1 mar 2012

Martisor o la fiesta de la primavera

Me sorprendió al llegar a Rumanía la insistencia de mi profesora de rumano (en el EVS aprendes el idioma durante los tres primeros meses) con que las estaciones del año empezaban el día uno. Me explico. Por ejemplo, cuando decía:

-Los meses de invierno son diciembre, enero y febrero. " Primavara" tiene los meses de "martie", "aprilie" y "mai" (marzo, abril y mayo).

No me explicaba que para ella las estaciones no empezaban el día 21 de diciembre, marzo, junio y septiembre.

-Poftim...Lunile de primavara. -(Por favor, dime cuáles son los meses de primavera), decía.

-Aprilie, mai, iunie.- Contestaba.

-Nu! Lunile de primavara sunt: martie, aprilie si mai!

No. En Rumanía se considera que empiezan el día uno. Me pareció una tontería en ese momento (aunque sigo defendiendo que la primavera empieza a finales de marzo), pero no sabía entonces hasta qué punto es importante para los rumanos un detalle como este.

Hoy es una de estas fechas, es 1 de marzo. Y es, precisamente, para ellos, el principio de la primavera. Y no es un día cualquiera. Mientras en España nos enteramos del cambio de estación porque el hombre del tiempo lo dice en las noticias, aquí sigue existiendo una tradición muy arraigada para celebrar este cambio: el paso del invierno frío a la estación más fecunda del año.


Ramos de flores para regalar: también son un símbolo de la primavera.

Es costumbre que las mujeres reciban pulseras hechas con un hilo blanco y otro rojo, y también amuletos que lleven flores. Todos estos objetos de regalo se llaman <<Martisoare>>. Se supone que en las pulseras, estos colores representan el invierno (color blanco) y la primavera (color rojo), pero también se puede interpretar como los opuestos de la vida: lo femenino y lo masculino, la guerra y la paz...Se dice que las mujeres las llevarán atadas durante dos semanas, y que les traerá suerte. Esta costumbre no es sólo exclusiva de Rumanía. En otros países como Bulgaria, Moldavia o Macedonia también se practica.

Lo más sorprendente de esta tradición es su antigüedad...¡ni más ni menos que desde hace 8.000 años! 
Al parecer el nombre proviene de <<martie>> (marzo en rumano), que a su vez viene dado por Marte, el dios romano de la guerra y la agricultura. No hay que olvidar que el imperio romano estuvo presente en Rumanía y precisamente ese origen latino es el que ha ido dando al país la identidad tan particular que tiene en los Balcanes. Sin embargo, a los romanos sólo se les debe el nombre, pues antes de que llegasen a Rumanía otros pueblos como los dacios o los tracios ya tenían esta tradición. 


Pulsera con hilos rojo y blanco.

Sobre todo esto, evidentemente, hay mucho escrito y muchas leyendas.Un documento interesante y bastante completo de los muchos que hay en la web es el que se puede consultar aquí http://fedrom.org/statics/uploads/martisor.pdf , y que analiza esta festividad tan bonita a lo largo de la historia.

Según la Astronomía, será el día 20 de este mes, a las 05:14 de la mañana cuando se produzca el equinoccio primaveral, vamos, que justo ese día y a esa hora habrá las mismas horas de sol que de noche.Será cuando oficialmente podamos decir que ha llegado la primavera al hemisferio norte.
  


En Câmpina, la ciudad más soleada de Rumanía, hace un día brillante. El reloj central de la plaza marca los 5ºC (después de lo que he vivido en las últimas semanas podría decir que hasta hace calor), y en la calle hay más gente de lo normal. Desde hace varios días la Piata (Plaza) se ha llenado de puestecillos vendiendo sus abalorios para este día. Los venden a precios muy baratos, 1 lei o 2 por uno pequeño, 5 por algunos más grande un con flores, 8 el más caro. Algunos hombres llevan ramos de flores en sus manos, tal vez para regalarlos a sus madres o sus novias, y algunas mujeres ya llevan los suyos.


En la plaza central de Câmpina los vendedores exponen sus <<Martisoares>> mientras algunos paseantes hacen sus compras de última hora.

Sé que es invierno, el hielo se está derritiendo y la gente sigue llevando sus abrigos en la calle.  Pero me parece bonito celebrar este cambio, aunque realmente vaya a producirse en unos días. Me parece importante y bonito darnos cuenta de que el paisaje cambiará, vendrán las flores, vendrá la vida y hará mejor tiempo. No importa de qué manera, cuál sea el ritual o si hemos entrado científicamente en otra estación.




En Câmpina, la ciudad más soleada de Rumanía, hace un día brillante.


Hoy para mí también ha empezado la primavera.



                                                                         <<Rubí>>, de Alphonse Mucha

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