28 ago 2011

Los hijos de la inmigración en Rumanía

Aterricé en Bucarest la noche del 5 de julio. La humedad abofeteó mi cara nada más bajar del avión.

Durante el vuelo ya había tenido mi primer contacto con un pedazo de la realidad de este país: que recuerde, era la única española entre todos los rumanos que viajaban a visitar a sus familias.

Mi compañera de asiento era una mujer de unos 40 años, que antes de despegar el avión ya empezó a hacerme preguntas, sorprendida por el hecho de que una chica española quisiera ir a Rumanía como <<voluntaria>>. Me contó que iba a pasar un mes con sus hijas (que tenían mi edad, unos 20 años), a las cuales no veía a menudo ya que las había dejado en Rumanía cuando ellas eran niñas para ir a trabajar a España. Me contó además cómo fueron sus primeros meses en España sin conocer el idioma y lo difícil que es encontrar así un trabajo. <<Seguro que el idioma se te hace fácil, es muy parecido al español>>, me dijo.

Primer contacto, primeras diferencias. Yo viajaba porque me iba de <<voluntaria>>, con una ilusión, para algo nuevo en mi vida. Y eso contrastaba con la mayoría de las historias que podrían contarse en ese avión, en el que la gente viajaba para sólo para poder ver a sus familiares más cercanos durante un mes al año.

                      

Una vez en Rumanía, y tras llevar casi dos meses viviendo aquí, empiezo a entender la importancia de estas pequeñas historias como la de la mujer del avión, y cómo explican en muchos casos la mentalidad y la vida de la gente. Por supuesto que conocía de primera mano el fenómeno de la inmigración de rumanos en España, puesto que he vivido en España toda mi vida. Lo que no conocía hasta llegar aquí era cómo se vive este fenómeno en el país que envía inmigrantes.

¿Cómo se crían muchos de estos niños cuyos padres tienen que irse a trabajar fuera? Los más afortunados, quizá con el tiempo, viajen junto a sus padres. Otros (como en el caso de la mujer del avión), se crían con sus abuelos o tíos. Otros, con menos suerte y recursos, en orfanatos.

Y todo esto tiene una repercusión importantísima en cómo funciona todo el país. Para empezar, los servicios sociales se ven desbordados por situaciones como éstas, y no pueden atender todas las necesidades de estos niños y jóvenes. Muchos centros no tienen los recursos necesarios.
Rumanía es un país <<en reconstrucción>>, por lo que mucho dinero del Estado va para esto (no hay más que ver las calles de Bucarest), a lo que hay que sumar dosis de corrupción de la manera más impune...Como resultado se desprende que financiar centros para niños y jóvenes no es fácil en estas condiciones.

No quiero hablar sólo de la parte negativa, ya que en los meses que llevo aquí he visto luchadores natos...Niños, jóvenes, adolescentes...que dejaron de ver a sus padres hace tiempo y sin embargo han seguido su camino, estudiando, buscando apoyos, trabajando...

Sin duda, viajar a un lugar que crees tan similar puede ser tan diferente...

21 ago 2011

MOTIVACIONES


Periodista. 24 años.

Con todo por hacer y todo por aprender. Decidí embarcarme en esta aventura llamada "Servicio Voluntario Europeo" para vivir, para conocer, para aprender y para dar también mis conocimientos.



                                                                  Vista de Câmpina

...Y he acabado en Câmpina, ciudad de Rumanía a dos horas de Bucarest, donde trabajo en un Centro Cultural para jóvenes, en el que intentamos dar vida a este lugar, a su gente, en donde proyectamos películas, realizaremos distintos talleres, organizamos conciertos y festivales...y sobre todo, donde ha empezado la aventura de conocer mucha gente de distintos países, distintas culturas, distintas personalidades...El resto de voluntarios con los que trabajo y población de aquí son una novedad para mí, y es con ellos con los que voy a crecer y convivir los próximos siete meses.

¿Porqué Rumanía? Es la primera pregunta que me hacían tanto antes de llegar como una vez aquí. Supongo que mitad casualidad, mitad elección propia, ya que en un principio tenía Turquía en la cabeza....¿Y porqué voluntaria? Eso se respondería con más preguntas, del tipo: ¿Y porqué viajar? ¿Y porqué vivir? ¿Y porqué conocer? ...¿Y porqué no? Realmente creo que no siempre se puede tener una oportunidad tan especial para hacer todo esto a la vez.