La muestra que dice al mundo que todo eso pasó: la guerra, la represión, la vida. Se expone en Madrid el trabajo de Josef Koudelka , testigo de la invasión de Praga por parte de los soviéticos, del día a día de los gitanos, el ingeniero aeronáutico que dejó su carrera para dedicarse a disparar con una cámara.
Una de sus fotografías más reconocibles: la hora exacta de la toma de Praga
Koudelka, que nació en Checoslovaquia en 1938, y a los 30 años decidió cambiar su trabajo por la fotografía. Su cámara retrató la toma de la capital y más tarde se dedicó a retratar las costumbres de un pueblo tan olvidado como marginado y mal entendido: los gitanos.
Vivió con ellos, dormía en el suelo y comía lo que ellos comían, a veces animales en mal estado, según ha confesado en alguna entrevista.
Koudelka pasó años fotografiando al pueblo gitano
Ha recibido premios importantes, como la medalla d ela Royal Society Photographer.
Koudelka, el hombre tras la cámara, se ha mostrado casi siempre con pocas ansias de protagonismo, y si bien aprovechó después las ventajas de trabajar para la agencia de fotografía Magnum, algunas de sus fotos las firmaba al principio como "P.P" (Prague Photographer).
Un soldado apunta a un civil en Checoslovaquia
La obra se expone en la Fundación Mapfre y podrá visitarse hasta el 29 de noviembre.
Hace unos días el escritor Antonio Muñoz Molina describía así en este artículo al original artista:
El fotógrafo, el hombre de espíritu libre, es un gitano y un forastero en una sociedad totalitaria, un transeúnte en el mundo en el que cada persona está atada y grapada a su lugar obligatorio.
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