8 ene 2015

RIADS, LOS HOSTALES ESCONDIDOS

Quien camina por las ciudades de Marruecos tienen una amplia variedad de alojamientos, la mayoría baratos a los ojos (y sobre todo al bolsillo) del viajero occidental. Más allá de las casas particulares para quien tenga amigos allí y de los flamentes hoteles de cuatro y cinco estrellas, existe una modalidad para mí antes desconocida, a caballo entre la pensión, la casa particular y el hotel tradicional. Se trata del riad.

Los riads son casas dentro de la medina con un patio interior (tipo andaluz), en las que se alquilan habitaciones por un módico precio la mayoría de las veces. Hago este apunte porque lógicamente hay de todo y dependiendo de la calidad del servicio y las habitaciones, así será el precio. ¿Cuánto? Lo normal suelen ser unos diez euros por persona.

Hasta aquí nada nuevo. Y es que la magia de los riads está en el encanto de vivir durante unos días en una verdadera casa decorada, con patio y vistas de toda la ciudad, pues están en el mismo centro. Camuflados en las laberínticas callejuelas, la mayoría pasan absolutamente desapercibidos entre el gentío. A veces un cartel escrito a mano, o pintadas de flechas con spray en las paredes indican el camino hacia la entrada. Pero cuando la puerta de uno de estos hostales se abre, se abre también un mundo insospechado al otro lado de la pared. Unos techos enormes cobijarán al viajero los días que esté allí, y podrá elegir desayunar, comer y cenar la cocina más tradicional.

Reconozco que yo no me alojé en ningún riad (lo tengo pendiente), pero sí llegué a entrar en algunos. Normalmente tienen dos plantas y una azotea. La mayoría tienen WIFI en todo el edificio y cuentan con servicios extra, como taxi hasta la estación o excursiones.

Son una opción muy interesante para quien busque alojarse, tener comodidades y buenas vistas por un precio razonable. No son tan básicos como un albergue para mochileros pero tampoco tan abrumadores y caros como los hoteles. Aunque vuelvo a repetir: todo depende de qué tipo de servicio se quiera. Se encuentran en el casco histórico, por lo que son ideales para visitar la ciudad sin medios de transporte. Además hay muchísimos, no suele haber en conseguir una habitación si no se ha reservado con tiempo.


                                                Vista de la ciudad de Fez desde la azotea de un riad

Recomiendo por todo ello que si pensáis visitar Marruecos no dudéis en callejear por las medinas de sus ciudades: miles de de hoteles de este tipo os esperan camuflados entre el gentío, los mercados y la cotidianidad; precisamente ahí reside el encanto.

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