La Unión Europea ha ampliado sus fronteras y desde el 1 de julio se ha incorporado Croacia. El país balcánico pasa a ser el miembro número 28 de la organización.
Hacía seis años que nadie entraba en la UE, después de que Rumanía y Bulgaria - los países más pobres de la Unión- se añadiesen a la lista. Sin embargo, la entrada del socio croata lleva gestándose una década.
El proceso empezó en 2003 y para contar con el visto bueno de Bruselas Croacia ha tenido que esforzarse colaborando con el Tribunal Penal Internacional de la Haya para entregar a los responsables de crímenes durante la Guerra de los Balcanes. En 2011 fueron condenados Ante Gotovina y Mladek Marat, ambos generales del ejército croata durante la "Operación Tormenta" en la que murieron 324 serbios y casi 100.000 se exiliaron al tomar Croacia el control total del territorio.
Croacia ha conseguido convertirse en miembro de pleno derecho tras las exigencias de la UE, y pasa a ser la segunda república de la antigua Yugoslavia (después de Elsovenia) que entra en la Unión. Sin embargo, dada la situación económica y política que atraviesa la UE, son varias las voces, tanto croatas como del resto de Europa, que se plantean qué beneficios y qué sacrificios tendrá que hacer tanto la Unión como su nuevo socio.
Contexto de crisis
Zagreb empezará a recibir ayudas de los fondos estructurales y de cohesión de las arcas europeas, tal y como las han recibido los países recién incorporados con una economía más baja que la media.Se prevé que Croacia reciba de la UE 13.710 millones de euros entre 2014 y 2020. Sin embargo, el contexto de crisis económica ha hecho saltar las alarmas de algunos analistas. Y es que a pesar de que el PIB per cápita croata es superior al de otros miembros (como Rumanía), también tiene el doble de déficit marcado por la UE y el paro se cifra en el 20%.
Según el analista Bern Riegert, de la publicación alemana Deutsche Welle, otro de los escollos a salvar en la integración de Croacia son las posibles trabas que ésta pueda poner a la incorporación de otros miembros, en especial de Serbia. En su opinión, las ex repúblicas yugoslavas deberían haber entrado a la vez en la UE para evitar conflictos futuros.
Por otro lado, Croacia se presenta como un territorio a explotar para las actividades económicas. En lo que a empresas españolas se refiere, se cree que principalmente invertirán en construir el tejido ferroviario y lo ven como la puerta de entrada a nuevos negocios en los países balcánicos. Sin embargo es en la costa y en las actividades hoteleras donde se espera que los extranjeros (especialmente los europeos) inviertan en el país. Por ello Zagreb ha diseñado el Plan "Estrategia Turística 2020", con el cual pretende atraer 14.300 millones de euros.
Modelo de desarrollo
Además de los fondos ya citados que percibirá de la UE, hay que sumarle los que le prestará el Banco Mundial o el Banco Europeo de Inversiones. Esta situación de dependencia económica recuerda mucho a la de las últimas incorporaciones a la organización europea: Bulgaria y Rumanía. En ambos casos, una economía débil y unas exigencias de crecimiento altas, unidas al contagio de la crisis europea y la corrupción, hicieron que los gobiernos de ambos países tomases medidas tremendamente impopulares con la población y que aumentasen las protestas en la calle con grandes crisis políticas. En caso rumano,además de los problemas de corrupción en las administraciones, el gobierno se recortó un 25% el sueldo a los funcionarios para poder hacer frente a sus deudas entre otras medidas. El petróleo por un lado, y el gas procedente del Mar Negro, son los recursos más codiciados del país.
En el caso búlgaro, la corrupción también ha ido unida a los excesivos precios que tiene que pagar la población por el coste de la energía, también en manos de compañías extranjeras.
Tanto Croacia como la UE tienen una realidad sobre la que reflexionar para salir realmente beneficiados.