22 oct 2014

MARRUECOS: EL SUEÑO EUROPEO

Soñar es gratis pero llevar a cabo esos sueños siempre tiene un precio.

Se puede soñar con realizarse, con viajar, con tener una vida feliz, o simplemente una vida mejor en la que uno tenga seguro que va a comer todos los días y que sus necesidades más básicas van a ser cubiertas con total seguridad. En Europa hemos aspirado durante 50 años a realizar el "sueño americano"; ése estilo de vida de que desde medianos del siglo pasado empezó a copar todos los medios de comunicación. 
La publicidad y en especial la televisión hicieron que una Europa en reconstrucción soñase con parecerse a ese modelo de familia feliz estadounidense, a una sociedad en la que el coche empezaba a ser un símbolo de status social y las mujeres disfrutaban de tener mil electrodomésticos para las tareas del hogar. Papá, mamá, los niños felices que consumen productos último modelo también, una casa en propiedad y un coche. Una vida cómoda y sin apenas preocupaciones, una vida de disfrutes infinitos, de consumo infinito, de seguridad infinita. Ése era el "sueño americano" al que emular en Europa y en cualquier parte del mundo a la que llegase la televisión.

Pero no sólo EEUU es un referente para soñar: en África, por proximidad, muchos sueñan con alcanzar el "sueño europeo". Miles de inmigrantes africanos que llegan a nuestras costas y puntos fronterizos cada mes, desde hace años,a pesar de la crisis, del frío del mar y a costa de poder perder la vida en el viaje. Aunque la mayoría proceden de países subsaharianos, en Marruecos tuve la sensación de que allí también sueñan con fuerza, sueñan a lo grande, sueñan con recorrer 14 kilómetros de mar para poner los pies en su sueño: Europa.

Sí, la decadente Europa, la de la crisis, la de los rescates y los PIGs... Esa Europa sigue calando en la imagen que los marroquíes tienen de lo que es la felicidad, una vida digna y completa. Cruzar a Europa es sinónimo de esperanza, de riqueza, de trabajo, y sobre todo de seguridad. Porque nada malo puede pasarte en Europa, ¿verdad?


                                                     Inmigrantes hacia las costas de Europa

Las historias de primos, amigos o amigos de amigos que consiguieron cruzar el charco y ahora se dan la buena vida abundan en las casas marroquíes. Muchos han ido a Francia, país ex colonizador, ya que allí no tienen barrera lingüística (en Marruecos el árabe y el francés son lenguas oficiales).
Pero por proximidad muchos llegaron a España también. Especialmente en la época del "pelotazo" español, ya se sabe: cuando se construía bueno, bonito y barato. Quería decir que bonito y barato. Más bien sólo barato. El número de inmigrantes creció como la espuma. Ávidos por cobrar nueve veces más de lo que ganaban en su país y aún sabiéndose en muchos casos absolutamente desprotegidos en lo laboral. Con ese dinero algunos han vuelto y se han construido su propia casa en Marruecos. Otros visitan a sus familiares cuando pueden y les llevan regalos desde España, les hablan de su nueva vida, de las ciudades españolas que les han acogido y de sus amistades.
Y también hay otros que han oído hablar de Europa de lejos, sobre todo por la televisión y en especial por el fútbol. Y es que la pasión por este deporte en Marruecos (en África en general) es impresionante. Algunas ciudades celebran una victoria del Barça o del Madrid como estuviesen en Barcelona o en Madrid.

Así que no es de extrañar que hoy muchos tengan la sensación de que España (y Europa por extensión) es una especie de paraíso, un lugar en el que los sueños se hacen realidad.
Es cierto que pese a la crisis las diferencias entre Marruecos y España (o Europa, que suele ser el "gran referente") son evidentes:las infraestructuras, tasa de alfabetización, igualdad de género,el peso de la religión, salarios más altos y más derechos laborales... y muchas otras que se aprecian a simple vista. Sin embargo, al otro lado del estrecho suele ensalzarse a Europa con una imagen de bienestar y riqueza que a veces roza la fantasía. Pero no es oro todo lo que reluce y en el cambio de continente se pierden muchas cosas, algunas irreemplazables. Aquí enumero algunas cosas que no responden a estos sueños "Disney" que idealizan la entrada en Europa. Conceptos que, a mi parecer, distan mucho de la idea de "El Dorado" que muchos marroquíes tienen de Europa:

-La familia: es el gran lazo que une a los africanos (y en Marruecos no es menos), la red que ayuda a sus miembros, por lo que estos nunca se sienten solos. Da igual si uno tiene trabajo y otro (u otros) no: todo se comparte y la solidaridad entre unos y otros es algo que nadie se plantea, se da por hecho.

-Otro concepto de lo que es la pobreza: muy unido con el anterior, ya que los lazos entre personas son importantísimos. Por supuesto que en Marruecos hay pobreza, gente que pide y situaciones extremas (por ejemplo la de las viudas) pero guiándome por lo que vi allí, hay también una protección social muy fuerte y se le intenta ayudar en la medida de lo posible. Si alguien viene, por ejemplo, pidiendo a un restaurante, lo más normal será que el camarero le dé algo que ha sobrado o que le trate con buenas formas; el hecho de ser pobre no impide este trato.

-Calidad y cantidad no son lo mismo: la necesidad de dinero en un país donde la mayoría de las familias tienen cinco u ocho hijos hace que los salarios se queden en nada para alimentar tantas bocas. Al cruzar a Europa el salario puede multiplicarse por diez pero los precios también lo harán. Por eso una vez alcanzada una cantidad de dinero en Europa muchos deciden volver a su país con lo que han ahorrado. De hecho mayoría de la gente con estudios superiores que conocí, conscientes de este hecho, han preferido quedarse en su país para tener mayor calidad de vida y no sólo ganar mas.

-Quimeras que son un negocio: puede sonar a película, pero lo cierto es que muchos ya han caído en sus redes. La desinformación y la falta de acceso a fuentes oficiales hace que miles de personas sean víctimas de las mafias. La prostitución, la esclavitud laboral o la miseria más absoluta son las realidades con las que casi siempre acaban chocando las víctimas con la promesa de cruzar a Europa. ¿Quieres ir  Europa con trabajo seguro y ganar muchísimo dinero? Familias humildes se dejan todos sus ahorros por que uno de sus miembros viaje al viejo continente para realizar sus sueños, que en realidad irán a parar a mafiosos y mercaderes de personas.
Precisamente de este tema trata la película "Diamanates negros" , sobre el negocio oscuro del fútbol en África y de cómo muchos son engañados con la promesa de hacerse ricos y famosos deportistas.


                                                      Trailer de "Diamantes negros"

Por otro lado está la presión social que tienen estos inmigrantes que han utilizado los ahorros de toda su familia y vecinos para lograrlo. Volver con las manos vacías sería el mayor de los fracasos. En el documental "Bienvenido Mr. Kaita" se analiza muy bien esta situación, cuando un hombre regresa a su pueblo natal en Gambia después de haber hecho "fortuna" en Europa.

No pretendo decir desde aquí que vivan mejor en sus países (eso es algo que cada uno ha de valorar), pero sí que tras ese espejismo de oro y fortuna rápida muchas veces se esconcen lágrimas y engaños en una sociedad muy distinta. Y sí, claro que hay algunos que lo han conseguido, claro que les hay que han conseguido ganarse la vida en Europa, aunque no sea siendo Cristiano Ronaldo ni conduciendo un Ferrari. Les hay que viven entre la indigencia y la precariedad más absoluta, les hay que han tenido más suerte, más contactos y se han estabilizado con trabajos mejores.
El sueño Europeo no deja de ser un sueño del que tarde o temprano hay que despertar, y se despierta en la realidad. Una realidad dura y que no se corresponde con la imagen idealizada que se tiene desde África.


13 oct 2014

LA BICICLETA VERDE O LA VALENTÍA DE UNA NIÑA

Esta entrada se la dedico a alguien muy especial que cumpliría hoy años y a quien le hubiera gustado mucho leerla...

Una bicicleta para ir más allá. Dos ruedas para alcanzar la libertad, o al menos para retar a quien se interponga en el camino para conseguirla. No hay restricciones culturales, de género, religiosas o morales que puedan impedir volar, soñar, conseguir conquistar poco a poco esos pedacitos de gozo que nos hacen ser seres humanos en realidad.

"La bicicleta verde" es una película rodada en Arabia Saudí y que llegó a las salas de cine españolas el año pasado.Su directora, la también saudí Haifaa Al- Mansour se dio a conocer (más aún) fuera de las fronteras de su país por esta bella película que trata el tema de la libertad.



                                                               Trailer de "La bicicleta verde"

No sorprende que para narrar esta historia de fuerza el personaje principal sea una niña, Wadjda, (interpretada por Waad Mohammed ). Siendo la única hija de sus padres y sin tener mucho interés en  sus estudios, lo que    más desea es poder tener una bicicleta y poder retar a  , su vecino. No para iniciarse en el deporte ni para que le den una medalla; sólo por el placer de poder correr sobre dos ruedas en la dirección que desee.

Pero Wadjda se da de bruces con la realidad de su casa: ella no ocupa ningún lugar importante en el árbol genialógico de su padre. pues éste debe casarse con otra mujer para tener un hijo varón. Su madre, destrozada por la situación, se ve en la disyuntiva de alentar a su hija a aceptar la realidad y comportarse "como una niña de su edad" o de animarla a cumplir sus deseos.


Otro factor importante entra en juego: la escuela. Ese el el lugar que Wadjda visita a diario para formarse, un sitio en el que las formas (y no el contenido), la normativa y lo superficial parecen ser más importantes que la propia educación. A pesar se su mala disposición para comportarse en clase,  , cede ante la posibilidad de poder ganar un premio que le acerque a su soñada bicicleta y empieza a convertirse en una de las mejores alumnas a la hora de recitar el Corán.

Según se suceden estas situaciones la película va reflejando otras tantas de la vida cotidiana en la sociedad saudí: la relación entre hombre y mujeres, entre las aspiraciones de los niños y las niñas, el poder incuestionable de las instituciones (caso del colegio) frente al peligro que supone que alguien se salga de los cánones marcados, la relación madre-hija en una sociedad de marcado carácter patriarcal y qué espera la una de la otra.

Relación madre- hija en la película

En lo referente a este último punto Wadjda y su madre parecen ir encontrándose poco a poco: la niña por empezar a conocer lo que supone esforzarse en el mundo real para conseguir lo que quiere (en este caso, la ansiada bicicleta) y por parte de la madre, el acercamiento hacia su hija está motivado en el abandono de su marido, lo que le hace buscar su propia fuerza y empezar a admirar la rebeldía y obstinación de su hija por luchar por sus sueños.


Con detractores y enamorados, lo que a ninguno se le escapa es que la historia escapa del cine que estamos acostumbrados a ver en la cartelera y que más allá de la técnica narrativa, Haifaa Al Mansour cuenta una historia poderosa, valiente, sin dejar de ser delicada, como sus protagonistas y la historia de la propia cinta.

A modo de reflexión y en relación con la película, hace unos días pude ver un spot publicitario de la marca "Always". Parece ser que la industria de los productos femeninos se están dando cuenta del poder de estas historias y cada vez son más la marcas que intentan acercarse una imagen más real de la mujer. Más allá sobre el fin (nosotras mismas las primeras) somos las que tenemos una idea muy equivocada sobre lo que es hacer las cosas "como una niña". La pena es que tenga que ser un anuncio lo que cause revuelo para que este tipo de vídeos se extiendan.



 
                                                       "Like a girl", campaña de Always


5 oct 2014

PODREDUMBRE LABORAL (I): BECARIOS VITALICIOS

Estaba acostumbrada a leer el término"vitalicio" acompañando a nombres como "sueldo", "cargo" o "pensión". Pero el otro día mientras recibía las noticias matutinas, mi vista se posó ante la siguiente expresión: "Becarios vitalicios". Aquí podéis leer la noticia: Becarios vitalicios

Resumiendo: la cadena de radio SER (uno de los referentes informativos más importantes de España) ha sido multada por explotar a sus becarios, quienes llevaban realizando las funciones de un profesional sin tener el contrato que a ésta labor corresponde (del sueldo mejor ni hablamos). Algunos llevaban en esta situación dos años, un periodo más que de sobra como para haberse formado en la empresa y empezar a realizar labores profesionales. Vaya. Así que el hasta ahora envidiado adjetivo "vitalicio" está empezando a acompañar situaciones nada deseables para perpetuarse en el tiempo, como es el caso de las becas.

                                                                      Chiste del periódico ABC

Pero vamos a ver... ¿Qué es ser becario? No es ni más ni menos que empezar a trabajar de forma práctica en una profesión. Y sí, las prácticas son muy importantes, yo diría incluso que algunas carreras (y señalo aquí a las de Comunicación) no sirven de nada sin aprender haciendo. Y sí, el aprendizaje requiere tiempo, lógicamente no vale lo mismo un trabajo peor hecho por la falta de conocimiento que uno hecho de forma profesional. "La experiencia hace al maestro": éste podría ser el mantra que justifica todo aprendizaje. Quiero decir con esto que estoy totalmente a favor de las prácticas, incluso cuando éstas no son remuneradas; ya que implican que el estudiante o becario está aprendiendo y en ocasiones esto vale más que cualquier máster o curso de especialización.
Pero no nos engañemos: todo tiene un principio y un fin... incluso el propio aprendizaje. Y en dos años realizando labores de redactor en plantilla estoy segura de que los compañeros de la SER estaban igualmente capacitados que los redactores de plantilla para hacer labores profesionales.

La mayoría de las empresas que tienen becarios lo hacen mediante convenios con las universidades, de forma que se ocupan de formar al alumno (de hecho los créditos de libre elección se pueden convalidar por las prácticas). Además las empresas reciben subvenciones (tan escasas y codiciadas en época de crisis) por acoger al alumno y abrirle puertas en el mundo laboral. Hasta aquí nada que objetar.
La parte incómoda viene cuando vemos las cifras del "becariado": un 58% no recibe ningún sueldo por las prácticas mientras que los que sí lo hacen perciben una media de 320 euros. Si a esto le sumamos que pasado un tiempo más que razonable estos becarios empiezan a realizar las funciones de un profesional, con los horarios de un profesional y sus responsabilidades... ¿No deberían también verse estos cambios reflejados en su contrato, y por lo tanto, en su sueldo y condiciones laborales?


                                                                  Viñeta de Forges

 Más allá del revuelo en las redes sociales, la indignación de la calle o la poca sorpresa de quienes sí conocen estas prácticas... ¿Quién creéis que se ha llevado la peor parte tras realizarse esta inspección? ¿Algún alto cargo? ¿Alguien de la dirección que ha hecho la vista gorda durante mucho tiempo? ¿Alguien ha decidido hacerse responsable?

Has acertado. Han vuelto a ser ellos, los becarios. 80 concretamente, que han dejado de ser vitalicios para irse a la calle de forma inminente. No sin antes dejar desbordados a los redactores contratados, según informa PR Noticias. Así que en la práctica muchos estarán pensando ahora que más les valía tener un mini sueldo y la posibilidad de seguir haciendo currículum que verse en la calle.

Pero esto no es nuevo. La noticia ha recordado otros casos recientes de abuso laboral hacia los becarios, como el de los que trabajaban para el diario "El País" que se destapó hace dos años. Lo más llamativo de este caso es que los becarios de "El País" provienen en su inmensa mayoría (si no en su totalidad) del Máster en Periodismo que realiza el periódico y que cuesta la módica cantidad de 13.500 euros (precio del curso 2014/ 15).

Otros medios, como la agencia de noticias EFE, también se han visto salpicados por las inspecciones de trabajo relacionadas con la explotación de los becarios. En esta ocasión el sindicato denunció que EFE había mentido a los inspectores sobre las labores que llevan a cabo los becarios.

Esto en cuanto al trabajo en los medios de comunicación, pero situación es muy parecida en casi todos los sectores.

Siendo esto así... ¿Por qué aceptan entonces los jóvenes seguir siendo becarios durante tanto tiempo? Aquí van algunas razones:

-La promesa y esperanza de llegar a formar parte de la plantilla con un contrato mejor.
-En algunos casos, aunque sea poco, perciben un dinero por la actividad que realizan. Vista la situación laboral española muchos prefieren ganar poco trabajando de lo que han estudiado que ganar poco y dedicarse a otra cosa.
-Seguir haciendo currículum y continuar aprendiendo (aunque como ya he analizado esto también tiene un límite).

La realidad pesa y aprender todo lo que se pueda es necesario. A nadie se le escapa que es mejor sacar adelante el trabajo sin a penas gastar en personal y con contratos muy flexibles, en ocasiones sin ellos.
La línea entre el abuso laboral, el aprendizaje y el trabajo profesional es muy fina.

1 oct 2014

DE PUTAS Y SANTAS

Esta es mi primera colaboración para la revista online "Proyecto Khalo", una publicación mensual que sigo desde hace meses y que desde el principio me enganchó. Se autodefine como una alternativa  a las revistas femeninas y todos sus artículos ponen el punto de mira en la mujer y su relación con el entorno, siempre con unas dosis de realidad, colaboración, análisis y sarcarsmo que no existen en las revistas femeninas actuales. Os invito a que la conozcáis y por supuesto a que leáis mi primer artículo.

El título puede ser chocante, malsonante o simplemente llamativo. Pero nada más lejos de la realidad; lo que trato de describir en este artículo son los dos extremos represivos del imaginario social entorno a la mujer, con la mayor objetividad posible. Si queréis leer el artículo en la web de "Proyecto Khalo", pinchad aquí: "De putas y santas"


                                      "Reine Paon" Imagen del ilustrador Benjamin Lacombe


-Mira Fulanita, vaya pintas que lleva, con esa falda, ayer estaba con uno y hoy con otro… ¡Menuda puta!
-Pues mira Menganita, con lo fea que es la pobre, siempre estudiando…No tiene “nivel” para venir con nosotras, ¡es muy santa!
¿Os suenan estas conversaciones? Seguro que más de una vez todas hemos oído (cuando no participado) en una de ellas. Ser puta o ser santa. La eterna dualidad para las mujeres. Y la lástima es que casi siempre somos las propias mujeres las que juzgamos así a las otras, sin darnos cuenta de que al hacerlo nos hacemos daño a nosotras mismas. Voy a escribir este artículo sobre las mujeres por el hecho de serlo, pero creo que en este juego del etiquetado somos todos, hombres y mujeres, quienes salimos perdiendo.
Parece como si en nuestra sociedad las mujeres sólo pudiésemos aspirar a estar en alguno de estos extremos, tan temidos, tan fáciles de determinar, tan catalogables. Putas o santas, malas o buenas, brujas o princesitas, vividoras sin conciencia o amargadas olvidadas de sí mismas… Todo o nada.
Voy a analizar exactamente a qué nos referimos -y en esto hay mucho de cultural- cuando decimos que una mujer es una puta o una santa.
Puta es aquella que ofrece sexo a cambio de dinero. Sin embargo, creo que cuando a una mujer se le llama “puta”, esta palabra denota mucho más, por el contexto cultural. Ser puta es ser vil, no tener escrúpulos ni conciencia. Es mucho más que vender el cuerpo, es haber vendido el alma, haberse salido del camino marcado y poder ser señalada con la letra escarlata. Es el tabú social, es ser indigna. Es un ser despersonalizado, sin amor ni disfrute propio. Por mucho que lo he pensado, no consigo encontrar una palabra negativa que describa a quien se beneficia del servicio de la puta: cliente, chulo (esta incluso denota superioridad), la  Madamme (“señora” en francés, a modo de respeto)… En el mismo lenguaje la puta se queda sola, porque aunque se dé que todos se aprovechen de ella, al final es ella sola la que ha de llevar la carga de ser lo que es en la sociedad en la que vivimos.Lo curioso de todo esto es que la puta está hecha para el placer de los demás, sin los demás, ser “puta” no tiene sentido.

Vamos a hora al otro extremo, el de la “santa”. Habrá quien piense que este no es tan dañino como el anterior, ya que culturalmente es más aceptado. A pesar de que muchos de los santos que aparecen en el calendario lo fueron por haber sido castigados por sus ideas religiosas (lo que implicaba valentía), ser “santa” es otra palabra cuyo significado se ha desvirtuado y tiene un significado social.
El diccionario la define como: “De especial virtud y ejemplo de persona sin culpa, venerable”.
Es aquella que no puede tener culpa porque nunca hace nada, y si hace es lo que está marcado. Por tanto, la cautela y la inactividad son su camino. Es todo lo opuesto a la puta: no contesta, es sumisa, debe sacrificarse por los demás ante todo. En nuestra sociedad esto se consigue por los medios más diversos: la imagen, la ropa, conseguir una posición social “bien vista”, una casa… Ser una mujer que no llame demasiado la atención para no deslumbrar, pero que la llame lo justo como para que los demás vean que sigue el buen camino. Es la niña buena transformada en chica aplicada, la mujer esperable. Su misión es velar por el resto, una santa no goza de su vida en pos de los demás, que pueden aprovecharse de esto.


                                                   
                                                      "Ella baila bembé", Canción de Amparanoia




Los demás… ¿Os suena esto de algo? ¿Será que la santa y la puta son dos barrotes de una misma cárcel?
Ambas están al servicio de la sociedad, son fácilmente identificables y etiquetables… Ni la santa ni la puta cubren sus propias necesidades, sino las de los demás. Ambas están totalmente desconectadas de cualquier deseo personal.
Ambas son figuras incómodas para las mujeres de nuestra sociedad. Las generaciones anteriores valoraban más el extremo de la santa por la influencia de la religión (la Virgen María es la santa por excelencia), y creo que hoy, por la influencia de los medios de comunicación, se nos quiere transmitir la imagen de que una mujer libre elegirá más el modelo de la puta. Lo peor es que muchas veces somos las propias mujeres quienes no nos paramos a pensar si realmente tenemos que movernos entre estos dos extremos que de por sí son falsos; ya que nos cortan los instintos más primarios y nos hacen creer que algunos de nuestros sentimientos y deseos son incompatibles con los demás. Se puede ser dulce a la vez luchar como una animal por lo que se quiere, ser sexual y tener aspiraciones espirituales, contestar con descaro cuando es necesario y querer cuidar o tener hijos. No sólo se puede hacer, si no que en realidad, se es realmente.
El propio ciclo menstrual (que por supuesto no es igual para todas) hace que el cuerpo de la mujer pase por distintas fases hormonales, físicas, emocionales: complementarias. De la menstruación a la ovulación hay cambios enormes en cuanto al deseo, a la sensibilidad al dolor, en cuanto a los fluidos físicos… Y todo este cambio dentro de una sola mujer una vez al mes… ¿Por qué no aceptar entonces estos cambios a nivel de sociedad al referirse a la mujer?

En su libro Las diosas en cada mujer,  la doctora Jean Shinoda muestra los arquetipos femeninos basados en las diosas griegas. Aunque nunca me ha parecido muy realista poner etiquetas, sí creo que es interesante ya que la cultura greco-latina es nuestro origen. Me llamó mucho la atención la referencia que hace a las diosas Afrodita y Hestia, que representaban el amor y la sexualidad la una y el mundo espiritual e interior la otra. Lo que en nuestra sociedad equivaldría a la puta y la santa, aunque en oposición a nuestra realidad social, aquí ambas deidades lucen por hacer muestra de su voluntad. Shinoda dice que tienen mucho más en común de lo que se podría pensar. Ambas son independientes, no dan explicaciones a nadie, han elegido libremente el lugar en el que están. “…(Afrodita) es capaz de centrarse en lo que para ella tiene personalmente sentido; los demás no pueden apartarla de su meta. Y en cuanto que lo que ella valora, es puramente subjetivo y no puede medirse en términos de éxito o de reconocimiento. Afrodita es  (paradójicamente) muy similar a la anónima e introvertida Hestia, que, aparentemente, es la diosa menos parecida a Afrodita.

Tener que elegir entre ser puta o ser santa es tener que estrangularse, dejar de respirar, amputarse una de las partes que van a ser vistas y juzgadas desde fuera. Y lo que es peor: es tener que separar la vida de la propia vida, dividir los instintos y las emociones, enloquecer por no poder juntar todo ello en una misma persona. Es ahogarnos en nosotras mismas y ponérnoslo muy difícil para salir a flote.