12 jun 2014

CÓMO ANULAR A UNA PERSONA

Comparto la siguiente reflexión que encontré buceando en el blog de Carlota Miranda (lo recomendé en la entrada anterior para informarse sobre Marruecos).

El texto es de Ana Cristina Aristizábal, una periodista colombiana, a quien podéis leer aquí.

CÓMO ANULAR A UNA PERSONA

El peor daño que se le hace a una persona es darle todo. Quien quiera anular a otro solo tiene que evitarle el esfuerzo, impedirle que trabaje, que proponga, que se enfrente a los problemas (o posibilidades) de cada día, que tenga que resolver dificultades.

Regálele todo: la comida, la diversión y todo lo que pida. Así le evita usar todas las potencialidades que tiene, sacar recursos que desconocía y desplegar su creatividad. Quien vive de lo regalado se anula como persona, se vuelve perezosa, anquilosada y como un estanque de agua que por inactividad pudre el contenido.

Aquellos sistemas que por “amor” o demagogia sistemáticamente le regalan todo a la gente, la vuelven la más pobre entre las pobres. Es una de las caras de la miseria humana: carecer de iniciativa, desaprovechar los talentos, potencialidades y capacidades con que están dotados casi todos los seres humanos.



Quien ha recibido todo regalado se transforma en un indigente, porque asume la posición de la víctima que sólo se queja. Cree que los demás tienen obligación de ponerle todo en las manos, y considera una desgracia desarrollarse en un trabajo digno.


Es muy difícil que quien ha recibido todo regalado, algún día quiera convertirse en alguien útil para sí mismo. Le parece que todos a su alrededor son responsables de hacerle vivir bien, y cuando esa “ayuda” no llega, culpa a los demás de su “desgracia” (no por anularlo como persona, sino por no volverle a dar). Solo los sistemas más despóticos impiden que los seres humanos desarrollen toda su potencialidad para vivir. Creen estar haciendo bonito, pero en definitiva están empleando un arma para anular a las personas. (No quiere decir que la caridad de una ayuda temporal no sea necesaria en momentos especiales).

9 jun 2014

LA CULTURA DEL MIEDO

Llevaba tiempo pensándolo, pero no suele ser hasta que una inicia un viaje, cambia de ambiente y de perspectivas y sobre todo se ve realmente válida para salir adelante, cuando lo puede confirmar.

La vida es una. Y en países más "pobres" lo saben muy bien. Que sin los demás no somos nadie y que no controlamos absolutamente nada.

Que vivimos con demasiado miedo en nuestras casas de cristal sin rozarnos con el mundo real, que es mucho más libre. Y que no es bueno estar así, porque en realidad nos perdemos la vida de verdad.

                                             <<Abre la ventana y que la brisa te acaricie la cara>>

Pero al viajar, cambiar de gentes, ver otras costumbres y otras formas de tomarse la vida me he dado cuenta de que cada día debía confiar en algo, en desconocidos la mayoría, y sobre todo, no estar parada. Porque el miedo, paraliza.

El miedo se ha instalado en nuestra cultura, en nuestra forma de vida, en la de pensar también.  A pesar de creer que somos más libres que nunca por tener todos los medios a nuestra disposición, tener más formación que la que tenían nuestros abuelos o poder desplazarnos más fácilmente, tenemos miedo. 
Nuestra cultura respira miedo por los cuatro costados, y eso es algo que choca mucho al viajar a lugares que, desde aquí, siempre hemos considerado subdesarrollados, pobres, peligrosos... Todo esto, por supuesto, se traduce también en el pánico a los que son diferentes, o lo que es peor, el cerrarse directamente a tan siquiera conocer lo que es distinto, en vivir cómodamente a través de una pantalla, de la tele o de la radio, escuchando de forma pasiva cómo nos cuentas que es el  ese mundo en el que ahora nos podemos mover con más facilidad.

Durante el mes que he estado en Marruecos (vuelvo a repetir que es un tiempo absolutamente insuficiente para conocer algo a fondo) no he visto que la gente viva con el mismo miedo con el que vivimos aquí, en general. Tienen otros miedos, es cierto. Y otras condiciones de vida, muy duras algunas. Pero parece mentira que para todas las comodidades y oportunidades que tenemos, seamos incapaces de vivir realmente en paz y de forma coherente con lo que pensamos. De apreciar y valorar. Me sorprende ver que la tasa de depresiones se dispara en los países ricos. 

En "El miedo a la libertad" Erich Fromm exponía varios mecanismos de evasión que ha creado nuestra sociedad para seguir siendo esclava, porque ser libre implica tener una responsabilidad.

Por otro lado no es de extrañar. El sistema económico y social en el que vivimos, que tiene por objetivo comprar y comprar sin pensar en nada (¡sin pensar en nada!), necesita realmente al miedo como motor de sí mismo. También es una forma de que la gente se quede en casa pensando que más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer.
Porque si no tienes miedo a ser menos que tu vecino, entonces  no te endeudarías hasta las cejas para comprar ese todoterreno último modelo. Porque si las mujeres occidentales no tuviesen miedo a ser rechazadas por no parecerse Angelia Jolie, tampoco gastarían en antiarrugas, ni en pastillas adelgazantes, ni en montañas de ropa cada año. Porque si esa familia que tiene pocos ingresos no tiene miedo a ser etiquetada por los demás, no tiraría el dinero para aparentar. Quién sabe, tal vez sin miedo nos daría por pensar.Y puede que sin tantas cosas, nos quedase hueco para sentir.




6 jun 2014

VIAJAR SOLA A MARRUECOS

El título lo dice todo: viajar sola (una y en femenino: o sea, una mujer) a Marruecos.

¿Es peligroso? Esa es la gran duda que creo que asalta a cualquier viajera que quiera ir allí en estas condiciones. Todo lo que escribo a continuación es fruto de mi experiencia, así que que nadie lo tome como una verdad absoluta, pero creo que puede ser de ayuda a quienes estén pensando en hacer lo mismo.

Antes de viajar escribí un montón de veces esta frase en Google, y me di cuenta de que muchas más mujeres como yo buscaban una respuesta, y pocos eran los sitios en los que se encontraba el testimonio de alguien que hubiese estado ya y tuviese una experiencia personal. La mayoría de las búsquedas sobre esta cuestión acaban en foros de Internet donde gran parte de la gente aconseja desde el desconocimiento y basándose en estereotipos.

                                Vista de Chefchaouen (Marruecos)


Tuve la suerte de poder contactar con otra bloguera, Bárbara Bécares, quien en su espacio online, "Bárbara on the road"https://unviajedemilesdekmempiezaconunpequenopaso.wordpress.com/ narra su experiencia, entre muchas otras, viviendo siete meses en Marruecos. Le vuelvo a dar las gracias desde aquí por sus consejos y contactos. Sinceramente, tranquiliza mucho saber que al menos quien te habla sobre un sitio ha estado allí, y no precisamente de vacaciones en un hotelito una semana. Durante el viaje también conocí el blog de Carlota Miranda, "No es nada personal"http://notelotomescomoalgopersonal.blogspot.com.es/ otra chica española que estuvo trabajando en Rabat después de haber viajado varias veces al país vecino, tras, según ella, haberse enamorado del país.

Pero volviendo a la cuestión central, y una vez habiéndolo vivido, lo cierto es que NO, viajar a Marruecos no es peligroso. Es seguro, o al menos todo lo seguro que puede vivir uno en cualquier pueblo de España o en Madrid. Quiero decir que nadie te va a garantizar que no te vaya a pasar nada, al igual que nadie te garantiza que no te pase aquí. Pero no te van a poner un burka (yo nunca me cubrí el pelo), ni te van a cambiar por un camello, ni te van a agredir por que sí... Ni ninguna de esas ideas preconcebidas. Por supuesto que locos y mala gente hay en todos los lados y tampoco es oro todo lo que reluce, hay que ir con cuidado con los desconocidos y tener sentido común. Sobre todo esto último, igual que lo tenemos aquí y no nos metemos en barrios peligrosos ni nos relacionamos con quien nos da mala espina.

Repito: viajar sola a Marruecos es seguro... pero debo reconocer que también puede ser incómodo. Una mujer "occidental" (o que lo aparente por su vestimenta, aunque ésta no sea llamativa), joven y sola llamará la atención, sobre todo de los hombres, y esto sí se puede hacer pesado. En los lugares turísticos esta atención es doble porque al hecho de ser una mujer se le suma que eres una cliente potencial de cualquier cosa (y es que venden cualquier cosa).
Por lo general los hombres marroquíes a penas han tenido ocasión de relacionarse o conocer un poco en profundidad a una extranjera... Y en mi opinión (es sólo mi opinión) creo que suelen pensar que una extranjera es más "fácil" que una local, y que no tendrán que hacer tantos rituales para conquistarla. Esto puede llegar a sacar de sus casillas a cualquiera. Mi recomendación es ignorarlos completamente, como si no existiesen. No quiero decir con esto que todo el que vaya a hablar con una turista tenga esta intención, ni mucho menos, pero si realmente es así, recomiendo no empezar a tener ninguna conversación con ellos.

                                                  Calle de la medina de Fez

Durante todo un mes tan sólo tuve una mala experiencia de este tipo, precisamente con un hombre que salió de un coche pidiéndome que me tomase un café con él. No pasó nada, y aunque me dio impresión no dejé que marcase mi idea del viaje ni del país, porque toda la gente que he conocido y me ha ayudado (también hombres) supera esto con creces.

Creo que hay que evitar ir con la idea preconcebida de que "no me van a dejar en paz", "voy a llamar mucho la atención" o "mejor no voy".
Puede que estas cosas pasen, y que llames la atención, pero .. ¿por qué añadir más estrés y mala leche a una situación nueva? Por otro lado en Marruecos la seguridad del turista está bastante garantizada.

También quiero añadir que cuando una se plantea viajar sola, en realidad, casi nunca se está sola. Siempre acabas conociendo gente, otros viajeros, personas en los albergues, locales... que te ayudan o se convierten en compañeros de viaje. La gente suele ser hospitalaria y protectora. Es fantástico conocer tanta gente distinta con la que sabes que estás compartiendo momentos y lugares que quién sabe si volveréis a visitar.

Si es la primera vez que se viaja al país, por mi experiencia recomendaría acercarse poco a poco. Tal vez primero hacer un viaje de unos días, una semana. Luego quedarse un poco más. Ir conociendo poco a poco a la gente, las costumbres... Pero cada uno es muy libre de hacerlo como quiera, yo de hecho me he ido un mes "de golpe y porrazo" y por eso aconsejo más esta otra opción.Me ha encantado el viaje pero tengo que reconocer que puede hacerse muy cansado porque Marruecos es un país que ofrece un  contraste tras otro, situaciones que en Europa no solemos vivir, y como para todo, hace falta tiempo para acostumbrarse. Y si no, si uno se decide por estar más tiempo; hay que tomárselo con calma para asentarse y conocerlo poco a poco, entrar en contacto con las costumbres (las de verdad, no las del turisteo), con la gente, con las ciudades... E incluso, por qué no, aprender algo de "dariya", el dialecto árabe marroquí.

En otros post me gustaría explicar más sobre otros aspectos del viaje, tales como la moneda,los precios, costumbres o sitios más conocidos. Pero eso merece una entrada aparte. Por si os ayuda, aquí dejo algunas referencias de testimonios que encontré en Internet, de blogueras que han viajado solas y hacen sus recomendaciones:

-"Viajar sola por Marruecos" (Bárbara on the road, blog de Bárbara Bécares)

-"¿Es peligroso viajar chicas solas a Marruecos?" (No es nada personal, blog de Carlota Miranda)

-"Guía para viajar de mochilero por Marruecos" ("Viajando por ahí", blog de Aniko Villalba)