29 sept 2012

Transilvania, mitificada por Drácula

La imagen de Transilvania, esa región central de Rumanía donde están los Cárpatos, es objeto una y otra vez de alusiones a lo misterioso, a lo desconocido, a los castillos abandonados y a lo sobrenatural. Son muchas las referencias, tanto literarias como cinematográficas, que se han encargado de crear en el imaginario social esta estampa. La última, que me ha llamado la atención, es una película de animación titulada <<Hotel Transilvania>>.




                                                                             Trailer de <<Hotel Transilvania>>

Para empezar, hay que ubicar Transilvania en el mapa de Rumanía.


Originalmente, <<Transilvania>> significa <<Más allá del bosque>>, lo que ya dice bastante sobre la región y en qué se ha basado su economía.

Históricamente perteneció al Imperio Austro-húngaro, hasta que después de la II Guerra Mundial pasó a formar parte de Rumanía, tal y como se conoce hoy. Las reivindicaciones históricas no han terminado, sin embargo, y hay lugares (como la ciudad de Targu Mures) en los que básicamente se habla húngaro y existe un gran nacionalismo. Las ciudades más importantes de Transilvania son Cluj- Napoca, Sibiu y Brasov.La naturaleza está presente en toda Transilvania, y si bien el norte es llano, el sur es montañoso. Osos y lobos pueblan los bosques de esta parte de Rumanía.

La imagen romántica y salvaje de Transilvania se suele centrar en un personaje de ficción basado en otro que sí fue histórico: el Conde Drácula.

Con su capa negra y sus colmillos afilados, dispuestos a chupar sangre, habita un castillo en Transilvania. Vive de noche y por el día duerme, y sólo clavándole una estaca en el corazón es posible acabar con el mal que hace. Sino, también puede ir uno armado con una ristra de ajos, pues a nuestro amigo le dan fobia, igual que los crucifijos.

                                                      Fotograma de <<Drácula, de Bram Soker>>,de 1992.

Pues nada de esto es verdad. Ni existió nunca un rey- vampiro de esta guisa por Tranasilvania (aunque sí parecido en la brutalidad), ni se llamaba Drácula, ni era conde. Que la mayoría de la gente piense en esto es culpa del escritor irlandés Bram Stoker, quien a finales del siglo XIX publicó una exitosa novela: "Drácula", que le daría fama a este bello lugar. Narra la historia de una abogado inglés, Jonathan Hraker, que viaja a esta zona de Rumanía para hacer negocios con el conde Drácula, un curioso personaje que practica el vampirismo, con las características antes descritas.Sin embargo, este conde nunca existió. 

Stoker se basó en un personaje histórico no menos siniestro que el que creó en su novela: Vlad Tepes, quien reinó la región de Valaquia en el siglo XV. Era también conocido como Vlad <<El Emplador>>, por la afición que tenía de atravesar a sus enemigos (y según las fuentes, prácticamente a quien le apeteciese), con un palo, metiéndoselo por el ano y sacándoselo por la boca. Las leyendas que giran en torno a esta figura son repugnantes. 
Se cuenta que un visitante llegó a su castillo y durante la cena, afectado por el mal olor que desprendían los empalados (el príncipe cenaba con sus torturados al lado, no se andaba con finuras), tuvo ganas de vomitar. Vlad entonces ordenó que le empalasen a él también, pero más alto que a los demás, para que no le afectase el hedor.
Leyendas a parte, lo cierto es que el cruel Vlad nació en Sighisoara (Transilvania), y fue capturado por los otomanos, que se disputaban las tierras de lo que hoy es Rumanía, hasta los 17 años. Hoy en día es considerado como uno de los héroes nacionales.



El prícipe Vlad Tepes, del siglo XV, es el personaje real que supuestamente inspiró a Stoker para su novela.

Aunque la novela de Stoker transcurre también en otros escenarios (como Londres, Alemania o Hungría) Transilvania es el lugar donde el Conde tenía su castillo. La novela de terror aludía al vampirismo: Drácula chupa la sangre de sus víctimas para seguir vivo. Numerosas culturas han tenido algún tipo de mito vampírico, como la china, con Giang Shi o en la fugura de Kiang, o la romana, con Strix.

Irrupción del cine

El libro se hizo conocido en Occidente, pero llegó a la gente de la mano de uno de los inventos que más ha influido en la cultura popular en el siglo XX: el cine.
<<Nosferatu, el vampiro>>, fue la primera adaptación de la novela de Stoker en la gran pantalla, hecha en 1922 por Friederich Wilhelm Murnanu. A lo largo de los años se fueron sucediendo numerosas adaptaciones más o menos fieles a la obra de Bram Stoker, con lo cual nuevas películas sobre Transilvania y el famoso conde siguieron aparenciendo en el mercado, teniendo en cuenta además los avances técnicos de la cinematografía a lo largo de los años. Una página interesante sobre las sucesivas versiones del mito en el séptimo arte es esta: //www.cineralia.com/2012/04/21/especial-dracula-y-el-cine/.

La novela se convirtió en una referencia que los cineastas usaban a su manera y para sus propios fines, Incluso alguna versión de humor, como el el caso de <<El jovencito Frankenstein>>, en la que el mito de Drácula se une al de Frankenstein, algo muy común tanto en el cine como en la literatura. Se aprecia cómo aquí el doctor Frankenstein viaja a Transilvania . En la película aparece la estación de Transilvania como si ésta fuera una ciudad, a pesar de que es una región.




Escena de <<El jovencito Frankenstein>> en inglés. Al final, se aprecia cómo ambos personajes están en la estación de Transilvania.

Pero si hay una película que hoy destaca sobre las demás, es la de Francis Ford Coppola, titulada <<Drácula, de Bram Stoker>>, de 1992. Con un elenco de actores bastante conocidos en Hollywood (Winona Ryder, Anthony Hopkins o Keanu Reeves), el mito de Drácula se hizo más famoso todavía.


                                             Cartel de <<Drácula, de Bram Stoker>>, de Francis Ford Coppola.

Incluso el cine español se hizo eco de la figura basada en Vlad Tepes y también en la década de los 90 se estrenó <<Brácula Condemor>> (sin comentarios).

También las series infantiles han usado la fábula del conde para captar la atención de los más pequeños:


En la serie <<Barrio Sésamo>> el conde Drácula estaba representado por la marioneta <<El conde Draco>>.


<<La pajarería de Transilvania>> era el título de estos dibujos animados que volvían a unir el mito de Frankentein con el de Drácula. Las acciones tenían lugar una vez más en Transilvania, mitificada una vez más por el imaginario popular como un lugar en el que abitan seres paranormales.


                                                                 <<La pajarería de Transilvania>>, serie infantil

23 sept 2012

El castillo de Iulia Hasdeu

Câmpina en sí no es una ciudad con encanto. Está situada a la entrada de los Cárpatos y al ser medianamente grande (su población es de 40.000 habitantes) es un lugar de paso obligado en la ruta Bucarest- Brasov (por eso también es una ciudad cara), 
A pesar de estar cerca lugares de gran belleza natural y valor histórico, como Sinaia o Predeal, Câmpina a penas tiene atractivo para el visitante, si se entiende por atractivo la mezcla de naturaleza e historia anterior. Aun así hay que tener en cuenta que en Rumanía los parajes naturales abundan a diestro y siniestro y aunque no sean del otro mundo siempre sorprenden a quien los contempla, incluso en los bosques más recónditos y simples, algo que también pasa en Câmpina.

Sin embargo, en cuanto a monumentos únicamente, la ciudad destaca por dos: la casa- museo del pintor Nicolae Grigorescu (probablemente el más reconocido dentro y fuera de las fronteras rumanas), y el castillo de Iulia Hasdeu.

De éste último quiero hablar en este post, no sólo por su valor turístico sino también por la historia y leyenda que tiene detrás.

Avanzando por una carretera no muy alejada del centro, uno se encuentra de repente con un castillo en la otra acera. No es un castillo colosal, no destacan sus torreones, ni tiene foso. Ni siquiera tiene muchos años, pues data del año 1896, poco más de un siglo. Es gris y no muy alto, y decorado en la fachada con algunos símbolos masones. Le rodea un pequeño jardín con algunos árboles.


                                                                                     Castillo- Museo Iulia Hasdeu

Siendo así, ¿porqué debería interesar un pequeño monumento que no tiene nada especial? Porque el valor del castillo de Câmpina no está tanto en su estética, sino en la historia de su construcción y en la persona a quien hace referencia: Iulia Hasdeu. La leyenda que lo rodea y las circunstancias que le dieron vida han hecho de este punto una visita casi obligada si alguien viene a dar aquí.


¿Quién fue Iulia Hasdeu?

Fue la hija de  Bogdan Petriceicu- Hasdeu, un famoso filólogo rumano (según cuenta la leyenda dominaba 26 lenguas). Su madre también se llamaba Iulia. Nació en 1869 y a medida que creció su entorno quedó fascinado por su gran inteligencia: hablaba rumano, alemán (recordemos que Alemania tuvo una gran influencia en este país balcánico debido al origen de su monarquía), y francés. Con tan sólo 12 años marchó a París junto a su madre, donde estudió filosofía, tomó clases de pintura, canto, latín y griego, y perfeccionó el francés. Pero su pasión consolidada fue la poesía. Sintió una gran pasión por uno de los más grandes escritores de su época: Víctor Hugo. Cuando el autor de <<Los Miserables>> murió en 1885, Iulia escribió una carta sus padres narrando la desolación que sentía por su pérdida. Irónicamente la hija de su gran admirado escritor tuvo la misma suerte que ella, y más tarde su padres siguió el mismo camino que Víctor Hugo para superar el peor momento de su vida.
La joven, de gran talento, contrajo una pulmonía y murió a los 19 años, dejando su gran obra sin continuidad y a sus padres desolados.


                                                                              Iulia Hasdeu

El espiritismo y la obsesión

Tras la muerte de su única hija el matrimonio Hasdeu quedó hecho trizas. Bodgan Petriceicu Hasdeu, quien era considerado uno de los grandes intelectuales de Rumanía y que había sido muy activo en la vida política del país (unido al Partido Liberal), empezó a practicar espiritismo con el fin de comunicarse con su hija. De hecho empezó a escribir sobre ello, y fruto de esa obsesión nació la obra <<Sic Cogito>>, considerada el primer libro sobre espiritismo de Rumanía. Se dice que fue su hija Iulia, una vez muerta, quien le dio los planos sobre cómo hacer el castillo.
El castillo es un verdadero templo a la figura de Iulia, en él se exponen sus objetos personales, muestras de sus escritos, cuadros que pintó en Francia, retratos de la familia y algunos objetos cotidianos, como muebles. Tenía sin duda un grandísmo talento.


                                                                              Fotografía del interior del museo

Estéticamente, el castillo está cargado de simbología. En la fachada principal, con letras mayúsculas, destaca la inscripción: 2 IULIE (2 Iulias), que hace alusión a las dos mujeres, madre e hija, que tenían el mismo nombre.Bogdan Petriceicu Hasdeu, tras haber muerto su hoja y luego su mujer, empezó a celebrar el día 2 de julio en conmemorarión de ambas, pues Iulie en rumano es también el mes de julio.
El matrimonio estuvo viviendo aquí desde 1897, hasta diez años después, cuando murió Bogdan Petriceicu Hasdeu, el único que quedaba ya con vida (su mujer murió en 1902). A lo largo de su historia este monumento ha sufrido el abandono, el paso del tiempo, la dureza la la II Guerra Mundial (que se llevó por delante casas que Hasdeu había contruído al lado del castillo), y un terremoto. Fue en 1998 cuando fue empezó a funcionar como museo.

Información al vistante

El visitante puede encontrar información en esta página web.http://www.muzeulhasdeu.ro/en/index.php
La entrada cuesta unos 4 lei si no recuerdo mal (viene a ser 1 euro), y existe la posibilidad de tener un audio- guía. Venden libros sobre la figura de Iulia, su padre, espiritismo y otras obras de ambos. Los jueves es gratis.
No es un punto de parada obligada en absoluto, pero merece la pena para conocer más de cerca parte de la cultura de este país y en concreto de una época.

16 sept 2012

Esperanza

He tenido una gran suerte. La suerte de vivir una experiencia que no vive todo el mundo. La de vivir durante meses en un país como Rumanía, con la diferencia cultural, social y económica que esto supone con respecto a vivir en España. Y me considero muy afortunada.

Al volver aquí, una maraña de preguntas sobre mi futuro me abruma un poco todos los días. La crisis económica, que ya golpeaba el país antes de que me marchase, ahora muestra su peor cara, sobre todo con los jóvenes. Jóvenes que como yo, tienen una titulación superior, expectativas, idiomas, ganas de seguir aprendiendo...Y de trabajar. De ser independientes, de empezar a construir ellos solos sus sueños con la base que han ido adquieriendo durante años de formación. Y sin embargo, no parece que la situación vaya a mejorar pronto.

Haber vivido durante casi un año en Rumanía ha cambiado mi forma de ver las cosas; más bien, de enfrentarme a ellas. Nadie va a negar que la situación económica de España es desastrosa y que eso está afectando a los jóvenes que quieren dedicarse a lo que han estudiado. Efectivamente, se está produciendo una "fuga de cerebros" que no creen tener un futuro (ni siquiera cercano) aquí. No me refiero sólo a las cifras, a la prima de riesgo por las nubes, a los recortes, que son muy reales. Tampoco quiero invitar a la inacción, a hacer como que no pasa nada y a mirar cómo todo se viene abajo, felizmente.

Sin embargo, salir por tu propio pie y vivir una realidad diferente te hace comparar muchas cosas, muchos valores a veces, y muchos miedos también. España no está para tirar cohetes, y Rumanía tampoco. Pero la inestabilidad política que tiene Rumanía (hace apenas unos meses el Presidente estuvo a punto de ser depuesto en un referéndum), no la tenemos aquí. Allí hay más trabajo, con menos sueldo, es verdad. También hay más corrupción en las administraciones, y mucho más visible que aquí, donde se suele concentrar en la clase política o sus allegados.

La experiencia que he vivido me ha aportado ser más positiva, buscar soluciones propias. La gente que he ido conociendo por el camino, y no sólo en Rumanía, también viajando un poco, me ha hecho darme cuenta de que la gente sale. Salen, sí, por muy simple que parezca.


En las vías del tren, entre las piedras y las vigas, en un lugar donde todos los días una máquina que pesa toneladas barre ese terreno... Nace una planta, a penas apreciable a la vista.

Allí conocí a Alexandra, una chica poco mayor que yo, con un hijo de dos años y que debe hacerse cargo de sus padres, ya mayores y que en ocasiones no pueden valerse por sí mismos.
Es periodista y le encanta la edición de vídeos. Llegó a trabajar en una revista de renombre en Bucarest, pero al quedarse embarazada lo dejó para poder cuidar a su hijo, y ahora no ha podido volver. No se rinde: trabaja escribiendo artículos desde casa para algunas webs especializadas, el sueldo no es bueno y hay que escribir mucho, pero así puede cuidar de su hijo. Su pasión por aprender edición le llevó a ser autodidacta, aprendiendo en Internet cómo usar programas informáticos. A falta de una buena cámara, Alexandra ha realizado vídeos para webs en los que entrevista médicos o analiza la realidad de las mujeres de su entorno con una simple cámara de fotos usando el modo vídeo.

No ha sido la única persona admirable que me he encontrado por el camino. A unos pocos kilómetros de Câmpina vive un hombre fascinante que a sus 60 años forma campeones de judo y además de dedica a sus otras dos pasiones: la pintura y la escultura. Y no se trata de alguien que haya llegado hasta ahí gracias a tener dinero; él también tuvo que trabajar mucho en otras cosas para poder primero formarse él y más tarde poder formar a los demás.

Roxana es sin duda una de las personas que más me ha sorprendido. Cuando la conocí el año pasado ella acababa de cumplir los 17. Es una chica alta, morena, de tez blanca, que no aparenta su edad, sino mucho más. Fue ella la primera (y casi única) voluntaria que nos enseñó cómo era nuestra ciudad destino en Rumanía, la que nos acompañaba a poner los pósters de las películas que proyectábamos en el centro en los sitios más visibles, ella quien nos hizo de intérprete con profesores de instituto que no sabían qué era eso de ser voluntario europeo y quien me presentó a los niños del orfanato donde más tarde me animaría a colaborar en enseñando español.
Roxana me explicaba que para ella era muy importante el voluntariado, y a su edad ya ha formado su propia asociación con sus amigos, con quienes hace talleres de globoflexia y actividades infantiles de vez en cuando.  Todo esto lo organiza ella misma hablando con los encargados del Ayuntamiento y con su instituto.


                                                                     Taller de goboflexia el verano pasado

Hay también muchas personas anónimas para mí, muchos que con su ejemplo, en el día a día o en situaciones puntuales me hicieron ver la realidad desde otro punto de vista. Y ese es el mayor logro al que se puede llegar cuando uno realiza un viaje.

Desde aquí quiero rendir homenaje a todos ellos, de quienes tanto he aprendido conviviendo, unas veces más y otras menos, pero que han sido mis verdaderos maestros.


15 sept 2012

Panfleteros

El periódico "El Mundo" ofreció hace unas semanas en su edición on-line una entrevista con el periodista Gay Talese (uno de los máximos referentes del llamado "Nuevo Periodismo" de la década de los 60).
El experimentado prosefional, octogenario a día de hoy, afirma que los blogueros son unos panfleteros. En su opinión los blogs no le hacen un favor al verdadero periodismo, al que de verdad a él le interesa.

Talese es partidario de hacer periodismo desde la calle, en primera persona. Y, como ya confesó hace un par de años, cree que los blogueros son muy vagos, por lo que nunca serán una amenaza para el buen periodismo porque éste siempre acabará llegando a las personas. Afirmó entonces que no lee ninguna publicación on-line y que lo importante no es estar informado de todo, sino bien informado de las cosas esenciales. El auge de los blogs, en su opinión, tiene mucho que ver con la amenaza de crisis económica que muchos medios han visto venir y se han refugiado en publicar por Internet, con lo que los periodistas se han vuelto esclavos de la tecnología descuidando así la parte esencial de su trabajo.


Esto me ha hecho reflexionar.

Este también es un blog, aunque no pertenezca a ningún periódico. A la hora de escribirlo, de concebir tan siquiera la idea...¿Qué tuve en cuenta? Primero, la posibilidad. Internet, para bien y para mal, nos ha traído la posibilidad de que todo aquel que sepa mínimamente cómo manejar un ordenador pueda crear su ciberespacio personal en el que narrar, poner fotografías, vídeos...Con muchísima más facilidad que cualquier escritor, fotógrafo o cámara de épocas anteriores, por muy buenos que fuesen, y llegar a más gente. No porque sean mejores, sino porque es más fácil.

Segundo: una necesidad de contar. Y he aquí donde puede llegar el panfletarismo, la subjetividad o la objetividad. Este no es un blog puramente periodístico; no es mi periódico on-line. Tiene artículos que sí son periodísticos, alguna entrevista, análisis de la realidad, y también ha sido una vía para expresar sensaciones, sentimientos, reflexiones personales.


Tal vez tenga razón Talase al decir que el blog nunca sustituirá un buen trabajo de investigación periodística, desde luego, que lleva mucho más tiempo que escribir de vez en cuando el ordenador lo que se pasa por la cabeza, sin análisis ni crítica ninguna, sin trabajo y sin esfuerzo. Aunque también se puede poner todo ello en un blog, aunque esto sea una excepción. Y una de ellas a mi modo de ver la constituye Judith Torrea, la joven periodista que desde Ciudad Juárez, en México, informa desde su blog sobre la situación de la zona en relación con el narcotráfico.http://juarezenlasombra.blogspot.com.es/

No se puede realizar un gran trabajo únicamente con Internet y un ordenador como herramientas, tanto para la búsqueda de información como para su transmisión. Hay que investigar, salir a la calle, hablar con la gente, hacer entrevistas, buscar donde realmente se puede encontrar buen material. Pero una vez hecho esto el blog puede ser una herramienta de comunicación muy eficaz, aunque realizar todos estos pasos sean excepciones dentro de la profesión periodística y el mundo de los blogs.