época en la que recibimos el cambio de año, concretamente el día 31 de diciembre, pero mucho antes de esta celebración, de este calendario, el hombre se guiaba por lo instintivo; pero también por lo medible. 
Las horas de sol significaban (y me atrevo a decir que aún sigue siendo así) vida. Marcaban el ritmo de ésta, el ánimo, las actividades. Y su reducción o incremento era algo de suma importancia en las vidas de nuestros ante pasados: se dieron cuenta que en eso que nosotros llamamos "invierno" se empezaban a alargar las horas de luz que desde el verano cada vez eran eran menos. 
Y se dio cuenta de que cuando se producía el solsticio de invierno, se producía el cambio. A partir de la noche más corta del año, las horas de luz de los días siguientes eran cada vez más largas.



Newgrage, en  Irlanda, es un yacimiento que data de la Edad de Piedra. En los años 60, por casualidad, se descubrió que durante el solsticio de invierno se ilumina el suelo de la cámara durante casi 20 minutos. Puede que no parezca nada del otro mundo hoy, pero que esto sólo se produzca una vez al año  no es casualidad y lo más probable es que esta obra se construyese para honrar precisamente al solsticio y al cambio de estación.


                                                               Vídeo sobre Newgrage, en  Irlanda

No puedo olvidar en este post la música de Vilvaldi. La verdad es que estaba deseando escribirlo, entre otras cosas por compartir mi favorita, el "Invierno". Espero que lo disfrutéis. 


Así que ya puedo decir desde aquí: ¡Feliz solsticio! ¡Feliz invierno!, y , por qué no ¡Feliz año!

14 dic 2014

NÓMADAS

El nombre de este blog no es algo casual. A mí me suena bien, pero sé que no era el mejor nombre para especificar de qué iba a hablar. Sólo sabía que la palabra "Nómada" tenía que estar incluida en el nombre.

Siempre me he interesado, sin saber muy bien por qué, por las culturas nómadas. Y es que al margen de estar al margen de las normas aceptadas para la mayoría, tienen algo más. Y cuanto más voy conociendo sobre ellas y sobre todo, cuando más he "nomadeado" yo misma, más entiendo esta atracción, más forma le voy dando a este interés que en forma de intuición me ha hecho descubrirlas.

 Los nómadas son gente sin miedo, parece mentira que nosotros, que nos hemos adueñado de un espacio artificial y somos sedentarios (con las reducidas opciones que eso nos deja), tengamos tanto miedo. Miedo a perderlo todo, o al menos esa ilusión que llamamos "todo". Porque lo único que tenemos es nuestra vida.

Tenía na profesora de danza decía que el movimiento es la vida. Y tenía razón,. Porque la mayor falta de movimiento se produce al morir, es entonces cuando el cuerpo se queda absolutamente rígido; mientras que la vida es siempre fluir, cambiar de posturas, ir arriba y abajo y volver a saltar.


                                                 En el desierto del Sáhara sigue habiendo nóamdas

Es curioso ver como todas las culturas nómadas se mueven, son libres y se relacionan con el territorio y las personas que se van encontrando, pero a la vez tienen unas tradiciones muy arraigadas en su cultura, a veces injustas. Para mí esto es una metáfora preciosa de la vida: todos tenemos que movernos, tenemos ese derecho y obligación, y para ello necesitamos mantenernos en nuestro eje, defender y creer en nuestras propias convicciones.
Un exceso de auto- normas y creencia en nuestras verdades haría que no nos relacionásemos, y un exceso de fusión con los demás. que perdiésemos nuestra personalidad.

Además, el nómada tiene que ir ligero de equipaje. Sólo lleva encima lo que necesita. Y es que el peso es enemigo del movimiento. Agarrota y estropea la espalda por un lado, y por otro, el miedo a que se rompan las cosas , paraliza. El nómada va ligero y sabe que si aquí no encuentra algo lo encontrará allá, confía en sus instintos y en lo que puede encontrar, en el futuro.

Moverse es sinónimo de aprender. Lo saben muy bien los bebés cuando empiezan a andar de forma instintiva, se caen, gatean, pero vuelven a probar y a caerse hasta que sus pasos empiezan a ser firmes: en todo este proceso nada ha sido en vano, los músculos se han ido fortaleciendo mientras intentaban moverse una y otra vez, mientras aprendían a controlar su peso y a relacionarse con el entorno.

Quiero compartir aquí las impresiones de otra bloguera, Bárbara, quien desde su blog "Bárbara on the road" cuenta su vida nómada en pleno siglo XXI. En esta entrada concretamente narra lo que le ha enseñado llevar este tipo de vida http://unviajedemilesdekmempiezaconunpequenopaso.wordpress.com/2014/04/27/que-me-ha-ensenado-el-nomadismo/ . En sul blog rescata una frase del libro "El Imperio" del  periodista Ryszard Kapuscinski: “Para el nómada, el pasar a la vida sedentaria siempre fue el ultimo recurso, una derrota vital, una degradación. No conoce el precio a la hora de pagar la libertad“.


"Latcho Drom", documental del director Toni Gatlif, que narra la travesía del pueblo gitano a través del arte, la música a y el baile

Creo que en fondo los instintos que guían a los nómadas son los mismos que seguimos llevando todos en nuestros día a día. Aunque creamos que no dependemos de las estaciones, ni de si hay comida en esta zona o en esta otra, o de si debemos migrar en función de adónde vuelen los pájaros. Son instintos muy básicos que sólo salen a la luz en los momentos clave. Son los instintos que van al mismo sitio, a hacernos lo que somos. Es el instinto del aprendizaje continuo.

13 dic 2014

CARTA A UN PERIODISTA DESMOTIVADO

Comparto la respuesta que Álvaro González, periodista de viajes y fotógrafo, dio en su blog a otro compañero de profesión desmotivado por la monotonía, rutina y sinsentido de su trabajo periodístico (lo podéis leer aquí: http://www.viajesrockyfotos.com/donde-se-fue-el-periodismo/ ).

La respuesta me pareció  muy acertada, llena de ilusión y positivismo, pero también de realismo. Creo que todos y especialmente los que no llevamos tanto tiempo trabajando en ello, pero ya hemos visto cómo el periodismo "administrativo" se come nuestros días, deberíamos tomar nota.

Hoy la he rescatado y la comparto con todos vosotros:

“Querido amigo,

El periodismo no se ha ido, está ahí fuera. Sal a buscarlo y muéstramelo. Está esperando que te reencuentres con él  y que lo acaricies, que le digas cosas bonitas y lo utilices. Hazlo. Ve, escucha, graba, apunta, fotografía. Luego, vuelve y cuéntalo; como me decía el maestro Enrique Meneses. Tu voz se escuchará, estoy convencido. Si lo que cuentas es bueno, florecerá con poco que lo riegues. Practica, escribe, haz fotos, videos, ilustraciones….lo que te guste/apetezca/sepas hasta que te salgan callos. Pero sal y hazlo. No lo intentes, hazlo. Principio y fin.Hazte un blog, empieza a publicar, tus historias se verán en todo el mundo. Será tu mejor escaparate, haz que las joyas brillen tanto en él que atraiga la vista de todo el mundo. Vístelo de manera espectacular pero sencilla. Y publica, publica, publica…Piensa, no hagas caso de los gurús que te prometen artículos en 5 minutos. Serán una mierda, seguro. Escribe, escribe, escribe…Corrige, corrige, corrige…..Edita, edita, edita….Me da igual fotografía, vídeo, texto, dibujo, infografía….o todo junto, pero sé original, aléjate de lugares comunes que sólo te llevarán a la mediocridad, la peor de las condiciones humanas. Estudia, lee, devora a los clásicos de la fotografía, de la pintura…aléjate de lo mediocre o acabará engulléndote.Confía en tu trabajo, no es menos que el de otro. Apunta alto, muy alto. ¿Qué es lo peor que puede ocurrir? ¿Qué te digan que no? Eso ya lo tienes, no es nada nuevo ¿Que tu trabajo no interesa? Pues a continuación preguntales el porqué. Si te responden con argumentos tendrás de donde tirar, sabrás hacia donde ir. Si te dicen que tu trabajo es una mierda, sigue insistiendo. En el fondo les interesa pero quieren ver más, quieren saber si puedes crecer.Planteate proyectos locos. Tranquilo, luego se volverán factibles. No comiences con menudencias sino con la experiencia de tu vida, la que estás deseando hacer. Planteála y ve a por ella. Probablemente no la consigas a la primera pero te servirá para alcanzar otras metas, más inmediatas y que no sabías ni que existían.Rodéate de gente con tu misma inquietud. Te pondrán los pies en el suelo y al mismo tiempo te motivarán más que nadie. Te comprenden. Sé crítico. Fundamenta tus opiniones y aléjate del todo vale. No te creas inferior a nadie, tampoco superior. Hazte respetar. Eso se consigue trabajando.Olvídate de los consejos de los amigos, intentarán quitarte de la cabeza tus proyectos locos. No te entienden. No te esfuerces para que lo hagan. Pero cuando vean que se han hecho realidad querrán apuntarse al carro. No te preocupes, es normal.No hables de algo que no hayas terminado, te restará seguridad y hará que lo vayas aplazando.Ajusta tus gastos. Quita todo lo superfluo. Aprende a vivir con lo fundamental. Habrá para caprichos, no te preocupes. Pero todo a su tiempo, es necesario empezar de cero. Mientras haya un duro en tu cuenta no te esforzarás. Pero cuando sientas el aliento de las facturas en el cogote tu ingenio se multiplicará y tu visión se ampliará.Véndete, añade un poco de marketing a tu trabajo y toma las redes sociales como si te fuera la vida en ellas. Date importancia: la tienes. Valórate, puedes aportar mucha riqueza a este mundo.No pienses en pequeño. Vete de España, aunque sea virtualmente. Eres un ciudadano del mundo, no de un minúsculo país. Métetelo en la cabeza. Prueba a vender tus historias en Alemania, Estados Unidos, Colombia, Vietnam, Australia…Internet es el mejor billete que existe. Busca salida a tus trabajos. Tendrás que hacer mucho pero te ayudará a ir creciendo. Propón historias. Rechazarán las 20 primeras….no te preocupes, te comprarán la número 21.Ahorra, viaja, busca la complicidad con el ser humano, verás las historias interesantes cuando salgan a tu encuentro. No te preocupes están ahí, esperando.Quiero que me cuentes qué has visto. Vamos, tómate tu tiempo pero no tardes demasiado…Invítame a pasar dentro de tus relatos: quiero saber si una madre alemana quiere igual a su hijo que una en Etiopía, si la sonrisa de un niño mueve el mundo con la misma intensidad en Perú que en Australia. Acompaña a un agricultor de la Mancha y haz que me pierda entre la cebada agitada por el viento. Llévame al interior de un monasterio budista, muéstrame que tienen el mismo miedo a morir que yo. Siéntate junto al Duero, lee a Machado, escucha a Gabinete Caligari. Dime qué sientes, escupe las palabras, sin pensar, desde las entrañas.Y, sobre todo, toma las riendas de tu destino. Decide tú. Te equivocarás, seguro. Es necesario que fracases. Que eso no te frene, sino que te aliente a continuar con más fuerza. Pega a todas las puertas de las casas en las que quieras entrar. Llama, no te cortes. Al principio no te abrirán o te preguntarán qué quieres, después serás uno más de los invitados a al fiesta.A pesar de todo lo anterior, debes saber que engordarás, perderás el pelo y te harás viejo, pero el camino habrá merecido la pena.”





10 dic 2014

BAJARSE AL MORO

En España se popularizó en los años 90 la expresión "bajarse al moro" en referencia al hecho de ir a Marruecos a comprar o consumir hachís. Se hicieron una obra obra de teatro y una película bajo este título.Y es que el cultivo de esta droga estuvo permitido en Marruecos hasta hace no mucho.

No es de extrañar que muchos españoles relacionen Marruecos con hachís, con droga, con una especie de mercadillo en forma de un país del que desconocen todo lo demás. No en vano en algunas regiones se ha vivido durante mucho tiempo de esto, aunque hoy es ilegal.
Es tristísimo ver cómo toda la historia, la cultura, la gente, los hábitos distintos de los nuestros (y otros no tanto) pasan totalmente desapercibidos antes los ojos de quien no conoce más que lo que ha oído del país vecino. El colmo de la estupidez reduccionista, simplista.


                                                      Carátula de la película "Bajarse al moro"

Hoy me gustaría contar una anécdota que viví en Marruecos hace tan sólo unos meses. Por casualidad conocí a un grupo de españoles que estaban recorriendo el país de punta a punta, en moto. Sí, estos "aventureros" se ponían sus trajes de motero con todas sus protecciones y tras unas horas en la carretera iban a descansar.... al mejor hotel de la ciudad. Eso sí, siempre seguidos por un camión enorme que les llevaba sus maletas y otras comodidades, y con el guía que les había organizado el viaje.
Así es, esta es la última moda: ir de aventurero- motero por el día (con unas pocas horitas está bien) y planchar la oreja en un hotelazo cinco estrellas. Amén de cenar en un restaurante caro. No seré yo quien diga que después de montar en moto esta gente no necesite una ducha decente y descansar en condiciones, pero entonces, amigos, olvidémonos de la "aventura"que estos individuos se jactaban de realizar.

Me les presentaron esa misma noche, pues unos marroquíes que había conocido hace unos días me avisaron de que trabajarían en turismo con ellos, que sería agradable para mí intercambiar experiencias.
Así que nada más conocerme y como colofón final a este gran día, se les ocurrió preguntarme (ya que yo era española, cómo iban a hacer ellos el esfuerzo de comunicarse en otro idioma) cómo podían conseguir hachís. Sí, está claro, si lo quieres no te quedes en tu pueblo: cruza el estrecho de Gibraltar, después farda de motito con tu cara de gilipollas en cuatro aldeas, ignora toda la cultura que tienes delante y luego pregunta por ello. Es fácil... ¿Cómo no te lo van a dar? ¿Cómo no, a tí? ¿No era este el paraíso de la droga? ¿Por qué no joder un poco más al país vecino sin tan siquiera preocuparte de cómo lo está pasando la gente que día a día te sirve en los hotelazos, en los restaurantes...?
No contentos con pedir esto (a mí me preguntaron, a los marroquíes casi se lo exigían) y en vista de que no estábamos por la labor de ayudarles, pidieron algo más. <<Bueno, ahora al llegar al hotel preguntaremos dónde están aquí la fiesta y las chicas>>. Date, date. Así que te vas a Marruecos a por droga, fiesta y chicas. Faltaría más que a tí, turista adinerado y cobarde te faltase algo de esto. Ni que decir tiene que jamás se les pasó por la cabeza pensar qué consecuencias podía tener para los marroquíes que les acompañaban en su viaje estar relacionados con tráfico de hachís, ni que en un país musulmán (en el que no se bebe alcohol a la ligera) no iban a encontrar la tasca del tío Antonio, especialidad en vinos, en la primera calle. 
Para estos estúpidos con dinero la ecuación estaba clara: cuanto más inversamente proporcional es el número de billetes con respecto a la inteligencia; más me creo con derecho a exigir en este nuevo lugar.

Y lo peor de todo ello no es ni si quiera el hecho de que consigan droga o no (que cada uno haga lo que quiera), ni siquiera que aparenten algo que no son, ni siquiera que se crean superiores, ni siquiera que no sepan leer un mapa ellos solitos.
Lo peor es que tras esta visión tan simplista que define a una cultura sólo como productora de droga, que cree que eso es lo único que puede ofrecer, se esconde algo mucho peor: el desinterés absoluto por conocer nada más, por mirar de verdad, por vivirla de verdad, por conocer su gente, hablar con ellos, conocer su historia y contarles la tuya, intentar verlo de forma objetiva, con lo bueno y lo malo, sumergiéndote en sus calles, en su vida diaria, respirándola de verdad.



                                             Artwork del conjunto de arte urbano Boamistura 

Sé que muchos de estos moteros (y muchos más que viajan como ellos) llegarían después a su casa enseñando las fotos de su "aventura": aquí en el desierto, esta de una ciudad, esta en la carretera.... y estoy segura de que sus familiares y compañeros de trabajo pensarán de ellos lo que ven. <<¡Qué tíos, qué valor, qué gran hazaña!>>. Son los que fardarán y fardarán, e incluso ellos mismos se creerán que han logrado un hito. Y sin embargo son los mismos que jamás se han interesado por descubrir algo más allá de su viaje organizado, son los mismos que nunca han intentado chapurrear "dariya" y ni de lejos son capaces de sentarse a comer y beber con un marroquí autóctono fuera de su circuito de hotelitos y buenos restaurantes. Han hecho un viaje sin enterarse, solo porque así estaba programado. Y lo peor es que nunca han querido ver más, se han regocijado en sentirse superiores y exigir mierdas: cosas absolutamente prescindibles para el viaje.

No pretendo que todo el mundo viaje con una mochila a la espalda, ésa no es la cuestión. La cuestión es qué sentido tiene faltar así al respeto, faltárselo a uno mismo perdiéndose lo mejor, dar palmas de alegría por ser ignorante y además sentirse orgulloso. Salir de tu país, de tu cultura, de tu círculo, para acabar haciendo lo mismo que haces allí. ¿Es realmente necesario?

Porque mientras sujetos como los de esta historia exigían estupideces a ciegas gastándose un dineral, el camarero que les atendía hablaba cinco idiomas, el de la recepción sabía más historia de España que ellos e incluso los comerciantes sabían más de la actualidad de nuestro país que ellos.

Y mientras sigamos con esta visión tan estrecha de la realidad, negando de antemano lo que los otros nos ofrecen, imponiendo de forma cínica y autoritaria nuestros caprichos; mal nos irá, por mucho dinero que se tenga para pagar esto o aquello. El dinero va y viene, pero saber buscar recursos y tener inteligencia no. 

3 dic 2014

OTOÑO EN CERCEDILLA

Lo reconozco: nunca ha sido mi estación favorita. Incluso diría que el anuncio del frío y la consagración de la oscuridad sobre la luz son sombras que guardo en mi interior durante todo el año.

Pero hay algo bello en esta cuenta atrás hacia el solsticio. Y a veces la contradicción se hace realidad, por que cuando llueve con fuerza y durante días la montaña vuelve a estar viva y un verde esmeralda salpica mis ojos, que se posan en los árboles y arbustos ya amarillentos, marrones, anaranjados incluso. Sí, es esa paleta de colores perfecta, la sensación de que la vista no se cansa de mirar.

La naturaleza va echando poco a poco lo que no necesita. Las hojas caducas tocan el suelo para nutrirlo en un futuro; lo que era meramente pasajero se va, es expulsado y cumplirá potra función. No está preparado para afrontar el frío helador ni la nieve que vendrá. La tierra da entonces sus frutos como si en un toque de atención a los animales (y a nosotros sobre todo, que somos los más animales) nos dijese que ya es la hora de recolectar, de ir a verla y recoger el alimento para prepararse para la larga temporada que nos espera, en la que ella estará cubierta e inerte.

En Cercedilla, pueblo de la Comunidad de Madrid, Siete Picos se ve desde un marco diferente. Los colores parecen fusionarse, degradarse, subir y bajar. Las pocas horas de sol, el frío y la lluvia penetran en la tierra con un suspiro helado.

La naturaleza parece decir que, contrariamente a lo que pensamos, ahora está más viva que nunca.